El Iberostar Tenerife ya está en cuartos de final de la Basketball Champions League. Costó superar al Promitheas Patras, pero al final se consiguió este objetivo de pasar de ronda y llegar a la siguiente eliminatoria que le enfrentará al Hapoel Jersusalem, que superó en octavos de final al Neptunas Kleipedas.

El conjunto tinerfeño basó su ofensiva en el trabajo defensivo y, a partir de ahí atacar al rival buscando el equilibrio entre sus líneas, haciendo daño tanto en el juego interior como en los lanzamientos exteriores.

Este triunfo y la clasificación para los cuartos de final hacen olvidar, en principio, el mal partido ante el Herbalife Gran Canaria y contra el Tecnyconta Zaragoza y, además, deberá darle esa fuerza necesaria para el próximo partido de Liga que le medirá al Kirolbet Baskonia, otro de los importantes retos que deberá superar el cuadro insular.

Ayer bastó con dos excelentes primeros cuartos para marcar diferencias entre los dos equipos. Un trabajo de desgastes que tuvo su premio, al menos para dejar muchas dudas ante un Promitheas Patras que no encontró su sitio.

Vidorreta buscó siempre que la intensidad defensiva no bajara en ningún momento y movió el banco constantemente en busca de no bajar su nivel. Lo consiguió y, tras unos primeros minutos de igualdad, antes de llegarse al final del primer cuarto, los tinerfeños ya habían logrado igualar la eliminatoria con un claro 22-10.

La apuesta del técnico salió bien, con un Brussino atacando bien el aro desde fuera y un Sebas Saiz, que salió desde el inicio, imponiendo su ley bajo canasta.

En el segundo cuarto los insulares no bajaron los brazos y siguieron empujando desde atrás.

Tony Meier y Ellis, dos de los mejores en el partido de ida, no encontraban su juego y solo Rion Brown lideraba el baloncesto de ataque de su equipo.

Las diferencias seguían aumentándose y se llegó al descanso con 21 puntos arriba para los locales (44-23), nueve puntos por encima de la diferencia que el Promitheas había logrado en su cancha.

El tercer cuarto era el que más peligro llevaba, pero el equipo de Vidorreta supo mantener la tensión inicial para no perder la ventaja acumulada. Su defensa seguía siendo firme, mientras que en ataque continuaba sumando.

Pero el Promitheas Patras no estaba aún rendido. Solo le faltaba encadenar una serie de ataques acertados para poner la tensión en el partido.

Presionó y Tony Meier empezaba a ayudar en ataque también y de ese 50-26 se pasó a un 56-41 que encendió las alarmas en el equipo insular. Quince puntos de diferencia y 11 minutos por jugarse.

El Iberostar Tenerife solventó estas situaciones complicadas en el juego como lo hacen los grandes. Bassas anotó un triple y puso de nuevo una ventaja de 20 puntos.

Lo mismo pasó en el tramo final del choque. Brown encadenó una serie de canastas consecutivas para poner el nerviosismo en las gradas, pero sería Davin White que, con un triple, terminaría por decidir el choque para los aurinegros.

El Iberostar Tenerife fue ayer el de las grandes ocasiones, ese que gusta, ese equipo que enamora y que debe luchar ahora, no solo por llegar a la final a cuatro de esta BCL, sino por estar entre los ocho mejores en la Liga ACB.