La catalana Lola Dueñas (Barcelona, 1971) es una de esas actrices de raza. Le viene de familia. Pedro Almodóvar definió su forma de interpretar como "una especie de Frankenstein". Y a ella le encanta esa definición. Dos goyas jalonan su carrera. Recientemente ha rodado Instinto, un thriller erótico, que se verá en mayo en Movistar. Acaba de presentar la película Love Me Not, de Lluís Miñarros, en el marco del 19º Festival Internacional de Cine de Las Palmas.

Hace 21 años que apareció por vez primera en un largometraje, Mensaka. Si hace un ejercicio de retrospectiva, ¿está satisfecha con su carrera cinematográfica?

Muchísimo. Lo que más feliz me hace es que ahora tengo las mismas ganas de rodar y de ser actriz que cuando hice Mensaka. No se ha movido nada.

Ha trabajado en cortometrajes de prestigio como En camas separadas, sin embargo estas piezas de formato corto suelen quedar relegadas a un segundo plano. ¿Qué satisfacción le reportan?

En aquella época tuvieron mucha importancia. Fue mi unión con Javier Rebollo. Hicimos cinco cortometrajes y el largometraje Lo que sé de Lola. Ganábamos todos los años en Álcala de Henares [uno de los festivales de cortometrajes más prestigiosos del mundo]. Recuerdo esa época con muchísimo amor y mucha inconsciencia. Cuando te haces mayor eres consciente de que estás vendiendo una historia. Tenía muchas ganas de volver al cortometraje y este año voy a rodar dos. Uno es un musical, en el que canto y bailo y el otro es de un estudiante parisino.

Siempre se ha dicho que a las actrices después de los 40 les cuesta conseguir papeles. ¿En qué medida le ha afectado este hecho?

A mí de momento no me ha afectado. Voy a tocar madera [se toca la cabeza, irónicamente]. Soy optimista. La cosa está cambiando. Hacen falta mujeres que dirijan y escriban. Ahora tengo más experiencia y sería una pena que mi trayectoria se cortara, ya que estoy en mi mejor momento interpretativo.

¿Se ve haciendo el baile sensual que hace Ingrid García Jonsson en Love me Not?

Yo me veo haciendo lo que me propongan. Me encanta el baile de Ingrid. Tiene una gran potencia visual. He disfrutado tanto con el baile que quiero que lo haga Ingrid para poder verlo.

¿Almodóvar ha sido el director más importante de su carrera?

Ha habido varios. Almodóvar ha sido el que más deseaba. El deseo de trabajar con él va unido al de ser actriz. Me ha fascinado Dolor y gloria.

Acaba de saldar la asignatura pendiente de rodar bajo las órdenes de una mujer.

La primera directora con la que he rodado en España es Celia Rico con Viaje al cuarto de una madre, cuando en Francia he grabado con muchas más mujeres que hombres. Espero que el cine español algún día se equipare al francés en este sentido. Creo que estamos en el camino. Ya este año, en los goyas, en dirección novel había tres mujeres nominadas.

¿Cuál es su opinión sobre el papel que juega la mujer en el mundo del cine en España?

Me parece una cuestión de lógica que sigamos dando pasos hacia delante. Nadie con la cabeza mínimamente amueblada puede justificar la desigualdad de género. Son cosas del pasado.

¿Cuál es el método interpretativo de Lola Dueñas?

Me gusta trabajar sola en casa con el guion. Dándole vueltas al texto. El que mejor ha definido mi trabajo fue Almodóvar. Un día dijo: "Lola hace una especie de Frankenstein". Y tiene razón. Rescato desde una poesía hasta la manera de andar de alguien que pasa por la calle. Voy cogiendo de aquí y de allí y luego compongo una especie de puzzle.

Ha ganado dos goyas. ¿Los premios ennoblecen o envilecen?

[Se ríe] Ninguna de las dos cosas. A mí no me abrieron nuevas puertas, aunque sí a las películas. Me quedo con la alegría de esas noches. De la alegría de mi familia y de mis amigos. Y eso se pasa volando.

¿Qué valor le otorga a la fama?

Ninguna. Es algo que nunca me ha interesado. Cuando empecé, pensaba si me va bien en este oficio tendré fama y no la quiero. Tengo un físico muy corriente y paso desapercibida por la calle. Lo que peor llevo son las alfombras rojas y los estilismos.

Tras residir cinco años en París, ¿por qué vive ahora en un pueblo de Portugal?

Siempre había tenido la idea romántica de vivir en un pueblo cercano a Lisboa. Mi idea era quedarme un año, pero ya llevo dos años y me quiero quedar a vivir allí. Hay algo que me ha atrapado y es la paz. Es algo que ya no existe en el resto de Europa. Allí se para el tiempo. Combina muy bien con mi trabajo. Paso de estar rodeada de gente en los rodajes a la nada. Eso sí, tienes que estar muy bien contigo mismo para vivir en un sitio tan aislado.

¿Qué función cumplen los festivales de cine?

Los festivales de cine ofrecen películas que no se pueden ver en otros espacios. El cine que más me gusta es el de autor, pero los intérpretes no podemos vivir solo de este tipo de cine. Lo ideal es un equilibrio entre cine de autor y comercial.

¿Qué proyectos ensanchan su horizonte?

Acabo de terminar de rodar Instinto, que se verá en mayo en Movistar, y ahora quiero más series. Es una serie muy variada, es un thriller erótico en el que hay mucho sexo. Cuenta con un repartazo: Mario Casas, Ingrid García-Jonsson, Elvira Mínguez? Mi rol me interesó mucho porque representa el extremo opuesto al de Viaje al cuarto de una madre. Era casi una necesidad explorar el lado contrario.