Francisco Torrents Rodríguez (La Orotava, 1965) tenía su propia empresa en Tenerife en 2012, con la que realizaba trabajos de educación ambiental y de textos e ilustraciones sobre la naturaleza. La crisis hizo inviable su negocio y tomó una decisión radical: vendió todo lo que tenía y se marchó a Australia para tratar de iniciar una nueva vida a los 47 años de edad. Aquel proyecto de emigrante duró tres años y su viaje de regreso a través de nueve países acabó en Nepal con el terrible terremoto de 2015, que causó miles de muertes. Este viaje vital de la crisis a Nepal, pasando por Australia y otros siete países, se ha convertido ahora en un libro. Una historia que tiene como hilo conductor las casi 600 especies de aves que Torrents fue observando a lo largo de su periplo por Oceanía, el sudeste asiático, Nepal y el norte de India.

Torrents comenzó en 1989 sus estudios de capacitación forestal en la Sierra de Cazorla, en Jaén, donde coincidió con un grupo de entusiastas de la naturaleza y comenzó a dibujar aves, una de sus grandes pasiones. En Tenerife alternó trabajos en el monte con su labor como ilustrador de la naturaleza y educador ambiental.

En 2007 publicó su primer libro, "Flora y Fauna del Parque Nacional del Teide", junto al biólogo Juanma Martínez Carmona, y consiguió durante varios años sobrevivir como autónomo trabajando en lo que más le apasiona.

La maldita crisis destruyó aquella estabilidad y Torrents tuvo que vender hasta su furgoneta para buscar nuevas oportunidades al otro lado del mundo. Y se marchó con la idea de "no volver más".

En Australia, este villero se vio lavando platos y arreglando jardines con 47 años. "Es duro tocar fondo con esa edad. Cuando uno es joven está dispuesto a todo y hasta lo disfrutas, pero en ese momento de la vida es diferente. Sin embargo, te haces más fuerte y cambias. Yo he vuelto muy cambiado", explica a El Día.

Después de tres años en Australia, asumió que debía volver a su Isla: "Aquello no era para mí, así que empecé a trabajar duro para ahorrar dinero y poder hacer el camino de regreso por tierra".

"Una de mis pasiones es la observación de aves, así que me dije: ya que vas a hacer este viaje, aprovecha para ver todos los pájaros que puedas. Y me preparé una lista de posibilidades, reduje al máximo los gastos y puse como prioridad visitar las mejores zonas para observar aves", explica.

"En el trayecto de cinco meses me pasó de todo -recuerda-, aunque fue una locura, en el fondo me divertí muchísimo". Perdió ocho kilos, le robaron la cartera, celebró tres veces el año nuevo -el occidental, el chino y el budista-, conoció una playa de 8 millas con cientos de miles de aves migratorias, durmió en lugares a los que nunca volvería y una tarde en Sumatra, en la barrera de un parque nacional, apareció un pájaro cuya especie no ha podido identificar.

"Llevaba siete libros con todas las especies de aves que me podía encontrar, pero aquel pájaro, que era muy característico, no coincidía con nada -explica-. No conseguí sacarle una foto, pero me queda la duda si ese día pude ver una especie desconocida para la ciencia".

El primer tramo del trayecto lo hizo por Australia, en su propia furgoneta, que tuvo que vender para poder llegar a Bali. De Indonesia pasó a Singapur, Malasia, Camboya, Tailandia, Myanmar y Nepal, donde una gran tragedia puso un final anticipado a su periplo.

"Después del gran terremoto de 2015 en Nepal, se me quitaron las ganas de seguir viajando y decidí volver a casa. Fue una experiencia muy dura. Tuve que salir por la frontera sur del país en dirección a Delhi (India) y desde ahí me volví a España", recuerda.

Desde entonces, ordenó ideas y cuadernos, elaboró decenas de dibujos y empezó a darle forma a Burung, un libro que lleva por título la palabra que significa ave en Indonesia, Malasia y Singapur.

El libro de Torrents se presentará el 27 de abril en la Feria Internacional de las Aves de Doñana, en Andalucía; el día 29 en el Gabinete de Historia Natural de Madrid, de la mano del naturalista Luis Miguel Domínguez, de Lobo Marley, y el día 30 se presentará también en el Círculo de la Amistad de Numancia, en Soria. Posteriormente, se presentarán el 10 de mayo en La Orotava y también a principios de junio en la Feria del Libro de Santa Cruz.

"No voy a decir que la crisis me ayudó ni que agradezco haber tocado fondo, pero de lo malo al final pude sacar una lectura buena", reflexiona. De aquella experiencia y aquel viaje, surgió un libro que ha ido tomando forma mientras la vida de su autor se recomponía en su Isla natal. Ahora, tantos kilómetros y pájaros después, las cosas vuelven a funcionar: "He vuelto a trabajar en lo mío, la educación ambiental y la divulgación de la naturaleza, y tengo otras ilusiones".