Miembros de la Policía Nacional de la Comisaría del Puerto de la Cruz detuvieron el domingo de la semana pasada a un varón de 42 años de edad como presunto autor de un delito de violencia doméstica en el municipio de Los Realejos. El motivo de la intervención de los agentes se debió a que dicho individuo propinó una brutal paliza a su madre en la zona de la urbanización Los Príncipes.

Los hechos ocurrieron concretamente a las 21:00 horas en una vivienda situada en la calle Alfonso García Ramos.

Entre otras lesiones, el ahora acusado, identificado como Juan Antonio R.G., fracturó la mandíbula a la víctima.

Además, supuestamente ha amenazado con matar a la afectada desde que tenga oportunidad, según ha trascendido.

Según las fuentes consultadas, el acusado, nacido en Barcelona, fue puesto a disposición del Juzgado de Instrucción en funciones de Guardia en La Orotava, que ordenó su ingreso en prisión preventiva en el centro penitenciario Tenerife II.

Curiosamente, no es la primera vez que dicha persona esta en la cárcel de El Rosario. De hecho, hace apenas dos meses que salió de dicho recinto, tras cumplir una condena por el asesinato de un octogenario en Los Realejos en septiembre del año 2003.

El juicio por este último caso se llevó a cabo en marzo del 2006 en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife. El 17 de septiembre de 2003, Juan Antonio R.G. cogió una piedra de cinco kilos con las dos manos y la tiró, desde dos metros de altura, sobre Antonio H.H., de 82 años, que estaba sentado en un banco junto a otros dos mayores en el Camino Nuevo.

La piedra cayó sobre la cabeza de la víctima, que falleció durante la tarde del día siguiente en un hospital del Puerto de la Cruz, debido a las lesiones cerebrales sufridas.

Tras la agresión, un policía local de Los Realejos detuvo al autor. Durante el juicio, el arrestado ofreció versiones contradictorias de lo que ocurrió el día de los hechos, respecto a lo que manifestó en el Juzgado tras su arresto. Una de ellas consistió en que, cuando estaba en la plaza, en una altura superior al banco, "escuché una voz que decía: hijo de puta, cabrón. Vete de aquí. Enseguida pensé que ese era Antonio y yo estaba enfadado porque tenía un mal día". En el momento de la agresión, Antonio estaba de espaldas al muro desde el que le lanzó la piedra, con la cabeza ligeramente inclinada sobre el pecho, por lo que no pudo percatarse de la agresión sufrida ni reaccionar, máxime cuando el imputado apareció de forma sorpresiva por encima del muro, según la información publicada por EL DÍA el 14 de marzo del año 2006 sobre la primera jornada del juicio.

Un psicópata muy peligroso

El Tribunal del Jurado consideró probado que Juan Antonio R.G. tiró la piedra sobre el octogenario para matarlo. Y, para ello, se basó en los informes psiquiátricos, que determinaron que el acusado es "una persona tremendamente peligrosa, por lo que no puede estar en la calle". Esos mismos estudios periciales concluyeron que Juan Antonio "es un psicópata que sabe lo que hace". Estuvo 15 años en la cárcel.