Mauro dos Santos (Corrientes, Argentina, 7-7-89), el primero de los cinco fichajes que realizó el Tenerife en el pasado mercado de enero tras firmar un contrato con el club hasta el 30 de junio de 2021, aconseja ?apretar los dientes más que nunca? para evitar problemas al final de la temporada con la permanencia en la categoría.

¿Le hizo mucho daño al equipo la derrota de la jornada pasada?

Siempre queremos ganar en casa, pero no se dio. Tuvimos muchas ocasiones, al contrario que el Sporting. Debemos ser más contundentes en las áreas. A veces mereces el triunfo y no lo logras.

¿Cómo se corrige?

Depende más de la concentración de cada uno, de tener una voz de mando en el área propia. Es algo que nos está pasando factura. En los entrenamientos se demuestra que la gente sí está metida, pero en los partidos eso cambia; tenemos una distracción y ese instante nos cuesta un gol o una derrota.

¿Qué otra pauta deben seguir?

Dependemos de nosotros, así que ahora, más que nunca, tenemos que apretar los dientes, estar juntos, confiar en nosotros y no dudar en ningún momento de nuestro juego ni de nada. Hay que tener esa voz de mando e ir hacia delante. Ojalá podamos cortar la mala racha. Nos vendrían venir bien los tres puntos en Majadahonda.

¿Ser un equipo diseñado para un objetivo diferente al de la permanencia es un inconveniente?

El grupo es consciente de la situación en la que está. Pero esta categoría es así. Insisto. Todo pasa por la concentración, porque este equipo está bien y entrena bien, y la gente está metida. La realidad es que estamos a cuatro puntos de los puestos de descenso y necesitamos romper la mala racha de más de un año sin ganar fuera.

¿Será una permanencia agónica?

No pienso en eso, sino en cada partido. Ahora nos toca ir a Majadahonda. Será un partido complicado. Al final, todo pasa por nosotros, por creer en el compañero, por motivar a la gente y por ser positivos, porque se puede ganar.

¿Qué les transmite Oltra?

El mensaje de José Luis siempre es positivo. Nos pide que corrijamos errores de comunicación y de concentración, que seamos valientes... Pero veo a la gente metida. Nadie está con bromas. Queremos alejarnos de la zona de peligro, y mientras más rápido certifiquemos la permanencia, mejor.

Pasando a su situación, ¿siente que se va afianzando en el equipo?

Llegué al club tras una racha de seis meses sin jugar y también con mucha ilusión, pero me pasó lo de la rodilla. Fue un bajón grande. Por suerte, ya pasó todo eso. Llevo tres partidos consecutivos como titular y sigo trabajando para estar en el once. Agradezco la confianza del míster, pero sé que esto va por días. Mientras haya competencia sana y aprieten los compañeros, mejor.

¿Conforme con su rendimiento?

Voy de menos a más. A medida que pasen las jornadas, agarraré más confianza y me iré sintiendo mejor en todos los aspectos.

¿Se ve con la responsabilidad de aportar oficio y liderazgo?

Siempre fui competitivo en todo; no me gusta perder ni en los entrenamientos. Sé que a veces grito a los compañeros para que espabilen o para alentarlos. Los argentinos tenemos ese carácter. Pero si levanto la mano o digo algo, no lo hago para señalar a nadie, sino para que no nos pase nadie por encima. Trato de aportar mi experiencia en el campo y busco que nadie se venga abajo.

Le pregunto por uno de sus compañeros. ¿Entiende que el Valencia haya fichado a Jorge?

Sí, lo entiendo. Me gusta ver mucho fútbol, de Primera y de Segunda, y sé que se venía hablando de él. Merece ese salto de categoría. Es un central joven que todavía no ha llegado a su techo. Va a hacer un carrerón.

Hábleme de la lesión de rodilla que atrasó su debut con el Tenerife. ¿Llegó con ese problema?

Había entrenado con el Leganés hasta el 23 de diciembre y luego seguí trabajando por mi cuenta en las vacaciones. La lesión me agarró por sorpresa cuando vine a Tenerife. De hecho, pasé las pruebas médicas sin ningún problema, pero en mi segundo entrenamiento noté unas molestias; no podía estirar ni extender la rodilla. Me sentí muy mal porque tenía muchas ganas de ayudar, jugando o no. Fueron días duros, pero siempre fui positivo y me encargué de ponerme al cien por cien. Los días libres entrenaba con Marcos (Chena) y Maykol (Hernández), y aquí está el resultado: me siento muy bien. Aún así, no hay día que pase sin que fortalezca la rodilla antes de empezar a entrenar.

¿Cómo descubrió que su mecánica de carrera no era correcta?

Hace casi ocho años me operaron del ligamento interno de la rodilla en Argentina. Luego, el club cambió de médico y el nuevo doctor me vio correr mal en la filmación de un entrenamiento. Había vuelto de la lesión, pero no me sentía seguro. Cada vez que golpeaba el balón, notaba que había algo suelto por dentro. Me hicieron una resonancia y vieron que se me estaba destensando el ligamento y estaba perdiendo fibra en los cruzados, así que me volvieron a operar. A partir de ahí, pude hacer la siguiente pretemporada de manera normal. Pero ese gesto, ese mecanismo en la carrera, lo he tenido siempre, aunque fue más exagerado tras la primera operación porque no quedé bien, estuve casi cuatro meses para volver a jugar y lo hice mal. Pero ahora estoy bien, muy contento, y solo pienso en ayudar al equipo y seguir sumando.

¿Qué le pasó con Pellegrino en el Leganés? No jugó con él.

Querían fichar a otros centrales y me lo comunicaron casi cerrándose el mercado de verano. En ese momento yo no tenía nada y decidí esperar y entrenar para que el técnico me siguiera viendo y me diera una oportunidad, porque en la pretemporada tampoco había tenido muchos minutos. Me tocó a mí. Cada entrenador tiene sus jugadores y quiere reforzar las líneas, pero se entiende. Así es el fútbol. El Tenerife me abrió las puertas en enero y estoy agradecido de todo corazón. Me siento feliz aquí.

¿Recibió más propuestas?

Sí, tuve ofertas, pero si una institución se interesa tanto por uno, siendo además un club histórico como el Tenerife, no lo dudas. Me gustó el proyecto que me planteó Víctor (Moreno). Además, había hablado con el míster.

¿Qué hubo con Las Palmas?

Hubo contactos, pero el Tenerife se anticipó. Hablé directamente con Víctor y con el míster, y valoro mucho que me tuvieran en cuenta y que me quisieran y me transmitan su apoyo. Querían que fichara lo antes posible. En dos días se arregló todo y viajé a la Isla.

¿Qué proyecto le plantearon?

Vine ilusionado. Me gusta ver partidos y ya conocía al equipo. El Tenerife me parecía un equipo vistoso y con buen fútbol.

¿Se trataba de salvar esta temporada de la mejor manera y apostar fuerte en la próxima?

Uno siempre quiere tener esa ilusión, la de contagiar a la gente desde el primer momento, ser un equipo que esté arriba y pelee... Son 42 jornadas y se trata de demostrar en cada partido que el equipo quiere estar arriba y luchar por el playoff y por el ascenso. Pero ahora no pienso en nada de eso. Lo importante es el partido del sábado. Ojalá tengamos una rachita positiva y seamos más regulares. Después, en la pretemporada, ya se verá.

El Tenerife es su quinto club en España. ¿Tiene algo diferente?

Me llamó mucho la atención la presencia de medios cada día en los entrenamientos. Eso habla bien del club y de cómo se vive el fútbol en la Isla. Es muy bonito y da gusto llegar al estadio y ver a diez mil espectadores. Hay mucha más afición que en otros clubes en los que estuve. Se vive el fútbol y se ve que es un histórico.

¿Tenía referencias del Tenerife antes de salir de Argentina?

Sí. Siempre me gustó el fútbol europeo, principalmente el español. Y el Tenerife es muy conocido allá por todos los argentinos que pasaron por este club. Me sonaba.

¿Cómo llega un chico de Corrientes como usted a Banfield?

Fue todo muy rápido. Un amigo de la familia contactó con el director deportivo de las categorías inferiores, Silvio Marzolini. Eso fue en diciembre de 2006. Fui desde mi pueblo para hacer una prueba de una semana, a mil kilómetros de distancia. Y la pasé. Así empezó mi aventura en el fútbol. Salí de mi casa siendo el menor de tres hermanos y me costó mucho dejar a mi familia para ir a un mundo nuevo. Me resultó complicado adaptarme. Extrañaba a mi pueblo y a la familia. El sacrificio fue grande. Cuando estás en esta profesión entras en un bucle, y si no tienes los pies sobre la tierra, se te va y pierdes muchas cosas.

¿Es de familia futbolera?

Mi padre (Marcos) jugó en Boca Juniors. Debutó como profesional en 1984. Fue todo muy loco. Los jugadores hicieron un paro porque no cobraban y él estaba en la cantera y le tocó. Ese día hizo un gol de tiro libre. Su carrera fue muy corta por las lesiones y por los métodos que se utilizaban entonces; su rodilla parecía una cremallera. Además, mis hermanos también estuvieron en Buenos Aires, pero no aguantaron. Es sacrificado. Tienes 14 o 15 años, tus amigos te llaman un sábado para decirte que se van a un asado y luego a una discoteca y tienes que irte a la cama a las ocho porque juegas al día siguiente. Mucha gente cree que es más fácil, pero si no tienes cabeza, no llegas a ser profesional. Yo tuve la suerte que le faltó a mis hermanos. Y sigo viviendo el sueño.