Un total de veintinueve canarios fueron asesinados en el campo de concentración Mauthausen-Gusen, precisa un estudio de José Melquíades, profesor de Geografía e Historia y de Griego del IES Luis Cobiella Cuevas, en Santa Cruz de La Palma.

De los aproximadamente 6.000 españoles asesinados en Mauthausen-Gusen, según los datos conocidos hasta la fecha, 29 eran canarios y de ellos 9 eran de Gran Canaria, 8 de La Palma, 8 de Tenerife, 2 de Lanzarote, 1 de la Gomera y 1 de una isla no referenciada.

La mayoría fueron apresados en la Francia ocupada por la Alemania nazi, donde se habían refugiado después de la derrota de la Segunda República, informa el experto este lunes en un comunicado enviado por el Cabildo de La Palma.

Otros de los asesinados procedían del campo de concentración Fayfes, en Santa Cruz de Tenerife, creada con motivo del golpe de Estado que antecedió a la dictadura de Franco para albergar a las personas opuestas a éste.

Según la investigación de José Melquíades, consultado el Gobierno fascista español por las autoridades nazis sobre el destino de estos españoles, la respuesta de Franco fue que no eran reconocidos como ciudadanos españoles y que hicieran con ellos que les apeteciera. Tampoco el gobierno francés de Philippe Pétain quiso saber nada, y optó por enviarlos a los campos de concentración alemanes como apátridas y trabajadores esclavos.

Mauthausen es una pequeña ciudad de unos cinco mil habitantes, situada a orillas del Danubio, a unos 20 kilómetros al este de Linz, capital de la Alta Austria.

Hittler ocupó Austria a petición de las autoridades nazis del país, el 13 de marzo de 1938, formando parte del III Reich.

Desde el inicio de la II Guerra Mundial, los nazis alemanes y austriacos establecieron en esta zona de Mauthausen el campo de concentración central del que dependían unos 45 subcampos dedicados a distintas actividades, todas perversas.

Así nació, en 1940, Mauthausen-Gusen o Gusen I, en Langestein, a cuatro kilómetros del campo central, dedicado a la extracción de granito y cristal de roca y la construcción de fuselajes para los aviones Messerschmitt , material de guerra diverso y fabricación de gasolina sintética, con el trabajo de los prisioneros esclavos procedentes de toda Europa en condiciones terribles.

Los primeros en llegar a Gusen I fueron los prisioneros polacos, a continuación los españoles, luego los prisioneros rusos y un buen número de judíos de toda Europa, además de “población subhumana” (en terminología nazi), como homosexuales y gitanos.

Gusen I era, además de campo para la producción bélica, campo de exterminio, con cámaras de gas y crematorios anejos.

Según el experto, las barbaridades cometidas con los internos no tienen adjetivos capaces de calificarlas, y la lista es interminable: extenuación por el trabajo, hambre absoluta, torturas y palizas mortales, muerte por congelación y finalmente, las cámaras de gas.

En Gusen I se practicaron experimentos médicos de toda clase con los internos, dirigidas por los “doctores” SS Helmut Vetter y Herbert F.Heim, especialista en la preparación de cabezas humanas como pisapapeles; destacó el “doctor” EduarKrebsbach, 2 el “Doctor Inyección”, por su especialidad en matar a seres humanos con inyecciones de bencina directas al corazón .

En febrero de 1945 asesinaron a 420 niños judíos de entre 3 y 7 años mediante este método.

Por todo ello, el pleno del Cabildo de La Palma ha aprobado hoy una declaración institucional de reconocimiento púbico a los 29 canarios asesinados en el campo de concentración Matuthausen-Gusen.