El Norte de Tenerife, con 15 municipios donde residen en la actualidad 224.000 personas, no tiene donde incinerar a sus muertos. Desde principios del siglo XXI se viene hablando de la creación de un moderno tanatorio con horno crematorio en localidades como el Puerto de la Cruz, La Orotava, Icod de los Vinos o Tacoronte, pero ningún proyecto se ha concretado y la realidad es que para incinerar a un fallecido en el Norte es necesario desplazarse hasta el área metropolitana, a casi 77 kilómetros de Buenavista.

Los Ayuntamientos norteños han iniciado una tímida modernización de las salas velatorios repartidas por sus barrios y cascos urbanos, obligada en gran medida por el decreto de Sanidad Mortuoria de Canarias, aprobado en 2014.

Municipios como La Orotava o El Sauzal han emprendido una paulatina mejora de los espacios donde, tradicionalmente, los vecinos han velado a sus muertos. Pero ninguna localidad, ni ninguna comarca, han apostado por poner en marcha un tanatorio que ofrezca la posibilidad, cada vez más demandada, de incinerar a los fallecidos.

La cremación es una alternativa que la Iglesia Católica permite desde el año 1963, aunque en 2016 aclaró que no tolera "la dispersión de las cenizas en el aire, en la tierra o en el agua o en cualquier otra forma, o la conversión de las cenizas en recuerdos conmemorativos, piezas de joyería u otros artículos".

Según la Asociación Nacional de Servicios Funerarios, la tasa de cremación se sitúa por encima del 38% en España y se estima que en 2025 este dato se elevará hasta el 60%.

Ese cambio de tendencia tiene en el Norte una dificultad añadida: la molestia e incomodidad que supone para familiares y amigos de los fallecidos desplazarse hasta el área metropolitana para la cremación. En enero de este año, los habitantes del Sur de la Isla han dejado de tener ese mismo problema. La empresa Mémora invirtió más de un millón de euros en el primer tanatorio con horno crematorio de esta vertiente de la Isla.

En el Norte, sólo el grupo de gobierno en minoría de CC en el Ayuntamiento de Tacoronte defiende un proyecto de este tipo. Lo planteó en 2015 como una propuesta de construcción y explotación en régimen de concesión de obra pública. Y lo intentó aprobar en pleno en tres ocasiones, sin éxito. El alcalde, Álvaro Dávila, ha anunciado que lo seguirá intentando tras las elecciones locales.

Atrás quedan otros intentos, como el del PP de La Orotava, que en 2003 presentó una moción al pleno para que se construyera en el Valle "un tanatorio con amplias dependencias y servicios, entre los que debería estar un horno crematorio ante la creciente demanda de incineración que se produce en España".

En 2005, el concejal villero Narciso Pérez (CC) anunció la creación "en unos años" de "un tanatorio y un crematorio municipal". Un proyecto que se planteó en el antiguo hospital de la Santísima Trinidad y que se descartó por su elevado coste.

También en 2005, el fallecido alcalde portuense Marcos Brito (CC) dijo que el nuevo cementerio que estaba previsto construir en la zona de Piedra Redonda, donde ahora hay dos hipermercados, contaría con un moderno tanatorio, "dotado de horno crematorio".

Entre 2013 y 2014, en Icod se trató de sacar adelante un polémico proyecto con crematorio junto al centro de mayores, que tampoco autorizó finalmente Salud Pública.