Casi mil personas han firmado ya para solicitar que la silla victoriera, un emblemático mueble inspirado en la silla más sencilla del estilo inglés Chippendale, del siglo XVIII, se convierta en Bien de Interés Cultural (BIC). El Ayuntamiento de La Victoria lidera desde 2013 el movimiento para que esta silla, muy popular en los ajuares de los hogares tinerfeños de los siglos XIX y XX, cuente con reconocimiento y protección.

A la campaña de recogida de firmas, iniciada en octubre de 2018, se han sumado los apoyos de instituciones y colectivos como "la Universidad de La Laguna, la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, la Real Academia de Bellas Artes San Miguel Arcángel o el Instituto de Estudios Canarios", según indicó a El Día el alcalde, Haroldo Martín (CC).

Martín recuerda que a finales de 2013 presentó la solicitud de declaración como BIC, acompañada por informes técnicos detallados del doctor en Historia del Arte Jonás Armas Núñez y de la arquitecta victoriera Carmen María Flores. "Aún estamos a la espera de que la Comisión de Patrimonio del Cabildo de Tenerife se pronuncie, y esperamos que lo hagan lo antes posible", subrayó.

Jonás Armas Núñez concluye en su informe técnico que la silla victoriera es "una pieza clave en la artesanía, los oficios tradicionales de Canarias y la producción artística insular, y una de sus más importantes creaciones muebles".

La simplificación y adaptación de aquellas sillas de estilo inglés dio origen a la silla victoriera. Armas Núñez recuerda que la silla inglesa fue adaptada a los materiales insulares y se simplificó hasta popularizarse en el siglo XIX, aunque en La Victoria ya se elaboraba desde finales del siglo XVIII.

"Su aceptación fue tal que forma parte del mobiliario doméstico popular tinerfeño, hallándose en inmuebles de todo nivel económico. De Tenerife pasó al resto de las islas, habiéndose inventariado en la totalidad de las islas del Archipiélago", explica en el informe de 2013.

Ante la paulatina desaparición de artesanos que elaboren la silla victoriera, el consistorio norteño ha puesto el empeño en lograr una declaración que, a su juicio, podría garantizar el futuro de este testimonio singular de la cultura canaria.

"Llevamos casi seis años de trámites con esta Comisión de Patrimonio del Cabildo insular, pendientes de que se tome una decisión que está de sobra fundamentada", sentencia el alcalde.