La Consejería de Política Territorial, Sostenibilidad y Seguridad del Gobierno de Canarias y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación han suscrito este miércoles un convenio para mantener el programa de conservación del olmo europeo que convierte a Canarias en una reserva genética para las tres principales especies de olmos presentes en el país.

La colaboración canaria en el establecimiento de bancos vegetales de conservación ha convertido al archipiélago en un "arca de Noé" para estas especies, ya que Canarias es la única región del país libre de grafiosis, una enfermedad causada por un hongo que puede acabar en pocos meses con ejemplares centenarios, según ha informado una nota del área de Política Territorial del Ejecutivo canario.

El primer convenio finalizó en 2011 y supuso la implantación de dos parcelas, una en Tenerife y otra en Gran Canaria, que en la actualidad albergan cerca de 700 ejemplares de olmos.

Desde entonces, el Gobierno de Canarias, con la colaboración de entidades como Fundación Bancaria ‘la Caixa’ y Fundación CajaCanarias, han asumido el coste de su mantenimiento.

Ahora, la firma de un nuevo convenio con el Ministerio de Agricultura, que tiene una vigencia de cuatro años, supone una inversión de 188.895 euros, de los que el Ministerio aporta 127.018 euros y la Viceconsejería de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias 61.877 euros.

El Ministerio será el encargado de seleccionar el material seminal de las especies ulmus glabra huds, ulmus minor mill y ulmus laevis pall, para su envío a Canarias donde se cultiva en un vivero el material seleccionado para ser posteriormente plantado en las dos fincas habilitadas.

El acuerdo contempla también el desarrollo de un plan de caracterización del material vegetal establecido con la toma de datos biométricos, que permiten conocer su comportamiento en las condiciones climáticas canarias, así como la caracterización genética para la evaluación de la diversidad conservada en las parcelas y la presencia de posibles haplotipos, unos caracteres genéticos singulares.

La pérdida de olmos y olmedas a causa del complejo patológico de la grafiosis, según explica el comunicado, ha supuesto la muerte de multitud de ejemplares de estas especies forestales, por lo que su recuperación supone "uno de los grandes retos" de los programas de conservación del mundo vegetal.

La grafiosis es una enfermedad detectada en España por primera vez en los años 30 y que en pocos años supuso la pérdida de cerca del 40% de las olmedas.