Grupos de cría de las cuatro variedades de gallina campera canaria facilitarán ADN de sus ejemplares para realizar la caracterización genética que ayude a su consideración como raza autóctona, y de esta manera potenciar su rentabilidad por la calidad de su carne y huevos.

Este es uno de los objetivos de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas del Gobierno de Canarias que, junto a su organismo autónomo Instituto Canario de Investigaciones Agrarias (ICIA), ha impulsado una investigación para sobre la gallina campera de las islas para su posible reconocimiento oficial como raza ganadera autóctona.

La investigación la han desarrollado Juan Capote y Alexandr Torres que, junto al consejero Narvay Quintero, informaron este martes en rueda de prensa del desarrollo de este estudio, que se divulgará a través de la publicación de un libro sobre la gallina campera canaria, también accesible gratuitamente para su descarga digital en la página web del ICIA.

El origen de esta raza en el archipiélago podría situarse en las gallinas del sur de la Península Ibérica, en concreto de Andalucía y Portugal, que desembarcaron en las islas durante la Conquista y cuya mezcla ha ido configurando una variante diferenciada adaptada a las condiciones insulares, con un genotipo propio que se distingue por su rusticidad, resistencia a las enfermedades y a la escasez de alimento, y su capacidad de buscarlo libremente por el campo.

Según explicó el presidente de la Asociación de Criadores, Antonio Morales, en Canarias hay unos 120 ganaderos especializados en este tipo de aves y se han censado unas 1.500 gallinas y 500 gallos "que cumplen el patrón", pues se descarta incluir en esta denominación a los ejemplares productos de razas cruzadas.

Las cuatro variedades de la gallina campera canaria son la jabada, la jabada dorada, la negra y la aperdizada y Antonio Morales explicó que están en peligro pro la introducción de razas foráneas.

Sin embargo el investigador Juan Capote precisó que la gallina campera no pretende competir con la industrial ya que el consumidor las diferencia, y la primera ofrece interés ecológico y orgánico.

"La mejor forma de valorar una raza y conservarla es hacerla rentable", subrayó Capote, a lo que el consejero Narvay Quintero apostilló que la caracterización genética dará el impulso para que en el futuro esta gallina sea considerada raza autóctona pero, admitió, el hándicap está en la legislación europea en este ámbito, que es muy restrictiva en cuanto a los metros cuadrados y la crianza.

Por ello la Consejería entiende que la UE que debe considerar una excepción en este asunto a las regiones ultraperiféricas, añadió Quintero.

El coautor del estudio, Alexandr Torres, indicó que la investigación comenzó en 2015 y para ella se ha indagado en los orígenes históricos de las gallinas en Canarias, su rol en distintas etapas históricas -sobre todo en los siglos XIX y XX- el patrón racial y un estudio morfológico realizado con ejemplares de veinte granjas de Tenerife y Gran Canaria.

Para la investigación se ha colaborado con la Universidad alemana de Hohenheim y en sus conclusiones se desprende su aptitud para la producción de huevos y carne en condiciones semi-extensivas, en las que los animales se encuentran sueltos por la explotación.

De sus características destaca el color de piel y carne y su valor nutricional y por lo tanto, una raza vinculada a un sistema de cría sostenible y con un régimen alimenticio natural, lo que podría ayudar a su presentación en el mercado como producto de alta calidad.

Al respecto, Alexandr Torres subrayó que se ha introducido un capítulo dedicado al capón canario como producto avícola alternativo y diferenciador para la gastronomía canaria.

La publicación ha sido financiada por la empresa canaria Capisa y el ICIA ha organizado apra el 29 y 30 de enero en Arucas (Gran Canaria) y en Valle de Guerra (Tenerife) unas jornadas para abordar la situación actual y perspectivas de futuro de la gallina campera canaria, a las que también asistirán especialistas de la Universidad de Córdoba.