Dani Hernández reconoce que la temporada está siendo complicada para él. Asegura que no se siente nada cómodo bajo el foco de críticas como las que recibió en las dos últimas jornadas de Liga por el primer gol que encajó en la visita al Cádiz y el segundo que anotó el Mallorca en el Rodríguez López. Pero el guardameta, con sus 166 partidos defendiendo la portería del primer equipo del Tenerife, no se hunde por esta inusual situación en su carrera. En realidad, ahora tiene muchas más ganas de cambiar las cosas y regresar a un productivo segundo plano.

¿Qué tal la semana sin partido?

Es diferente. Estamos aprovechando cada entrenamiento para coger bien las cargas y llegar al encuentro ante el Numancia en las mejores condiciones y con la ilusión de sumar los tres puntos.

¿Con qué se queda del anterior, el del empate ante el Mallorca?

Se nos puso muy cuesta arriba. El hecho de haber sido capaces de igualar un 0-2 habla muy bien de este equipo. Si llega a durar cinco minutos más, nos hubiéramos llevado los tres puntos. El Tenerife tuvo una gran reacción. Miro lo positivo, aunque nos queda corregir las cosas malas que se dieron.

Para usted habrá sido un alivio no perder por la manera en que el rival marcó su segundo gol.

Evidentemente. A uno no le gusta estar en el foco por cosas malas. En esa jugada me tropecé con las ligas de la bota. Al final del partido me sentí feliz, sobre todo por el equipo, porque no habría sido justo perder. Hicimos muchas más cosas para ganar que un rival que se encontró con dos goles.

¿Qué le transmitieron sus compañeros después de esa jugada?

Unos cuantos estuvieron arengándome desde lejos. Eso habla muy bien de ellos. Pudimos sacar un punto en un partido en el que no habría sido justo perder.

¿Le había pasado algo igual?

No. Imagínate. Es un pase que me da Jorge. Justo en ese momento no teníamos central por el lado derecho, dejo correr el balón un poco esperando a ver si podía salir con la pelota jugada y me percato de que no había opciones. Entonces, me dispongo a despejar y en el momento de la carrera, cuando quiero darle al balón y más velocidad llevo, siento que se me traba uno de los tacos de la bota y estoy en el suelo. Lo siguiente que intento es quitarle el balón al delantero con el pie. Consigo tocarlo un poco al final, pero no llego a tiempo. Habré visto la imagen quince veces y he pensado doscientas cosas diferentes que pude haber hecho para que no entrara el balón. Está claro que no fue una buena situación ni ha sido una semana agradable, y lo que quiero es entrenar, mejorar y ayudar al equipo.

¿Le costó ver la repetición?

Dejé pasar unos días antes de verla; sentía frustración. Al final, no se trata de un error, un balón que se te escape o que midiera mal una salida, sino un infortunio. La he visto y hasta he cambiado la forma de atarme las ligas para que no me vuelva a pasar, aunque tampoco me había ocurrido nunca.

¿Qué percibió desde la grada?

A la afición no puedo más que darle las gracias. Siempre me han tratado muy bien, desde el primer día. Evidentemente, tenemos una afición muy exigente que quiere que estemos a nuestro máximo nivel en cada partido. Sé que puedo tener momentos mejores y peores, pero siempre trato de poner al club por delante, ayudar, aportar mi granito de arena, ser humilde y trabajar día a día.

¿Cómo gestionó la situación?

Si te digo la verdad, desde hace muchos años, un entrenador de porteros que tuve en el Valencia, Luis Pascual, me enseñó que no hay que quedarse en el pasado sino pensar en lo siguiente. Trato de resetear y empezar de cero, tanto cuando tengo un error como cuando tengo una gran parada.

De hecho, evitó un tercer gol.

Es lo que tiene mi posición: pasas de héroe a villano en nada. Tuve la fortuna de parar un mano a mano que sirvió para no recibir un tercer gol y que el equipo empatase.

¿Cómo definiría su temporada?

Está siendo bastante complicada.

Diferente a otras.

Me está tocando así. Trato de entrenar bien, mantener todo lo que puedo controlar y dejar en lo mínimo posible lo que queda al azar. Pero hay veces en las que pasan cosas como la del partido ante el Mallorca. Fue mala suerte.

¿Está conforme con su rendimiento en esta campaña?

Soy el más autocrítico que hay. Me exijo mucho en el día a día y sé que he tenido acciones buenas y malas, como todo el mundo. Las notas se dan al final. Siempre se puede mejorar y esa intención no me va a faltar para ayudar al club.

Por ejemplo, hábleme del primer gol en el Ramón de Carranza.

Son jugadas. El futbolista del Cádiz va a centrar, no golpea de una manera normal, el balón coge un poquito de aire en el trayecto y va hacia dentro. Pienso que va a centrar, doy un paso adelante y no me da tiempo de ir para atrás.

¿Se siente valorado?

Hay posiciones en las que lo que tienes que hacer es parar una jugada. Y cuando cometes un error, eres el más señalado. Es lo que tiene mi puesto. Evidentemente, se me exige el nivel de la temporada en la que casi subimos a Primera como algo habitual y lo entiendo, porque he sido capaz de hacerlo y puedo volver a dar ese nivel. Es un aliciente para seguir trabajando y volver a dar el máximo nivel.

¿Entiende las críticas?

Encajo todas las críticas que sean dentro del respeto. A partir de ahí, todos tenemos libertad para expresarnos. Pero los límites de la libertad de expresión están marcados siempre por el respeto.

¿Cómo surge la idea del comunicado del Tenerife para responder el tuit de un periodista?

Es algo que no sentó bien a nadie de aquí. Se llegó al acuerdo de decir que no estamos conformes con las faltas de respeto, y no era la primera vez que pasaba. Lo que queríamos era mostrar nuestra disconformidad. Estamos de acuerdo con que se nos critique por nuestras acciones en el juego, pero faltar al respeto está fuera de lugar.

¿Es seguidor de redes sociales?

Llevo un par de semanas sin abrir Twitter. Hay veces en las que te hacen ochenta comentarios, de los que setenta y nueve son buenos y uno es malo y te quedas con el malo. Prefiero no abrirlo directamente y dejarme llevar por lo que tengo en el día a día, en el vestuario, con mis compañeros, con toda la gente que está trabajando para intentar mejorar la situación...

No le han faltado esos apoyos.

Me siento afortunado, porque todo el mundo ha salido a defenderme tanto con cosas que han sido públicas como otras que se quedaron en el vestuario. Esta semana, el móvil ha estado a reventar de cosas positivas. Son situaciones y mensajes que te dan un plus de motivación para venir día a día, seguir trabajando y ser fiel a tu forma de ser, tratando de ayudar.

¿Le ha tocado vivir alguna experiencia desagradable?

No. Y si me han dicho algo, la verdad es que ni le he prestado atención, porque de ochenta comentarios, setenta y nueve pueden ser buenos y uno malo, y no voy a quedarme en los malos.

¿Le cansa lo que está pasando?

La verdad es que por lo que ha pasado esta semana me han dado muchas ganas de darle la vuelta a la situación y pasar toda esa negatividad a positividad. Por mi parte no va a faltar nada para que cambien las cosas, partiendo de lo que puedo controlar.

¿Le afecta al salir al campo?

Al final, cuando menos vueltas le doy a todo es cuando estoy dentro del campo. Cuando entreno y estoy jugando, estoy centrado en la tarea que toca. En los partidos y en los entrenamientos es cuando más me aíslo y más disfruto.

¿Le apetece cambiar de aires?

No. Estoy en mi casa, en el club de mi vida. Aquí he sido desde recogepelotas hasta uno de los porteros de la primera plantilla. Mi familia, mi tío, mi abuelo y mi hermano también han estado ligados al club. Estoy en el sitio ideal y me siento más que agradecido a todo el mundo. Lo que quiero es cambiar la situación, tratar de que todo vaya mejor, que el equipo ascienda posiciones en la tabla y que todos estemos en una buena sintonía para terminar bien el año y empezar con mucha fuerza el que viene.

No se sentirá cómodo.

Prefiero pasar desapercibido. No me gusta estar en el foco de atención durante una semana en la que, encima, no hay Liga. Estoy deseando que llegue la competición, que se hable del siguiente rival, del Numancia, y centrarnos en el trabajo de ese partido y que se hable de fútbol, solo de fútbol, y no de personas, sino del Tenerife y de ganar el partido.

¿Ganar para acercarse a la permanencia? ¿Esa es la meta?

Hay que pensar en el día a día. Yo lo simplificaría más todavía y pensaría en el día a día, en ganar cada partido, en pelear y ya está.

¿Se conforman con acabar bien la temporada y no sufrir al final?

El míster no va a dejar que nos relajemos. Iremos a ganar cada partido, y que la competición nos termine de poner donde sea. Evidentemente, estamos más cerca de los puestos de abajo que de los de arriba, pero lo que queremos es ir ganando semana a semana.

¿Le parece que hay más potencial del que indican los números?

Sí, pero también sabemos que esta Liga es muy igualada, más si cabe esta temporada. El nivel está siendo muy alto y hay que competir cada partido. Hay mimbres para estar en una posición mucho más cómoda, pero la situación es la que hay y buscaremos mejorarla.

De esos mimbres se caerá Jorge Sáenz en junio. ¿Qué le ha dicho por su traspaso al Valencia?

Siento orgullo porque es un jugador que ha estado muchos años en el Tenerife y va a salir a un club grande de Primera División. Le he dicho que disfrute de cada día. Es el ejemplo de un jugador que contó mucho, dejó de contar, volvió a contar y ha sido capaz de cambiar una tesitura complicada. Seguramente, hace un año no estaba en la situación que quería, pero se ha revalorizado y ahora es una venta importante para el club.

Usted jugó en el Mestalla hace diez años. Conoce la casa.

Sí, va a una ciudad increíble, a un club de los top de España, con una afición muy exigente. Estoy seguro de que Jorge va a dejar el pabellón chicharrero muy alto.

En cambio, sí está asegurada la continuidad de Suso. ¿Es más que un compañero para usted?

Es el emblema del club. Lleva ocho temporadas aquí. Decir Tenerife es decir Suso. Estoy feliz por él. Es lo que quiere, estar en el equipo de su casa, con su gente, disfrutando y dando ejemplo de dedicación y compromiso.

Más casos individuales. ¿Qué tal está Aitor Sanz tras su operación?

Es un fenómeno. Siempre que viene, nos da ánimos a todos, nos escribe a nivel personal... Es una de esas personas que son necesarias en un vestuario, tanto cuando juega como cuando no lo hace. Siempre tiene el hombro para arrimarlo. Estamos deseando que se recupere y que vuelva a sentirse futbolista, que es lo que quiere. Le esperamos con los brazos abiertos.

Para terminar, volvemos al inicio, a la portería. ¿Le duele que se dude del nivel de Ángel Galván?

Para empezar, creo que tiene nivel más que de sobra. Es un portero que tiene unas condiciones increíbles y que le puede dar muchas alegrías a nuestra afición. De momento he tenido la suerte de contar con la confianza del míster. Él está esperando su oportunidad y no deja de apretar en cada entrenamiento para ser mejor portero cada vez y que yo tenga que estar mejor para jugar. Es un pedazo de profesional y una gran persona. Si lo conocieran más, igual no se dirían tantas cosas como esas.