Si hay un escritor canario al que, con seguridad, se le puede calificar como el más transgresor e innovador de todos hasta ahora, ese es, sin ninguna duda, Agustín Espinosa (Tenerife, 1897-1939). Y, por eso mismo, pocos como él se merecían centrar el Día de las Letras Canarias que se celebró el pasado 21 de febrero en el Archipiélago. Pero para dejar bien clara cuál ha sido su dimensión artística desde un principio, hay que subrayar que los expertos suelen ser unánimes en situar su libro Crimen como la obra literaria surrealista más importante de este país y un trabajo a la altura de los grandes pioneros franceses del movimiento.

La elección de Espinosa coincide con el 80 aniversario del fallecimiento del autor, y entre las primeras actividades que se desarrollaron desde el Gobierno insular destacó la publicación de una revista titulada Agustín Espinosa. Sueños adversos, que incluye una cronobiografía del tinerfeño, artículos en profundidad sobre su aportación literaria a cargo de diferentes especialistas, fotografías, otra documentación gráfica recopilada y una selección antológica de su obra.

Actos de homenaje

Por otro lado, el Ejecutivo organizó el pasado 26 de febrero un acto solemne en la Plaza Viera y Clavijo de Los Realejos, municipio en el que vivió y murió el escritor canario, ya que no hay que olvidar que el Día de las Letras Canarias es una efeméride instaurada en 2006, cuya fecha conmemora el fallecimiento de José Viera y Clavijo en 1913. Paralelamente, el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife inauguró una exposición de sus libros en la Biblioteca Municipal Central que estará abierta hasta el próximo 30 de abril. Los libros expuestos forman parte de los fondos Pedro García Cabrera, Antiguo Canario y Hemeroteca Antigua Canarias. Los responsables del consistorio capitalino explicaron que, de entre las obras que podrán verse, destacan el original de la revista La Rosa de los Vientos o la traducción que hizo el autor del saludo de Breton a Tenerife -un manuscrito autógrafo mecanografiado del fondo Pedro García Cabrera-.

La corta vida de Espinosa fue tan agitada como su obra. Perteneciente a la llamada facción surrealista española de Tenerife, junto a Óscar Domínguez, Westerdahl y Pérez Minik, la publicación de Crimen, en 1934, fue calificada de escandalosa, y muchos de sus ejemplares serían quemados públicamente, lo que provocó que Espinosa perdiera su cátedra de instituto como represalia, así como un recrudecimiento de la úlcera de duodeno que le mata a los 41 años. Espinosa fue colaborador habitual de La Gaceta Literaria,y en sus años de doctorado madrileño frecuentó las tertulias de Ramón Gómez de la Serna en el café Pombo, y firmó el número 2 del Boletín Internacional del Surrealismo.

Cuatro escritores canarios coinciden en calificar el trabajo del tinerfeño como excepcional en el conjunto de la producción literaria no solo canaria, sino nacional, e incluso europea. Alexis Ravelo se confiesa un admirador nato de Espinosa. Incluso el autor de La estrategia del pequinés,está preparando una nueva edición de su turbulenta novela. "Es uno de nuestros escritores más fundamentales, pero también el más políticamente incorrecto", aclara desde el principio. "Se sale de todos los cánones existentes hasta entonces, y aunque parte de su obra viene del Creacionismo y del Ultraísmo, fue el primer autor de una novela surrealista en España". Ravelo también incide en las consecuencias que tuvo su audacia. "Por el lenguaje que utilizaba, Espinosa fue perseguido por las asociaciones de padres de familia, y hoy sería condenado más todavía, ya que no le rinde pleitesía a nada que él considere que le molesta para desarrollar su creatividad", añade. "Era un provocador nato, y partiendo desde el edificio verbal más excelente, no hay prosistas en la época de Canarias mejor que él".

Irreverencia

Ravelo analiza dos términos consustanciales con su escritura. "La irreverencia surge desde el autor, pero la incorrección política es la percepción de los tabúes que trastoca el propio artista. Y Espinosa sigue siendo políticamente incorrecto porque cuando uno se enfrenta a las páginas de Crimen tiene que entender que al autor le da igual el discurso público en torno a un montón de cuestiones, el lector tiene que saber que el creador lo que está haciendo es volar libremente su imaginación convocando imágenes plásticas poderosas y llegando a lo hondo del subconsciente", subraya. Para el escritor grancanario, una de las cualidades más destacadas de Espinosa es "que al mismo tiempo que es muy salvaje es muy fino porque en Crimen no hay ni un solo taco, ni una palabra mal sonante, pero es absolutamente escatológico. Bebe de ese espíritu de libertad creativa".

''Los cantos de maldolor''

Aparte de Crimen y Lancelot 28º-7º, las dos obras mayores de Espinosa, Ravelo destaca artículos como Media hora jugando a los dados sobre la obra de Jorge Oramas; Hablemos ahora del asno, que aborda la historia de la literatura española a través del burro, o el poema Oda a María Ana, primer premio de axilas sin depilar de 1930 dedicado los sobacos de una chica "de una sensualidad y un humor desbordantes". Para el autor de la saga de Eladio Monroy, si hubiera que encontrar una influencia francesa clara para el Espinosa que escribe Crimen esa sería Isidore Lucien Ducasse y Los cantos de Maldolor, además de Breton y algún guiño a Ernesto Giménez Caballero, y La Gaceta Literaria.

Finalmente, Ravelo subraya que "casi todos los escritores canarios actuales nos sentimos influidos por él", aunque reconoce que su obra estuvo durante muchos años relegada al ostracismo. "Eso tiene una explicación clara, fue represaliado y, para escapar, muere con la camisa de la falange puesta, aunque no perteneciera a ningún bando político". Y al no tener ninguna sombra política "fue ignorado durante el franquismo y la transición" hasta la reedición de Lancelot 28º-7º.

Por su parte, el escritor José Luis Correa, suscribe todas las palabras de Ravelo y afirma que Espinosa fue "uno de los grandes del siglo XX y de su época" ya que recuerda, además, que Canarias, en relación con España, fue la zona de mayor influencia de la literatura puntera en varias etapas de nuestra historia. "Uno de los momentos fue el Modernismo, la terna de Morales, Quesada y Saulo Torón y otro importante fueron las vanguardias de las que salió Espinosa que con Crimen se situaría entre los primeros en crear una literatura nueva, una figura señera de nuestras letras".

Aparte del tema político, Correa señala que el olvido de su obra se debe a lo que siempre ocurre con las nuevas generaciones, el síndrome de matar al padre, que consiste en que "la que viene nueva denosta y critica a la anterior y tienen que venir el nieto a recuperar los abuelos tan buenos que teníamos". Por eso mismo, pasaron unos 30 años hasta que el autor lograra la admiración de la crítica, "y que ahora mismo esté su obra totalmente asumida en la enseñanza ya que estudiamos en el instituto".

"Una obra rompedora"

El autor de la saga de Ricardo Blanco afirma que la obra de Espinosa se puede definir como "el riesgo de contar" y admite que "Crimen me marcó como lector, me pareció una obra rompedora y muy relevante. Rayuela de Cortázar fue recibido como algo nuevo, pero en Crimen hay una serie de innovaciones literarias que luego van a estar en obras de reconocidísimo prestigio".

Finalmente, Correa subraya que Espinosa "se expresaba con el objetivo que debe busca cualquier artista, que es lo transgresor, y más ahora cuando lo políticamente correcto lo atrapa todo". Una obra que en el fondo de lo que habla es de "la perversión con sentido, con una enorme calidad literaria, algo que debería estar en el seno de toda la literatura y el arte en general".

En tercer lugar, el escritor Ángel Sánchez añade que "Espinosa fue un adelantado de la vanguardia en Canarias porque abordó una corriente europea que aplicó a las circunstancias de las Islas". Para el autor la novela Crimen es sin ninguna duda la mejor de todo el surrealismo español, y luego tiene libros muy valiosos como Signo de Viera, además de artículo de imbricación en la cultura europea.

"Con Espinosa la literatura canaria deja de ser provinciana, encerrada en si misma, para abrirse a las corrientes que renuevan el pensamiento, una literatura en la que penetran las actitudes personales, los estilos y la valentía de escribir para una población que es analfabeta". En este sentido, Sánchez recuerda que Espinosa "sabía que tenía pocos lectores, pero sigue adelante. Y es el padre de los que hemos seguido escribiendo con aptitudes de apertura, de renovación sobre todo".

Libros de vanguardia

Por su parte, la escritora y poetisa palmera Elsa López tacha a Espinosa como "el gran impulsor del surrealismo en la novela. Es un referente importantísimo para todos nosotros, con él se abre un nuevo camino no solo para la literatura hecha en Canarias sino de todo el país".

López considera "no únicamente justo sino completamente necesario" que el Gobierno de Canarias haya decidido dedicarle este año el Día de las Letras Canarias a Agustín Espinosa. "Ya era hora", sentenció López. La autora, Medalla de Oro de Canarias en 2006, cita también "dos libros de vanguardia maravillosos y muy importantes para nuestra literatura: Crimen y Lancelot 28º-7º. "Hay sin duda un antes y un después con Agustín Espinosa con una manera de escribir que está entre la poesía y la novela", apostilló la creadora de El viento y las adelfas.