Hace unos meses, en una entrevista en este periódico, el alcalde la capital, José Manuel Bermúdez, dejó entrever que habría cambios en la lista con la que aspiraría a revalidar la Alcaldía de la capital. Sin ser amigo de ellos, los consideraba necesarios para renovar la ilusión del electorado. Lucía Dorta Alom es el primero de ellos.

Licenciada en Derecho por la Universidad de La Laguna, funcionaria del ayuntamiento y, en la actualidad, jefa de la sección de Prevención de Riesgos Laborales en el consistorio, Alom es la principal novedad de una lista de la que se caerán algunos concejales que han compartido equipo con Bermúdez durante los últimos años.

Sin experiencia previa en la gestión política, pero con una amplia formación en el día a día municipal, Lucía Dorta (Santa Cruz, 1974) es una afiliada más de Coalición Canaria en la capital tinerfeña con la se pretende captar a una parte del electorado de la ciudad con un perfil bastante definido y que se consideraba poco cubierto hasta ahora.

Casada y madre de dos niñas, el principal "fichaje" de Bermúdez para su candidatura -irá en los puestos de salida-, es hija del prestigioso oncólogo Javier Dorta, distinguido en el año 2017 como Hijo Ilustre de Tenerife por su trayectoria médica e investigadora. Además, parte de su familia está ligada también al ejercicio de la abogacía.

En todo caso, la de Lucía Dorta solo será una de las sorpresas de la lista que José Manuel Bermúdez y su equipo han configurado y que deberá ser aprobada el próximo martes, día 26, tanto por el comité local como por la asamblea de la formación nacionalista.

En total, serán 27 los nombres que conformarán una candidatura en la que parecen fijos ediles que hoy desempeñan su labor en el ayuntamiento como Alfonso Cabello, Gladis de León o Dámaso Arteaga. El resto de nuevos fichajes se ha guardado con cierto celo.

Cabe recordar que en 2015, también con José Manuel Bermúdez al frente, CC consiguió nueve concejales en Santa Cruz; un resultado que, si bien no le dio para gobernar en solitario, sí permitió al alcalde elegir como compañero de viaje al PP (seis) y no al PSOE (cuatro), como se recomendaba desde la dirección regional del partido.