La obra El pacto de Colón y Guacanagarí en La Española. (Los precedentes de las Islas Canarias) es el título del nuevo trabajo de Antonio Tejera Gaspar, que edita la Casa de Colón, y que se presentó ayer a las 20.00 horas en el citado museo.

Este título ve la luz en un momento en el que las relaciones de los conquistadores con los indígenas en América se han asomado a los debates de actualidad: una coincidencia meramente accidental.

El autor completa con esta publicación un trabajo de casi 30 años en el que se han intercalado diferentes ediciones sobre los primeros viajes de Colón y los primeros episodios de la presencia española en el Archipiélago.

Ahora, el historiador concluye que lo sucedido en Canarias "no fue ni mucho menos un ensayo de lo que se hizo después en América: simplemente, esos eran sus modos sistemáticos en la época".

El profesor explica cómo "este libro es el final de una investigación que se inició en 1990. Entonces la Casa de Colón convocó unas becas de ayudas para estudios canario-americanos. Y ya estaba muy interesado en cómo ese establecían los mecanismos de contacto entre los aborígenes y los europeos. Me pregunté cómo sería ese comportamiento con los indígenas de América, prácticamente al mismo tiempo en el que se producía la conquista aquí. ¿Cómo se podría establecer ese paralelismo? El libro trata de responder a eso, con las similitudes y diferencias entre dos culturas tan distintas", señala.

El autor se planteó como uno de sus puntos de partida "cómo afectó la relación de los españoles a los indígenas, cómo entraron en contacto, qué problemas se produjeron. Cómo se vieron una cultura a la otra. Eso era lo que tenía en mi mente, pero el tema me desbordó", confiesa.

Sus trabajos de investigación, no obstante, dieron pie a distintos libros sobre esos mecanismos, y en un momento determinado "me di cuenta de que tenía una información enorme, sin pretenderlo, sobre la relación de Colón con las Islas Canarias, por ejemplo". Así "salieron libros sobre los viajes de Colón", con apartados específicos de especial interés para Tejera, como "los animales y plantas que Colón se llevó de La Gomera y Gran Canaria hacia América en 1493: descubrí que los animales que llegaron a La Española eran especies que había en las Islas antes de la conquista. La oveja de pelo canario, cabras… Eso nos resolvió un problema arqueológico, porque no teníamos datos precisos sobre cómo eran esas especies en Canarias antes… dio para otro libro".

Todo el trabajo del historiador "fue cogiendo cuerpo, y la gran paradoja fue que el tema principal de arranque se enrocó un tiempo sin encontrarle salida. Ahora, con este libro, todo ha terminado por ver la luz después de resultar muy difícil darle ligazón".

Y señala que la primera tarea para el historiador en este punto, una vez compilado un enorme volumen de información fue "quitar la hojarasca, había demasiada. Luego salió este libro, que es como un hijo mío, después de parecer interminable", conviene.

Esta edición coincide con la aparición de un debate público en torno a los comportamientos de los primeros conquistadores en América. "Desde luego, no ha sido premeditado", subraya Tejera Gaspar. "Trato de ser lo más honrado posible a la hora de contar las cosas", apunta, para añadir sobre el tema que "hoy día hay indígenas que siguen habitando en esas tierras, 500 años después, hablando sus propias lenguas, en situaciones que son conocidas. ¿Pedir perdón? Ya lo pidió Bartolomé de las Casas. En su momento, los propios conquistadores y desde la corona española se pidió perdón por esos actos. Pero… ¿quiénes pueden dar lecciones sobre esto en América hoy".