La Gerencia de Urbanismo de Santa Cruz ejecutó ayer, pasadas las 12:00 horas, el desalojo de la vivienda del número 28 de la calle Miraflores, conocida como Casa Clavijo, en la que se ejerce la prostitución desde hace décadas y en la que, según los técnicos municipales, se pueden producir desprendimientos.

Según informó el concejal del área, Carlos Tarife, la actuación de ayer, en la que participó la Unipol de la Policía Local y técnicos del consistorio, se precipitó al tener constancia por parte de los Servicios Sociales de que en la vivienda no pernoctaba nadie.

De la casa salieron de forma voluntaria 4 jóvenes, con sus pertenencias a cuestas, pero permaneció en ella, bajo su responsabilidad, una señora mayor -más de 70 años- que dijo ser la propietaria del inmueble y que aseguró llevar trabajando 40 años en el número 28 de Miraflores.

Sin embargo, Urbanismo tiene la certeza de que la citada mujer no vive tampoco en esa vivienda. "Si quieren que me vaya me tendrán que indemnizar", dijo ayer la afectada. "Hay constancia de que vive en otro barrio", aseguró, por su parte, Tarife.

El concejal avanzó que "el lunes o el martes" de la semana que viene procederán a precintar el inmueble. Si persistiera la negativa de la mujer, aclaró, se solicitará la correspondiente autorización al judicial.

En relación con el mal estado del inmueble, que ha motivado la actuación municipal, pero que la consejera de Patrimonio Histórico del Cabildo, Josefa Mesa, puso en duda este jueves, Tarife reconoció que "se ha quedado sin palabras" tras comprobar cómo Mesa ha puesto en duda un informe de los técnicos de Urbanismo de Santa Cruz.

"Me parece inaudito. Si esta es la colaboración del Cabildo con Santa Cruz, dudar de los informes técnicos, poco tengo que hablar con ella", sostuvo el concejal, quien lamentó la "clara utilización política" que ha hecho la consejera de los temas de la capital tinerfeña.