La comisión técnica de AENA y Cabildo de Tenerife mantuvo ayer la reunión programada para analizar cuestiones relacionadas con el proyecto de la terminal del Aeropuerto Tenerife Sur y para avanzar en el estudio de las necesidades futuras que la Isla propone al operador aeroportuario para su inclusión en el Documento de Regulación Aeroportuaria (DORA).

En ese marco, fuentes de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea anunciaron que la adjudicación de la construcción del edificio de enlace de las dos terminales existentes se producirá antes de que concluya el mes en curso, a pesar de que las partes discrepan en la necesidad e idoneidad de esta obra.

Desde AENA se insistió ayer en que se trata de "la mejor solución posible" en este momento, si bien los técnicos del Cabildo pusieron sobre la mesa una serie de inconvenientes, entre los que se encuentra el hecho de que genera problemas de orden funcional.

Los planes de AENA siguen adelante y en el Aeropuerto Tenerife Sur se acometerán las obras del edificio de unión entre las dos actuales terminales, que salieron a licitación por un importe de 53.993.338 euros, con un plazo de ejecución estimado de 23 meses e inicio de los trabajos en abril.

Con el título Mejoras funcionales en el edificio terminal según diseño funcional. Aeropuerto de Tenerife Sur, este proyecto acomete la integración de los dos edificios actuales en un área terminal única que sumará 14.000 metros cuadrados más de superficie útil, lo que unido a la puesta en servicio de la T2 supone un 50% más que en la actualidad. El citado edificio de unión albergará un moderno control de seguridad, lo que permitirá que el proceso de embarque se realice en un único nivel y centralizado con dos amplias zonas de facturación laterales en las terminales T1 y T2. Como consecuencia, la actual T1 readaptará el flujo de salida de pasajeros, ampliándose la oferta comercial. Este edificio, además, estará dotado de dos nuevas pasarelas de embarque; finalmente, las obras incluyen la reordenación de la urbanización exterior del área terminal para adaptarse a la nueva configuración.

Así lo vendió AENA en el momento de anunciar su licitación, mientras que las autoridades insulares y municipales, así como los representantes de empresarios y profesionales de la comarca y de la Isla defienden otro modelo de construcción en consonancia con la rentabilidad del aeropuerto (de los más productivos del país), la calidad del destino y los proyectos al uso.