En el entorno de lo que quiso convertirse en un sanatorio para enfermedades respiratorias, que empezó a construirse entre los años 30 y 40 del siglo XX, permanecen al menos nueve edificaciones que desafían la legislación y la lógica en pleno Parque Nacional del Teide. De la primera fase de aquel sanatorio no queda prácticamente nada, pero el Cabildo de Tenerife, como gestor del parque, reserva en su presupuesto de 2019 una partida de 216.000 euros para demoler nueve edificaciones que suman 654 metros cuadrados construidos. Casas de uso privado para alojamiento temporal en una zona de especial conservación dentro de la Red Natura 2000, edificadas sobre suelo rústico de protección natural dentro del Parque Nacional del Teide.

La decisión de eliminar estas edificaciones para proceder a la regeneración ambiental de la zona ya aparece en el Plan Rector del Uso y Gestión del Parque Nacional del Teide, aprobado en 2002.

El Cabildo expuso este proyecto de demolición y regeneración en junio de 2018 y, en la actualidad, está pendiente de un informe del área insular de Patrimonio Histórico. El Parque Nacional intenta identificar a los propietarios "por usucapión" de estas edificaciones, ya que no figuran en ningún registro. Las expropiaciones son el otro freno de la actuación.

Debido a la ubicación de las viviendas, sólo accesibles a través de pistas y en un entorno protegido, la demolición se realizará con "medios manuales y mecánicos ligeros". La actuación incluye un plan de desamiantado por la presencia de elementos de fibrocemento con amianto.

Las casas se distribuyen en cuatro zonas relativamente alejadas, con entre 199 y 83 metros cuadrados construidos. La superficie total edificada ronda los 654 metros cuadrados, a los que hay que sumar más de 189 metros cúbicos de muros. Se sitúan en terrenos que pertenecen al término municipal de La Orotava, junto al sendero número 16 del Parque Nacional del Teide, y obligarán a actuar en una zona degradada cuya superficie global supera los 8.454 metros cuadrados.

El proyecto técnico destaca que tras realizar el proceso de desmontaje y demolición de las edificaciones presentes, "el entorno en el que se enclavan quedará con una considerable huella de intervención humana". Por ello, tras estos trabajos y siguiendo las directrices marcadas en el articulado del Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Nacional del Teide, "queda justificada la regeneración ambiental", que incluirá el movimiento de materiales naturales y otras acciones para tratar de borrar la intervención humana del paisaje.

Una vez demolidas las edificaciones, eliminados todos sus restos y ejecutados los primeros trabajos de regeneración del entorno, el objetivo del proyecto insular es "facilitar la colonización natural del terreno restaurado por parte de las especies de flora presentes en el entorno". Sin embargo, también se plantea la introducción puntual de algunos ejemplares, especialmente de retama del Teide (Spartocitysus supranubius), en determinadas zonas próximas a los taludes naturalizados, "de manera que su crecimiento contribuya a minimizar la percepción de las intervenciones previas", y en los puntos de acceso desde las pistas hacia las áreas edificadas, "de modo que quede reforzado el cierre de estos accesos".

El libro Antecedentes históricos del Teide y Las Cañadas, de Tomás Méndez, cuenta los orígenes del Sanatorio y recuerda que "durante el siglo XIX, muchos habitantes del norte de Europa padecían diversas enfermedades respiratorias como neumonía, tisis, tuberculosis o bronquitis, y diversos estudios médicos recomendaban su traslado a zonas de clima cálido".

Narra Méndez que se produjeron varios intentos de crear un sanatorio para tratar enfermedades respiratorias en Las Cañadas, en 1883 y en 1906. En esos años se empezaron a construir chozas de piedra seca para que los enfermos pasaran la primavera y el otoño en Las Cañadas. "En 1916, para paliar las incomodidades que sufrían los enfermos, las autoridades plantearon establecer un sanatorio en las llamadas casetas de los alemanes", explica.

La primera fase del Sanatorio concluyó entre los años 30 y 40, pero sólo llego a hacerse la vivienda del médico, el garaje y los establos. "Los avances médicos dilapidaron la puesta en marcha el sanatorio y la declaración de Parque Nacional, en 1954, frenó el proyecto de manera radical", detalla Méndez. La vivienda del médico y los establos ya han sido demolidos, lo que queda ahora son edificaciones creadas alrededor de aquella fallida instalación sanitaria.