Estancamiento es el término que más repite en media hora de conversación centrada en analizar cómo está Guía de Isora, el municipio del que fue candidato de Coalición Canaria (CC) a la Alcaldía en 2003 y en 2007. El regreso lo hace más maduro, políticamente hablando, y frente a quien ya le derrotó en dos ocasiones, el socialista Pedro Martín, nombre que no pronuncia ni una sola vez en 30 minutos.

¿Cómo encontró el pueblo?

Estancado, a diferencia de lo que ocurre en municipios limítrofes. Supongo que porque la implicación del actual alcalde y de su gobierno ha sido menor que en otros periodos.

¿Qué le lleva a esa conclusión?

Supongo que si cuando se hacían hoteles él era el responsable, ahora, que no se construyen los que él anuncia, también lo será.

¿Cuál es el punto débil?

La vivienda. Hay que exigirle más implicación al Gobierno de Canarias, pero es el alcalde al que hay que pedirle responsabilidades por ello. Hace más de ocho años prometió 100 viviendas sociales, y aquí las últimas construidas son El Almendro y El Pinillo, hace 30 años. Aseguró que si el Ejecutivo regional no las hacía, las construiría el ayuntamiento. Un disparate, porque el consistorio no tiene capacidad económica para hacerlo.

¿El anillo insular acentúa la diferencia entre costa y medianía?

No debemos olvidar que fue CC la que defendió que el trazado pasara por la medianía, y menos mal que pasa cerca de Guía de Isora, Chío y Tejina porque eso atrae población y actividad. En este municipio el problema del tráfico está en Alcalá. Su circunvalación es necesaria y el alcalde no toma decisiones. Como candidato insular se queja de la situación de la Isla en esa materia, pero aquí es incapaz de, mientras llega la circunvalación, evitar los cruces a la izquierda en la travesía, por ejemplo; o asfaltar una pista agrícola que permitiría desviar tráfico hacia La Cumbrita. No es la panacea, pero sí un remedio eventual.

Acaba de exigir un servicio de mantenimiento de carreteras en el Suroeste.

Debe exigir eso y debe exigirse un mejor servicio municipal de recogida de basura y de limpieza, que hoy genera mucho malestar entre los vecinos.

¿Qué ocurre con la agricultura en un municipio tan agrario?

Si el alcalde no cree en ella, la agricultura no tendrá apoyo. Solo habla de turismo, turismo y turismo. Y digo que sí, pero nuestro modelo no puede ser Adeje. Un exceso de urbanización conlleva un exceso de presión sobre los servicios públicos. Los isoranos somos partidarios de desarrollar los cuatro hoteles que están programados porque aportan calidad, pero hay que pararse y evaluar si es necesario seguir creciendo en esa línea. La compensación puede llegar a través del empleo en el sector primario, o sea, el agroturismo, el enoturismo o el aprovechamiento de los recursos patrimoniales y de la naturaleza de la medianía. No comparto el modelo que persigue desarrollar toda la costa. Sería un gran error.

La pesca aquí también es un subsector a la baja.

Como consejero insular del sector primario, hablo de desarrollo rural como el concepto global que está relacionado con actividades económicas complementarias. Aquí, por ejemplo, desde el Cabildo trabajamos mucho en materia de agua, como la capacidad de almacenamiento en la balsa de Lomo del Balo, las subvenciones a las cofradías... Tenemos que ser más imaginativos para sacar al turista del hotel con una oferta que le permita ir a pescar, visitar una finca de plátanos o comer en nuestros restaurantes. Todo eso gana presencia a la hora de elegir destino. Ahí hay que trabajar.

El puerto de Fonsalía...

Sí, sin lugar a dudas, lo he dicho siempre, digan lo que digan. Hace falta y sería el complemento perfecto para la diversificación de nuestra actividad económica.

Estamos a las puertas de una campaña singular para usted. Se enfrenta al aspirante a alcalde y a presidente del Cabildo.

Si se presenta en dos listas es que no tiene claro lo que quiere, aunque recientemente dijo que su prioridad está en el Cabildo. Da a entender que no tiene ganas e ilusión por Guía de Isora. Es un error, porque el ciudadano necesita un alcalde. En este caso cabe el dicho cuando el gato no está, los ratones andan de fiesta. Hay vecinos que llevan meses esperando que los reciba, pero su prioridad, su tiempo y su dedicación está fuera de Guía de Isora. Su implicación con los isoranos es menor cada vez. Genera desconfianza entre los ciudadanos porque perciben que está haciendo todo por irse. Su jugada es clara. Conocedor de que es incompatible la Alcaldía y la Presidencia del Cabildo, deja un número dos que le garantice irse.

¿Entiende que ha cerrado el ayuntamiento al pueblo?

Bueno, el alcalde adaptó el ayuntamiento a su interés, no al de los vecinos.

Doce años después del último enfrentamiento electoral con Pedro Martín, ¿cree posible un pacto tras el 26M?

Bastante probable. Hace doce años no percibía lo que hoy escucho. El votante ve una opción válida de cambio, encuentra que yo centro mis esfuerzos en el municipio y él en el Cabildo. La gente ve a un candidato más maduro y capacitado. ¿Qué significa eso? No lo sé, pero yo de él estaría preocupado.

¿Quién es su número dos?

No lo he dicho, que estén entretenidos averiguándolo.

¿Por qué aceptó la candidatura?

No es bueno una misma persona gobernando 24 años. Hay cosas que hacer. Mi ego político está satisfecho y creo que los isoranos precisan otras cosas.