España mantendrá su actual huso horario y Canarias la "hora menos". El comité de expertos al que el Gobierno central encargó estudiar la conveniencia de recuperar la hora que le corresponde geográficamente -la de Gran Bretaña- ha dictaminado que mejor dejar la cosas como están. "No habrá cambio alguno", anunció ayer la ministra portavoz, Isabel Celaá en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. "España lleva empleando el mismo huso desde hace más de 30 años, que coincide con el de Alemania", recordó para ejemplificar que esa anomalía no ha afectado el día a día del país.

El aplauso es unánime en el Gobierno y las instituciones canarias. La idea inicial del Ejecutivo de Pedro Sánchez, a remolque de la propuesta lanzada por la Comisión Europea en agosto para revisar el cambio de hora estacional, era acabar con el desfase que impuso el franquismo y que la Península y Baleares acompasaran las manecillas con Canarias. Sin embargo, tal como insistieron ayer desde el Gobierno autonómico, si la razón era ajustar el horario peninsular a su realidad geográfica, lo mismo habría que hacer con el del Archipiélago por su ubicación, situada en un meridiano distinto al resto del país y, por lo tanto, con horario diferenciado.

Y es que la coletilla habitual de "una hora menos en Canarias" de locutores de radios y presentadores de cadenas de televisión que emiten en ámbito nacional no sólo subraya los signos diferenciales de las Islas con el resto del país, sino que supone una campaña permanente y gratis de las Islas en la Península. Sin serlo es casi un spot publicitario que de cuantificarse arrojaría una cantidad superior al millón de euros cada día. Más de 31 millones al mes. Una cifra nada baladí para una comunidad cuya primera industria es el turismo.

Canarias debería desembolsar alrededor de 374 millones de euros anuales para pagar una campaña de promoción que tuviera el mismo alcance y el mismo impacto que supone el goteo constante del indicativo horario de las Islas. Una cifra impensable, sobre todo si se tiene en cuenta es 22 veces la cantidad que Promotur, la sociedad pública encargada de la promoción turística de las Islas, destina a inversión anual.

Para Canarias pues, la decisión del comité de expertos es una batalla ganada y no solo desde el punto de vista de la promoción. La coletilla es también parte del imaginario colectivo de los peninsulares remarca la diferencia pero también la permanencia, apuntaron en su momento los especialistas de Oportunidades Canarias que cuantificaron el impacto de la "hora menos".

La decisión del Gobierno central, no obstante, lleva aparejada una segunda parte: posponer si acabar con el cambio de hora estacional hasta 2021. Adelantar o retrasar los relojes en marzo y en octubre se hace en España desde hace 45 años. "Este día 31 [de marzo] adelantaremos el reloj de facto", señaló Celaá para comentar que después de varios meses de análisis, los mismo expertos que han decido que no cambiaremos la hora no se ponen, sin embargo, de acuerdo sobre qué hay que hacer en este caso. No hay una "resolución concluyente", habida cuenta de la "gran cantidad de repercusiones de impacto" que tiene esta medida en campos como el económico o el cultural.

De hecho, cuando el CIS preguntó en una de sus encuestas trimestrales con qué horario preferían quedarse definitivamente, la respuesta mayoritaria fue que el de verano, mientras que los expertos recomiendan que sea el horario de invierno.

En el caso de Canarias la apuesta siempre fue la del CIS. Una comunidad en la que el turismo y el sector servicios son fundamentales, que se alargue la jornada es positivo, ya que es en la franja horaria de tarde cuando la actividad de comercio y restauración es más fuerte. Celaá recordó que a nivel europeo tampoco se ha producido ninguna conclusión concluyente ni vinculante. Portugal, por ejemplo, ha decidido que seguirá como hasta ahora.

La Comisión Europea presentó una propuesta para poner fin a los cambios de hora durante 2019. En un principio este 31 de marzo iba a ser el último cambio de hora que se realizaría en la Unión Europea, pero el Parlamento Europeo ha pedido retrasarlo hasta 2021. Los Estados miembros deben comunicar como muy tarde en abril de 2020 si se quedarán con el horario de verano o con el de invierno. Si optan por la primera opción, el último cambio de hora tendrá lugar en marzo de 2021, mientras que el reloj se cambiará por última vez en octubre de 2021 en aquellos países que decidan permanecer en el horario de invierno. Pese a la petición del Parlamento Europeo, los Veintiocho volverán a debatir sobre esta cuestión en junio.