Montaña Frías fue el escenario de la tradicional rogativa para pedir las lluvias que necesita la agricultura, costumbre que en Arona se remonta a casi un siglo y que ayer rememoraron cientos de personas que acompañaron a la imagen del Cristo de la Salud.

La peregrinación partió de la iglesia de San Antonio Abad, en el caso urbano aronero, pasadas las 10:00 horas comenzando a recorrer las calles Domínguez Alfonso, avenida de la Constitución, La Mejora, calle del Sitio y el camino Llano del Rey hasta alcanzar la emita de la Virgen de La Milagrosa, donde se celebró la eucaristía.

La comitiva, posteriormente, rodeó el cementerio municipal para continuar hacia la parte alta de Montaña Frías, donde se procedió a la lectura de la rogativa. Lectura que, tal y como es costumbre, estuvo a cargo del alcalde del municipio, José Julián Mena.

El regidor aronero se dirigió a la imagen del Cristo para pedirle "prosperidad y trabajo digno para las familias de Arona", al tiempo que le rogó "no olvidar de dónde venimos para poder seguir avanzando". En su lectura, seguida con atención por los asistentes, procedió a dar las gracias "por la constancia y la fuerza de nuestro pueblo, que se crece ante la adversidad para seguir adelante con paso firme".

Fuertemente arraigada en el municipio durante muchos años, la rogativa se remonta a la década de los años veinte del siglo pasado, siendo a partir de la década de los 80 cuando recuperó esplendor hasta su olvido durante tres años. En 2016 fue recuperada por el área de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de Arona, que dirige el concejal Luis García.

El Cristo de la Salud, alcalde perpetuo de Arona desde 1962, volvió a salir en procesión como "un recuerdo de aquellas épocas en que los hombres recurrían a él para que enviara lluvias de las que dependía su sustento y el de sus familias. Los tiempos cambian, pero nuestra historia no debe olvidarse" recordó Mena.