El Real Madrid ganó con autoridad en el pabellón de Deportes Santiago Martín (82-91) en un partido en el que supo sacar provecho de la calidad de sus hombres y controlar el partido a lo largo de casi todo el tiempo. Victoria blanca en un encuentro en el que el Iberostar Tenerife siempre dio la cara, pero hay veces que las cosas no salen como uno tiene previsto.

Rudy Fernández, Randolph, Thompkins y Sergio Llull fueron una auténtica pesadilla para la defensa del Iberostar Tenerife que a ello hay que unirle el buen trabajo defensivo y de sus interiores Ayón y Edi Tavares.

El conjunto de Pablo Laso empezó el encuentro marcando diferencias y con un Rudy Fernández que con dos triples consecutivos avisaba (3-8). Luego apareció Randolph y el Iberostar Tenerife no sabía donde cubrir.

Una de las claves en estos inicio fue la defensa de Taylor sobre San Miguel, al que le impidió iniciar los sistemas con seguridad.

Un acertado tiempo muerto de Txus Vidorreta y algunos cambios en sus hombres supuso un cambio en la dinámica del juego. De ese 8-17 que reflejaba el marcador se pasó a un 19-17, un parcial de 11-0 con el segundo equipo del Iberostar Tenerife en cancha. Al final ese primer cuarto concluyó con empate a 22 puntos.

Otra amenaza apareció en el inicio del segundo cuarto. Thompkins se atrevió desde fuera y logró dos triples para poner la máxima ventaja hasta ese momento (24-34), un parcial de 2-12 que obligó de nuevo a Vidorreta a parar el choque.

El Iberostar Tenerife tenía problemas en su juego de ataque. Insistían en los lanzamientos cuando jugando en el interior ponían más problemas a su adversario. Aguantó bien el equipo de Vidorreta la embestida del Real Madrid, aunque se llegó al descanso con una ventaja visitante de nueve puntos (40-49).

Y ahora le tocó el turno a Sergio Llull quien tomó el liderazgo de su equipo con autoridad y con tres triples llevó a su equipo a alcanzar una ventaja de trece puntos (40-56) que más tarde se elevaría hasta los 21 puntos (40-61), un parcial de 0-12 y casi el partido visto para sentencia y a empezar a pensar en el partido del miércoles, en el bando canarista.

Pero no fue así porque este equipo tiene orgullo y no iba a terminar el choque con la cabeza baja ante los más de cinco mil aficionados que se dieron cita en el Santiago Martín para animarle.

El Iberostar Tenerife se echó hacia adelante. En defensa dieron un paso decidido y en ataque lo intentaban desde fuera de la zona. Lucca Staiger acertó e hizo que el marcador llegara al término del tercer cuarto más apretado, con un 59-75.

El último periodo fue el más entretenido y emocionante de todos. El conjunto tinerfeño salió en busca de lo imposible y para empezar dos triples más de Staiger sirvieron para poner el 66-77. Bassas aportaría su parte para colocar el 69-77. El Iberostar Tenerife no se había rendido y logró ponerse a seis a falta de dos minutos (77-83) momento en el que destacó la aportación de Bassas con dos triples, pero el Real Madrid paró de lleno esta reacción final con el acierto de Ayón y Campazzo para terminar el choque con ese 82-91.

Ahora, tendrá tres días para preparar el encuentro ante el Hapoel Jerusalem donde se juega su pase a la Final-Four.