La Fundación Cristino de Vera-Espacio Cultural Caja Canarias presentó ayer la exposición Presencia de Salvo, formada por las obras realizadas entre los años 1985 y 2000 por el pintor italiano ya fallecido Salvatore Mangione, con la asistencia de Clara Armas, directora de la Fundación; Norma Mangione, hija del artista, y los dos comisarios de la muestra, Fernando Castro Borrego, catedrático de Historia del Arte Contemporáneo, y Andrés Sánchez Robayna, poeta y crítico de arte.

Clara Armas comenzó el acto con una breve biografía de Salvatore Mangione, más conocido como Salvo, al que calificó de "gran artista y gran viajero" a la vez que apuntó que se trata de "un artista muy desconocido en Canarias pero internacionalmente reconocido".

Por su parte, Castro indicó que el paisaje se configura como una parte fundamental de las creaciones del pintor, que "parece ingenuo pero no lo es en absoluto", según aclaró. "Él hace una lectura muy especial de Cézanne y la pintura metafísica italiana, dijo para evidenciar las referencias históricas y culturales que se muestran en los cuadros de Mangione.

Sánchez Robayna contó cómo Salvo traslada la vitalidad que la pintura posee a quienes observan su obra y la reflexión que hace sobre conceptos como la infinitud o el espacio. "Salvo ha dejado en el arte de Canarias una estela decisiva, nos ha enseñado a ver con sus ojos el paisaje insular", comentó.

La hija del autor de la muestra, Norma Mangione, ofreció una imagen más personal de su padre y señaló la importancia que tuvo Canarias para él, unas islas que "siempre tuvo en su memoria".

Presencia de Salvo, que se podrá visitar hasta el 27 de julio, recoge los paisajes que pintó el artista a la vuelta de los muchos viajes que realizó.