La reparación parcial de la calle Pizarro, en Radazul, ha ido avanzando durante los últimos meses y se encamina hacia su última fase, que concluirá con una vía asegurada y sin los problemas en el terreno que se presentaron en ella, que generaron inquietud entre los vecinos de la zona.

"Dada su complejidad, es una obra de alta ingeniería", expresó el alcalde de El Rosario, Escolástico Gil, en declaraciones a este periódico. No en vano, la previsión era que se instalase una pantalla de 132 micropilotes a una profundidad de entre 16 y 23 metros, atravesada por anclajes, según informó el consistorio rosariero el pasado año.

"Todo parece que va en la línea correcta para solventar el problema de los vecinos, que es lo importante", manifestó el líder de Iniciativa por El Rosario-Verdes (IR-Verdes). "De acuerdo con que las obras son incómodas y que crean a los vecinos problemas, pero deben entender que al final va a haber un beneficio: la tranquilidad", agregó el regidor local.

Desde que diese comienzo la actuación, a inicios de verano del pasado año, se han ido colocando esos micropilotes, necesarios para consolidar el talud y evitar su deslizamiento. Los trabajos cuentan con un presupuesto de algo más de 800.000 euros y han supuesto la mayor inversión que afronta el Ayuntamiento de El Rosario con fondos propios.

Cabe recordar que fue en 2015 cuando aparecieron grietas y el ayuntamiento decretó le cierre parcial de la calle. Se realizaron dos asambleas con residentes, se ejecutó un primer estudio geológico por Terragua Ingenieros, hubo nuevos sondeos y pruebas sísmicas por parte de Teno Ingenieros Consultores, y se llevó a cabo un segundo proceso de catas para conocer el estado del subsuelo a mayor profundidad. Estos trabajos previos tuvieron un coste de 58.600 euros.