Por primera vez en su historia, el Parlamento de Canarias eligió en 2015 a una mujer como presidenta de la Cámara, Carolina Darias, y, en algo aún más relevante e indicador de los nuevos tiempos, el número de diputadas superó al de hombres con escaño: 31 frente a 29. Sin embargo, ambos hitos, porque así se concibieron entonces y no se ha parado de recordarlos como tales, no han tenido aún suficiente parangón en otras administraciones (basta con analizar el número de alcaldes en las Islas) y tampoco en la representación histórica en Cortes, tanto en el Congreso como en el Senado.

Un análisis de las féminas elegidas desde 1977 en los 13 comicios generales que ha habido desde entonces refleja a las claras el machismo soterrado que ha seguido existiendo en Canarias y en el resto del Estado, por mucho que en los años 90 comenzase a reequilibrarse un poco la situación. Un giro a favor de la mujer que se intensificó en las últimas legislaturas, sobre todo desde 2015, pero que, con perspectiva, no se corrigió ni con las sustituciones de diputados o senadores electos. De hecho, la proporción en el Parlamento estatal es de una mujer por cada 3 hombres desde las Islas.

En el caso del Congreso, la Transición y los años 80 dejan claro el escaso peso que tuvo la mujer. En la provincia tinerfeña, la gran excepción en esta etapa, al menos por permanencia, siempre fue María Dolores Pelayo, primero como senadora de UCD por Tenerife (1977) y, luego, como diputada por esa coalición de centroderecha encabezada por Adolfo Suárez, si bien desde octubre de 1982 y hasta las elecciones de marzo de 1996, en las que ya no quiso presentarse, en las filas de un PSOE en el Congreso que gobernó durante esos casi 14 años. Su fuerte personalidad, constancia en los medios y actividad parlamentaria le dieron mucho relieve, pero fue casi la única voz femenina en Cortes por esta provincia en 19 años, lo que dice mucho si, al mismo tiempo, se atiende a que en 1977 hubo otros dos senadores por su Isla y, en total, nada menos que 35 diputados varones elegidos directamente en los comicios del 77 a 1993, más allá de las sustituciones posteriores.

La otra excepción en estas seis primeras legislaturas, si bien solo en la primera (la Constituyente), fue Esther Tellado, elegida en el quinto puesto de la lista de UCD al Congreso en 1977.

En 1996, volvió a ser el PSOE el que logró meter a una diputada por la provincia tinerfeña. Belarmina Martínez entró de número 3 en unos comicios que, a diferencia de lo ocurrido a escala nacional y en la provincia oriental, donde ganó el PP, en Santa Cruz de Tenerife siguió imperando el PSOE.

No fue hasta el año 2000 cuando la derecha mete a una mujer en el Congreso. Se trató de Cristo Reyes (tercera en la plancha del PP), aunque tampoco el cambio ayudó mucho a la paridad, toda vez que ni el PSOE ni CC tuvieron diputadas en sus 4 escaños electos. La situación fue a mejor, sin embargo, en 2004, cuando, por primera vez, la provincia coloca de entrada a dos féminas en el principal parlamento del país, en ambos casos del PSOE, si bien detrás de José Segura. Fueron Gloria Elena Rivera y María Mercedes Coello, pero siguió habiendo, en contraste, otros 5 actas para hombres.

Eso sí, en 2007, Ana Oramas sustituye a Paulino Rivero y, desde entonces, ha mantenido su acta y, en principio, todo apunta a que seguirá con ella tras el 28A. Es más, y como prueba del giro que se ha producido, con la posibilidad de que, si su partido logra dos actas por la provincia, la segunda también será ahora para una mujer, en este caso la palmera Guadalupe González Taño, que va de dos. Asimismo, y en un claro ejemplo de cómo se ha ido volteando el claro desequilibrio inicial, por la otra provincia también presentan de número uno a María Fernández.

Las dos representantes socialistas de 2004 repiten en la legislatura iniciada en 2008 y también lo hace Oramas. Tres años después (2011,) el número se repite (3 diputadas), pero se reparte entre los tres partidos con representación: por el PSOE logra escaño Patricia Hernández; por el PP, Águeda Fumero y, por CC, repite Oramas.

Ya en 2015, se consigue el hito de que haya más mujeres que hombres por la Provincia, al entrar María Elena Márquez (PP), Tamara Raya (PSOE), Oramas y Melissa Rodríguez (Cs). Tres de ellas repiten en 2016, pero a Márquez la sustituye Ana Zurita en el PP, quien vuelve ahora a abrir la plancha en algo que también ha cambiado por completo, ya que tres mujeres serán cabeza de lista en unas semanas (Zurita, Oramas y Rodríguez), si bien en 2016 la cifra se elevó a 4: Raya (ahora de 2 en el PSOE, tras Héctor Gómez), Zurita, Oramas y Rodríguez, algo bastante impensable en los 70, pero que se ha echado de menos en los 80 y, sobre todo, en las décadas siguientes.

No obstante, y pese a esta clara evolución al equilibrio y más bien al volteo, el balance desde 1977 sigue sin dejar muchas dudas de cuál ha sido el peso de ambos sexos: frente a las 67 actas para varones que ha habido, solo hubo 24 escaños para mujeres. El contraste es casi abrumador y, en la región, deja un balance hasta ahora de 135 escaños elegidos de entrada para hombres y solo 47 para mujeres.

Con las sustituciones en la provincia tinerfeña, las mujeres solo comenzaron a entrar en la legislatura de 2000 a 2004 y fue de la mano de la conservadora Raquel Pérez, que cogió el relevo de Gabriel Mato en junio de 2003. Siguieron con el citado cambio de Oramas por Paulino Rivero (en 2007), con el de Ofelia Reyes (PP) por Ernesto Aguiar en junio de 2015 y el de Ana Vanessa Rodríguez (PSOE) por Patricia Hernández (mismo mes de ese 2015). Es decir, solo cuatro en 42 años.

Como resume Dolores Pelayo a El Día, "Canarias es el Sur del Sur y estamos cerca de África y su cultura", de evidente preponderancia del hombre. A su juicio, el salto ha sido más que palpable pero nunca debe bajarse la guardia con la igualdad. Eso sí, lamenta que los senadores y diputados (sean hombres o mujeres) hayan perdido "la relevancia que tenían antes", como cuando ella se convirtió en un referente de la lucha femenina en pro del divorcio, los derechos de emancipación o el aborto.

El claro machismo (se pinte como se pinte, y por muy preparados que fueran el resto de diputados) que refleja la distribución de sexos en los escaños por la provincia tinerfeña fue aún más grave en la de Las Palmas desde 1977 hasta 1993. En esa larga etapa, en la que se consolida la democracia, se superan golpes de estado, se entra en la CEE (UE) y hasta en Maastricht, no hubo ninguna fémina de la provincia oriental elegida directamente en las urnas el día de los comicios generales. El impresentable vacío lo comenzó a romper el PP en 1993, con María Bernarda Barrios (foto), aunque, por supuesto, fue de número 3, no de 1 o 2. Hasta su escaño, se había elegido 31 actas (se pasó de 6 a 7 por población en 1989, y a 8 en 1993) y todas fueron para hombres, aunque Paula Monzón sustituyó a L. Olarte (CC) en el 93.

Barrios repite en 1996 y la cosa mejoró mucho en el año 2000, ya que no solo repitió Barrios, y encima encabezando la plancha (aunque fue sustituida por Mar Arévalo en 2002), sino que los populares metieron también, de 4, a Águeda Montelongo (que, curiosamente, hace unos días ha abandonado el partido para concurrir junto a González Arroyo). Eso sí, María del Carmen Castellano sustituyó a José Jiménez y Ana Guerra entró por Montelongo. Por CC, en ese 2000 logró acta María del Mar Julios (de 2), pero fue sustituida por Ángel Pérez, si bien luego se compensó con la llegada de Soledad Monzón en lugar de José Carlos Mauricio.

El PSOE incrementa su apuesta en 2004 con Pilar Grande y Olivia Cedrés, aunque le sustituye en 2007 Gustavo Santana. Sin embargo, es el PP el que más refuerza la presencia femenina, con nada menos (algo sin precedentes ni continuidad luego) que 3 diputadas en los primeros 3 puestos (Mercedes Roldós, Castellano y Pilar González. Eso sí, G. Mariscal entra por Castellano en 2005 y Daniel Nuevo por Roldós en 2007).

En 2008, el PSOE mete a Pilar Grande y a la majorera Rosa Bella Cabrera, mientras que el PP, a María del Carmen Guerra y Pilar González. Tres años después, la cifra baja a 3, con Grande (PSOE) y Matilde Asián y Celia Alberto (PP), mientras que, en 2015, la irrupción de Podemos fue fuerte (con Vicky Rossel y Mery Pita), con Asián sola por el PP. En 2016, a Rossel la sustituye Carmen Valido, mientras el PP suma a Carmen Hernández Bento (de 1) a Matilde Asián.

En total, 23 actas para mujeres y 68 para hombres: un techo igual de duro, pero que ya parece roto.