El problema del Tenerife no se restringe a su versión visitante, a pesar de que es mucho más competitivo en el Heliodoro Rodríguez López, donde ha sumado sus cinco victorias de la presente temporada. Los números dicen que no ha sumado tan pocos puntos desde su retorno a la categoría de plata en el verano de 2013, que le cuesta encadenar triunfos, que encaja con cierta facilidad y que tampoco le sirve de mucho dejar su puerta a cero porque tiene muchas dificultades para marcar.

En número de triunfos, el cuadro blanquiazul iguala los cinco obtenidos en la 15/16. Pero entonces había sumado un punto más en los dos primeros tercios jugando como local. Por tanto, hay que retrotraerse al curso 10/11 para hallar guarismos peores.

En esa fatídica campaña del descenso a Segunda B, los insulares solo habían ganado cuatro encuentros en casa (1-0 al Elche y al Alcorcón; y 2-1 al Rayo y al Xerez). Pero el peor dato era el de las derrotas, puesto que seis rivales se habían llevado los tres puntos de la Isla (Salamanca, Celta, Nástic, Betis, Albacete y Barcelona B). El viaje a las catacumbas del fútbol español también se explica por ahí.

Ya de vuelta en la 13/14, logró su primera victoria en casa después de sumar dos puntos de los nueve primeros en liza. A la cuarta derrotó al Real Madrid Castilla y empezó a mejorar. Incluso, ganó cuatro comparecencias consecutivas (Deportivo, Eibar, Jaén y Las Palmas). En la 16/17 llegó hasta cinco seguidas (Alcorcón, Zaragoza, Córdoba, Elche y Almería).

En las otras también logró éxitos parciales. Por ejemplo, encadenar dos victorias en casa hasta en tres oportunidades en esas primeras 28 jornadas de competición (14/15) o dos veces (17/18). En la presente tuvo que esperar a las jornadas 20 y 22 para lograr dos triunfos seguidos por primera vez: Elche (2-1) y Nástic (2-0).

Otro dato significativo pasa por las veces en las que ha dejado su portería a cero como local. Pese a llegar a seis, solo ha sido capaz de ganar dos de ellos. Esta estadística es la peor del lustro. Se acerca únicamente a la de la 15/16, en la que ganó tres y empató otras tantas de las seis en las que no encajó. Exceptuando esa, desde 2013 siempre estuvo entre seis y ocho encuentros manteniendo su puerta a cero en los dos primeros tercios y ganando cinco o seis de ellos. Toda una garantía de éxito.

En cuanto a la cifra realizadora, el Tenerife local se aproxima bastante a la peor cifra desde su vuelta al fútbol profesional. Se dio en la campaña 14/15. Llevaba 13 goles en la jornada 28 por los 14 que ha anotado ahora en el Heliodoro. Sin embargo, en aquella campaña se quedó sin marcar una vez menos (5) que en la actual. La comparación con las tres últimas resulta desalentadora, puesto que los blanquiazules marcaron 19, 19 y 23 goles en ellas.

El 20 de abril de 2014 cedió por última vez en el Heliodoro el rival del próximo domingo. Lo hizo al remontar los blanquiazules un partido que se les puso cuesta arriba, pero en el que Quique Rivero fue capaz de anotar el 3-2 definitivo desatando la euforia de una afición que se veía en el playoff. El final del curso no fue el deseado y esa sensación se esfumó.

Desde entonces, el Numancia no ha dejado de sumar en el recinto capitalino. Dos empates a cero y otros tantos a uno han sido los resultados de las cuatro campañas siguientes. Pero es que además había sido capaz de ganar en la temporada 07/08 y empatar en la 10/11, por lo que ha sumado en seis de sus siete últimas visitas.

Los de Aritz López Garai rompieron en su última visita un registro que ahora es propiedad exclusiva del Tenerife: el cero en su casillero de victorias a domicilio. Después de ganar en Almendralejo al Extremadura, el Numancia se ve capaz de repetir en el Heliodoro. "Sabemos que visitar un campo como el del Tenerife es difícil, pero si minimizamos nuestros errores tendremos opciones de traernos los puntos", comentó ayer el delantero David Rodríguez.