La Fiscalía planteó ayer la posibilidad de que la muerte de un turista británico en julio de 2015 en el Puerto de la Cruz fue casual y que por lo tanto el acusado, José Darío D.G., sería responsable de un supuesto homicidio por imprudencia. Alternativa que, de ser aceptada por el Jurado, supondría una reducción significativa de la pena hasta el punto que podría quedarse en apenas un año de cárcel, frente a los 12 que pidió inicialmente.

Ayer tuvo lugar la última jornada del juicio a la espera de que hoy se reúna el Jurado y emita su veredicto. Aunque en sus conclusiones definitivas la fiscal incluyó la nueva opción, sigue convencida de su tesis inicial: el joven tinerfeño actuó con la intención y conciencia clara de que podía causar la muerte al empujar a la víctima al barranco Martiánez donde apareció su cuerpo sin vida. Incluso aceptando que se podría tratar de un homicidio por imprudencia, la representante del Ministerio Público no deja de sostener que José Darío "faltó a las reglas mínimas de cuidado y prudencia" y de ahí se derivó el fallecimiento del turista. La diferencia se concreta, por ejemplo, en que la versión planteada ahora implicaría que no se produjo una auténtica pelea sino un forcejeo que concluyó con la caída del ciudadano británico desde una altura de ocho metros. El equivalente a tres pisos. La defensa sigue sosteniendo la absoluta inocencia de José Darío y en la jornada de ayer planteó que el único delito que se le podría atribuir es el de omisión del deber de socorro. Y ello es así debido a que, a la mañana siguiente, cuando visitó el lugar junto con un amigo y vio el cuerpo del extranjero en el fondo del barranco, debería haber llamado a los servicios de emergencia. Pero no lo hizo. El juez se negó a contemplar esta alternativa dado que el abogado debía haberla planteado en el momento procesal adecuado. En el cambio de opinión de la fiscal seguramente tuvo que ver las conclusiones de los forenses, quienes mantienen que no han hallado pruebas concluyentes de que se cometiese un homicidio. Los peritos creen que la caída fue accidental y que como mucho previamente existió una pelea "leve" que en cualquier caso no es la causa de la muerte. Tampoco hallaron restos de ADN del acusado y sostienen que el fallecido estaba en un severo estado de embriaguez. Bebió el equivalente a 12 cervezas y horas antes consumió cocaína. La muerte fue instantánea debido al impacto que sufrió en la cabeza y los indicios apuntan a que la caída al barranco se debió a que "o bien huía o bien se encontraba ante una agresión". Lo más probable es que se precipitó al vacío a causa de un tropiezo dado que la altura del muro de apenas 90 centímetros no era suficiente para evitar la caída de un hombre que medía 1,71 metros. "No se puede descartar que estemos ante un accidente".

La jornada de ayer estuvo también dedicada a la declaración de los policías nacionales que participaron en las investigaciones. Resultó fundamental el visionado de una cámara de seguridad situada en los alrededores que captó el momento en el que dos personas se peleaban. Unos cuarenta minutos después aparece el coche de la novia del detenido, esta se baja y se dirige directamente al lugar en el que se produjo la caída. La calidad de las imágenes era tan deficiente que tuvieron que verlas un centenar de veces para identificar la matrícula. A partir de aquí comprobaron que la complexión y forma de moverse de la pareja se correspondía al de las personas que aparecían en la cinta. La policía intervino los teléfonos de los acusados pero admiten que no escucharon ninguna conversación que fuera relevante ni alusión alguna al incidente. En cuanto a la posible culpabilidad de un británico llamado Jimmy al que dos testigos reconocieron en las imágenes, la policía aseguró que fue el primer sospechoso pero con la misma rapidez se descartó su autoría. La razón es que pudieron comprobar que regresó al hotel una hora antes de que ocurrieran los hechos. En realidad ni siquiera llegaron a entrevistarlo formalmente y no consideraron relevantes las heridas que tenía en las manos. Cuando le preguntaron dijo que la noche anterior había tomado mucho alcohol y no se acordaba de con quién había peleado. Los testigos, una pareja de sudamericanos que pasaban las vacaciones en el mismo hotel que los británicos, mostraron sus sospechas de que Jimmy había sido el autor del homicidio tras ver el video y reconocer su ropa y complexión. A ello se une que aquella noche se mostró especialmente violento y llegó a confesar su antipatía por el fallecido. Dos meses después se procedió a la detención de José Darío, su novia y un amigo que lo acompañó aquella noche. Los dos últimos quedaron libres y al final solo el primero se ha sentado en el banquillo de los acusados.