La Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas del Gobierno de Canarias trasladó ayer a 18 ejemplares de oveja palmera a Tenerife para evitar su extinción. La finca que el Instituto Canario de Investigaciones Agrarias tiene en Tejina, en el municipio de La Laguna, acogerá a la mitad de estos animales. Allí se buscarán fórmulas para hacer rentable la cría de este tipo de ganado y tratar de aumentar su población. El resto, serán trasladadas a la Escuela de Capacitación Agraria de Tacoronte, donde servirán a los alumnos para hacer sus prácticas de ganadería.

Esta es una de las medidas que el Gobierno de Canarias ha tomado con urgencia debido al descenso en el número de ejemplares de esta raza autóctona, que en la actualidad no alcanza las 250 cabezas de ganado en todo el Archipiélago. La poca rentabilidad que tienen este tipo de ovejas -que solo se utilizan para la producción cárnica, pero no para obtener leche o lana-, unida a los ataques de los perros asilvestrados que han matado a muchos ejemplares en La Palma, han diezmado su población en los últimos años.

El presidente de la Asociación de Criadores de Oveja Palmera, Ángel Custodio, manifestó que hoy en día apenas quedan 10 núcleos de población de estos animales, de los que ocho pertenecen a ganaderos particulares y los dos restantes a instalaciones de instituciones públicas.

Por su parte, el consejero de Agricultura, Narvay Quintero, apuntó que debido al grave peligro de desaparición que afronta esta raza, el Ejecutivo regional se ha visto obligado a tomar medidas, como la implantación de un ?banco de geoplasmas y la puesta en marcha de un libro genealógico donde se contabilizarán los nacimientos de los nuevos ejemplares?. Asimismo, se investigará si esta raza puede volver a ser utilizada para producir leche y de esta manera animar a que nuevos ganaderos empiecen a criarla.

Para el profesor del Instituto Canario de Investigaciones Agrarias, Juan Capote, la mejor manera de preservar una raza ?es hacerla rentable? y puso como ejemplo al cochino negro, que desde hace tiempo se ha convertido en un producto gastronómico de excelencia en el Archipiélago. Para Capote, este debería ser el camino a seguir en el caso de estas ovejas autóctonas, ya que está demostrado ?que producen una carne más cardiosaludable que la de otras razas ovinas más comerciales?.

Este experto apuntó que a diferencia de otros tipos de oveja, la palmera es más pequeña y uniforme. Su color blanco y su ausencia de cuernos también son otros de los rasgos identificativos de esta raza.

Además de la producción de carne o leche, la cría de este tipo de ganado podría tener otro tipo de beneficios, por ejemplo, en la lucha contra los incendios forestales, ya que se trata de unos animales que debido a su forma de alimentación limpian por completo los terrenos dificultando que el fuego se extienda.