Pregunté ayer a varias compañeras de trabajo. ¿Feminismo, mañana 8 de marzo, día de la mujer trabajadora? Respuesta unánime: "Para mí el feminismo es la mujer libre, independiente, con su propia economía, que hace su trabajo bien y que con su ejemplo se reafirma como mujer". Creo que el objetivo, de hombres y mujeres, debe ser la lucha contra la desigualdad en el empleo.

Se han puesto en marcha medidas que suponen avances importantes, pero aún muy insuficientes. Hoy, hay más mujeres trabajando que nunca en este país. Casi 9 millones, lo que debe ser una motivación para seguir peleando por las que aún no tienen empleo. Y ojo, que las responsabilidades familiares y domésticas no recaigan solo en la mujer y sea un reto compartido.

Está genial llenar las calles, centros profesionales, sociales y culturales de lemas, opiniones o luchas voluntariosas por la igualdad. Esta bien, pero "llenar" a veces es el problema. El vacío siempre es peor. Se nos llena la boca, nos llenamos de buenas intenciones. El problema es que por mucho que llenemos, yo sigo viendo el vaso medio vacío. Hoy, 8 de marzo es el momento en el que la sociedad debería considerar que la mujer es la personificación de la igualdad. La vida es una historia de mujeres y hombres como protagonistas, cuyo guion no les ha dado a los actores el mismo papel: el de la igualdad.