Acudo, con sosiego, a la cita con Luis Ariosto. Ignoro cuál será su propuesta, aunque realmente la situación es que si me paro a pensar puedo presuponer, con un alto porcentaje de posibilidades de acierto, de qué va a ir el orden del día de la reunión. Asuntos que solo Ariosoto y su equipo de colaboradores conocen. En realidad, soy consciente de que Mat Fernández y Luis Ariosto no dejan de ser personajes que se acogen a una máxima con letra y música: "Y si la vida es un sueño, como dijo algún navegante atribulado, prefiero el trapecio para verlas venir en movimiento".

A medida que me acerco al meeting point, el Strasse Park, en el parque García Sanabria, justo enfrente del tramo de la Rambla con las tinajas, me invade el recuerdo de cuando era un niño, en esa zona norte, se instaló un zoológico, que acabó reducido a una serie de jaulas con simios y otros animales, modificado posteriormente y del que solo se conservó la antigua Casa del Guarda. Me distraigo en el trayecto con las novedades de mi smartphone. Por un momento, la noticia del día asume el protagonismo que le estaba preparado, diluyendo como un azucarillo en un café cargado y caliente, el sermón de la montaña, y su mantra "yo no he hecho nada", que recita el jesuita Junqueras en un marco incomparable: el Salón de Plenos del Tribunal Supremo. La conexión se desplaza de improviso al Palacio de la Moncloa, donde Madelman Sánchez, tras presidir un Consejo de Ministros extraordinario con banda sonora de The Killers, pone fin a la agonía y al coma inducido de su gobierno. El presidente llama a arrebato a sus tropas y les indica el camino a las urnas tras el mandato más corto de la historia, el naufragio de los Presupuestos y el punto muerto de su diálogo con el independentismo.

El sanchismo está construido a imagen y semejanza de la escena del camarote de los Hermanos Marx. Esos fotogramas insertos en el film Una noche en la ópera que fue la sexta película de Groucho, Harpo y Chico. A pesar de que en la Sexta, aún no aparecían en escena Antonio García Ferreras y Jaume Roures. La escena del camarote preludiaba la moción del censura y los meses posteriores. En un determinado momento, van entrando en escena, sucesivamente, un gran baúl con tres personas Junqueras, Puigdemond dentro y una docena de personas más, incluyendo al Lendakari Urkullu, a los líderes podemitas Iglesias y Errejón y todas sus confluencias. Los protagonistas y un personal variado del servicio del buque ya están embarcados. En aquel camarote de reducidas dimensiones comienza la trepidante escena. Algunos figurantes apenas caben dentro el baúl, y las quince personas, entre las que comienzan a identificarse Carles Puigdemont, Jordi Turull, Josep Rull, Raül Romeva, Dolors Bassas y Carme Forcadell, resultan tan cómicas hasta que llegan Gabriel Rufián y Joan Tardá. Y como telón de fondo, el clásico: ¡Y dos huevos duros!, articulado dentro de la reivindicación independentista... Una mesa estatal y catalana de partidos para debatir el futuro de Cataluña (¡y dos huevos duros!) y una figura de mediación, independiente de esos partidos o los Gobiernos, que encauzara las conversaciones (¡y dos huevos duros!). Pero los independentistas querían más (¡y dos huevos duros!). Las negociaciones descarrilaron a finales de la semana pasada y el Gobierno decidió escenificar una abrupta ruptura con los partidos independentistas. Coincidía en el tiempo con la tramitación de los Presupuestos, que ambas formaciones avanzaron que torpedearían, y con la manifestación convocada por PP y Ciudadanos (¡y dos huevos duros!), con la Vox de incómodo invitado, como si la manifestación en Colón fuera un sucedáneo de Got Talent con Risto Mejide, Jorge Javier Vázquez, Santi Millán y Eva Hache.

Finiquitados ocho meses de mandato, el más breve de la democracia. El primer damnificado directo: Pablo, Pablito, Pablete Iglesias, en su isla desierta electoral acompañado solo con una pelota Wilson. Las elecciones generales serán el de 28 abril. Me viene de improviso el santoral. 28 de abril: San Pánfilo. El sufragio activo alerta el perfil de los candidatos: tontos, cándidos, bobalicones, bobos; en especial, excesivamente ingenuos, tardos en el obrar... El sufragio pasivo los enfrenta con ciudadanos: muy ingenuos, que tardan en comprender las cosas o no se dan cuenta de estas y se dejan engañar fácilmente...

Llego al bar. Luis Ariosoto me espera en una mesa amplia. Se enfrenta a un intrincado enigma que únicamente podrá resolver contrarreloj con la ayuda de sus colaboradores cercanos. La arqueóloga Marta Herrero, el inspector Antonio Galán y la periodista Sandra Clavijo que aunarán esfuerzos para descifrar un problema insoluble, hacerle una propuesta irresistible made in Corleone y convencer a Mat Fernández para que se sume al proyecto de indagar los misterios ocultos de la vieja ciudad de Santa Cruz. Los encuentro a todos hipervitaminados y mineralizados con sus zumos de naranja Cs. Y en ese punto empieza la aventura que conduce al Superdomingo de Mayo. No hay preguntas sino una afirmación:

-Te necesitamos, Mat.