La asignación de premios en metálico en el mundo del surf sigue generando debate. Respecto al pasado año 2018, la Federación Canaria de Surf retribuyó al ganador de la modalidad Surf Open -pueden participar tanto chicos como chicas- con 1.500 euros. La mitad -750- se llevó la dominadora del Surf Open Femenino. En bodyboard, la diferencia fue más notoria: 900 euros para el vencedor del Open -también mixto- y 100 para la triunfadora del Open Femenino.

El ente federativo utiliza el baremo de la representatividad para dividir las cuantías a otorgar. Es decir, a más deportistas participantes por modalidad, mayor es la cantidad de premio en metálico que se reparte en ella.

De este modo, a menos féminas, menos montante. "Lo llevo bien. Estoy acostumbrada", afirma la campeona de bodyboard del pasado curso, Teresa Padilla. "Tampoco es que se motive mucho a las chicas para que compitan más". Ellas lo suelen hacer junto a los júnior y en peores condiciones. "Los chicos compiten con olas de mejor calidad. No sé si es porque nosotras no tenemos la misma repercusión o no generamos los mismos beneficios". Padilla pudo inscribirse en el Open y luchar por los 900 euros que percibió el ganador, pero "tenía que pagar más inscripciones". Eso, unido al mejor proceder de los deportistas masculinos propicia que muchas veces las chicas acaben desistiendo.

Una experta en la citada modalidad, Alexandra Rinder, doble campeona del mundo y otrora participante en el circuito canario, pone el foco en la carencia de efectivos en los campeonatos. "Saben que se van a gastar mucho dinero al acudir y no se les va a devolver nada. Siempre hubo diferencia de premios, pero antes había más chicas y no había tanta. Si igualan los premios, más chicas se van a animar", asegura la deportista.

"Con los premios que hay, pagar el campeonato, a la federación, el transporte, el acomodo y la comida al final no te sale rentable". Es algo análogo a lo que le sucede en el circuito mundial, donde los hombres cuentan con mejores recompensas. "Muchas veces acabas perdiendo dinero. Hay muchas chicas que trabajan para hacer el Mundial. Yo tengo la suerte de tener a mis patrocinadores".

¿Cuál es la postura de la Federación Canaria al respecto? Su presidente, Ángel Lobo, defiende el sistema. "Desde el punto de vista del esfuerzo deportivo, no se puede repartir el mismo dinero a cinco chicas de bodyboard que a 99 chicos de surf. Aún así, las féminas reciben la mitad de premios, cuando deberían percibir una cuarta parte", apunta.

Lobo entiende que la equiparación no mejoraría las cifras de competidoras. "En el Open Las Palmas Surf City de 2017, el promotor se vio obligado a igualar los premios para que no le cayesen encima. Participaron 16 chicas. El pasado año fueron ocho a la misma prueba. No hubo incentivo".

"Hacemos una política de discriminación positiva. Lo que no queremos proponer, porque eso sí que desincentivaría la participación de las chicas, es establecer categorías únicas. Ellas tienen surefugio -competición exclusiva en función del género- y la posibilidad de competir siempre con chicos", comenta el mandatario.

El presidente está dispuesto a dar "un nuevo giro de tuerca" al asunto en la "asamblea del próximo 23 de marzo". Lobo recuerda que los premios "salen de la propia Federación. No son subvencionados. Nuestras competiciones son amateur y no deberíamos repartir premios en metálico. Estas cosas quizás nos hacen pensar que no deberíamos hacerlo nunca".