El Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane ha iniciado una campaña de sustitución de contadores de agua domésticos, después de comprobar gracias al trabajo de los fontaneros errores de lectura por la antigüedad de los equipos, que en algunos casos estaban inoperativos.

Los hidrómetros han sido desde "siempre" propiedad de los vecinos, que tenían, al menos en teoría, que asumir el coste de adquirir e instalar uno nuevo cuando se producía una avería irreparable, pero a partir de las nuevas sustituciones pasarán a ser municipales.

En el inicio de esta campaña, que lleva apenas un mes en marcha, la corporación local ya ha cambiado unos 200 contadores, con la intención de sustituir en un plazo corto de tiempo otros 1.500 que han sido adjudicados después de un concurso con un precio de 30.000 euros.

La estimación es que los nuevos equipos estén en las dependencias municipales a finales de febrero o principios de marzo, con el objetivo de instalarlos desde que se detecten errores o roturas en los existentes. Los Llanos de Aridane cuenta con unos 8.000 hidrómetros y el objetivo del ayuntamiento pasa por mantener un ritmo de sustitución de 2.000 contadores al año hasta lograr que la totalidad de los que estén en servicio en el municipio funcionen correctamente.

El primer teniente de alcalde y concejal responsable de Aguas, Mariano Hernández, señaló a esta redacción que lo que se busca con esta campaña "no es otra cosa que seguir mejorando el servicio municipal de aguas, que ha sido una de las prioridades del Grupo de Gobierno a lo largo de toda la legislatura". Aclaró que en este caso "se apuesta por la incorporación de nuevos modelos de contadores que nos permitan una lectura más real de lo que se consume".

El responsable político del servicio apunta que hasta la fecha "nunca se había desarrollado una actuación de sustitución de este calado, que entendemos que debe ser asumida por las arcas públicas y en ningún caso por los vecinos". En este sentido, subrayó que "nos encontramos con contadores que llevan demasiado tiempo funcionando, hablamos de lustros, y con medidas que por diferentes motivos no se ajustan al consumo", subrayó.

Antes de comenzar con la sustitución de contadores, con la modificación añadida de la propiedad de los equipos, el ayuntamiento aprobó cambios tanto en el reglamento del agua como en la ordenanza fiscal.

La red de abastecimiento de agua de Los Llanos de Aridane era de "cristal". Cada semana, incluso cada día, se acumulaban las averías, unas detrás de otras, a lo que se sumaban pérdidas cuantiosas en el subsuelo. Un coladero económico para las arcas públicas. Uno de los objetivos irrenunciables del ayuntamiento en los últimos años, también de la creada Mesa del Agua y con la colaboración del Consejo Insular de Aguas, ha sido cambiar radicalmente la situación del agua, un propósito que, teniendo en cuenta las cifras, se ha cumplido. A propósito, destacar que el consumo o, para ser más exactos, la suma entre el consumo real de la población y el agua que se perdía, que era la mayoría, ascendía a 31 de diciembre de 2014 a 8.902.123 pipas (cada pipa son unos 480 litros), lo que en euros se traduce en 847.222,80. Hay que tener en cuenta que el ayuntamiento compra el agua al Consejo Insular y proviene del túnel de trasvase. Cuatro años más tarde, al cierre de 2018, el consumo está en "apenas" 4.386.265 pipas o, lo que es lo mismo, 483.942,59 euros. Un dato importante es la variación al alza en el precio de la pipa. A la postre, una disminución notable y que deja al descubierto las pésimas condiciones en las que se encontraba la red en Los Llanos de Aridane. El concejal de Aguas, Mariano Hernández, destacó "el gran trabajo de los fontaneros, que sin su implicación y profesionalidad nunca hubiera sido posible estar en las cifras que ahora nos movemos". Además, el edil subrayó que "lo más importante, y que en muchas ocasiones no le damos el valor que merece, es que estamos conservando y alargando la vida al túnel de trasvase, que es fundamental para el Valle de Aridane. El día que se acabe ese agua, veremos de dónde vamos a tirar para el consumo". A ello se une "el ahorro considerable que estamos provocando a las arcas municipales. En compra de agua hablamos de 300.000 euros. También reducimos las cargas enormes de trabajo al reducir las averías".