Viajar sobre dos ruedas puede ser todo un placer, y si no, que se lo pregunten a Sergio Makaroff. Sea para ir a través del campo y conocer nuevos paisajes, o simplemente para devorar kilómetros sobre la carretera conociendo nuevos rincones del país, una bicicleta puede ser la compañera ideal para viajar y realizar deporte.

No son pocas las personas que dedican mucho dinero en comprar los mejores recambios bici y, así, contar con una bibicleta de calidad. Pero, de nada sirve hacer un gasto enorme si, después, no se realizan los cuidados pertinentes para conseguir que la bicicleta se mantenga en el mejor estado posible.

Como cualquier vehículo, hay que realizar una serie de procedimientos con cierta frecuencia para que tarde más en estropearse y, así, pueda acompañarte durante más y más kilómetros. ¿No sabes cuáles son? No pasa nada. Aquí te traemos cinco consejos para cuidar y mantener tu bicicleta en perfecto estado.

Cómo cuidar bien tu bicicleta

Vas a tener que dedicar un buen tiempo al cuidado de tu compañera de viajes, y además hacerlo con cierta asiduidad. El uso continuado provoca un desgaste que se puede evitar, o al menos retrasar, si sigues las pautas que te vamos a dar a continuación. Presta mucha atención, aunque verás que no son demasiado complicadas.

Mantenla siempre limpia

¿Has tenido un intenso día de ruta por el campo? Es muy probable que tu bicicleta se haya llenado de tierra, agua, barro y muchos más restos de esa larga y extenuante jornada. Por eso, es muy recomendable que, una vez hayas terminado y vayas a guardarla, dediques un tiempo a limpiar a fondo tu bicicleta.

Olvídate de usar una manguera con agua a presión o cualquier otro sistema que impacte con fuerza, ya que puede dañar cualquier mecanismo. Utiliza un trapo y algún producto especial de limpieza para bicis, algo que puedes encontrar en tiendas especializadas. Si no limpias de forma correcta, la acumulación de restos puede llevar a la erosión o incluso al mal funcionamiento de tu bici.

Guárdala en un lugar adecuado

No siempre vas a estar montando en bicicleta, de hecho, es posible que pases largas temporadas sin montar por las razones que sea. Sea cual sea tu situación, siempre debes asegurarte de que tu bicicleta esté guardada en un lugar adecuado, es decir, uno en el que no haya humedad ni riesgo de caídas o de golpes.

Si el ambiente está demasiado húmedo, el óxido puede empezar a aparecer y causar serios problemas a tu bicicleta. Además, para evitar que otros agentes externos puedan afectarle, es sumamente recomendable que la cubras con alguna clase de tela o elemento aislante. Así, te asegurarás de que esta completamente protegida.

Revisa los tornillos

Este consejo es uno que se aplica especialmente a las bicis de carretera, ya que son las que más kilómetros suelen hacer en cada sesión de ciclismo. Antes de salir para llevar a cabo una larga ruta, es necesario que repases todos los tornillos para comprobar que están perfectamente apretados.

No te pases tampoco apretando, ya que eso puede hacer que la rosca se estropee o que, incluso, se rompa una pieza. Por otra parte, el de los tornillos es un aspecto que no se debe pasar por alto, ya que descuidarlo puede traducirse en accidentes no deseados, o en roturas también indeseadas.

Mantén engrasadas las zonas que lo necesiten

Sillín, cadenas, pedales, ejes de las ruedas, cables de freno… Todas estas son partes de tu bicicleta que necesitan ser engrasadas cada vez que hagas una limpieza a fondo. Desmóntalas antes y asegúrate de contar con un buen aceite engrasante, como una brocha que te ayude a realizar una buena aplicación y distribución.

Debes dedicar un buen tiempo a realizar esta labor, sobre todo en la parte de los cables de freno, las ruedas y las cadenas. Si están bien engrasadas, funcionarán a la perfección y evitarán problemas que acaben desencadenando en roturas.

¿Cómo van esas ruedas?

La presión de inflado de las ruedas debe ser siempre la adecuada. No te excedas ni tampoco te quedes corto, ya que de ello dependerá la adherencia al terreno en todo momento. Si no tienes medidor de presión, acude a la gasolinera más cercana para inflar las ruedas de tu bicicleta.

Por otra parte, comprueba que no haya pinchazos en la cámara o en la cubierta (en caso de que sea tubular) y, además, comprueba el estado de los tacos sobre todo en las de montaña.

¿Has tomado nota? A partir de ahora, recuerda hacer todo esto con cierta frecuencia. Así, podrás disfrutar de una bicicleta mucho más duradera. Si le dedicas un buen tiempo, vas a tener bicicleta para muchísimos kilómetros.