La legislatura autonómica toca a su fin y el consejero de Economía del Gobierno canario, Pedro Ortega, se muestra satisfecho con el progreso alcanzado en la introducción de energías renovables y con los pasos dados para proyectar el Archipiélago al exterior. Sin embargo, alerta de los "palos en las ruedas" que retrasan la adopción de medidas para problemas que no pueden esperar.

¿Está Canarias preparada para una desaceleración económica que ya es una realidad?

Sí, lo está. Y estamos trabajando para prepararla no para la desaceleración, sino para seguir creciendo. La economía canaria ha crecido en estos años y ha generado empleo, hasta alcanzar la mayor cifra de ocupados de su historia. También es verdad que aumenta la población activa, pero hemos bajado el paro del 32% a un 20% e incluso algo menos. Eso es lo que permite preparar a Canarias. Lo estamos haciendo atacando diferentes factores que deben ser los pilares del nuevo crecimiento económico, principalmente la diversificación económica y la mejora de ciertos factores de competitividad.

El turismo da mucho empleo, pero tiene un tope. ¿Qué volumen de empleo están creando las nuevas actividades, las que no han sido tan habituales?

Todavía son incipientes, pero en estos últimos dos años se ha duplicado la cifra media anual de inversiones que llegan, de 80 o 90 millones de euros anuales a 180 millones. Estamos incentivando ciertas nuevas actividades de valor añadido, con diferentes líneas de subvenciones y apoyando a la pequeña y mediana empresa. Ayudamos al sector industrial de forma directa para que sea más competitivo. También respaldamos los nuevos sectores tecnológicos. El sector de las TIC es el que registra un mayor incremento porcentual de capital de nuevas empresas. Hay muchas empresas tecnológicas que miran a Canarias como un sitio donde establecerse, de acuerdo con las condiciones especiales que da nuestro REF y con unas condiciones de vida fabulosas.

¿Los nómadas digitales?

En parte son nómadas digitales, pero también empresas tecnológicas que hacen trabajos aquí para todo el mundo. Canarias ya no está fuera del mundo, sino en el centro, y en buenas condiciones.

¿Es necesaria mayor promoción de Canarias como destino de ese tipo de empresas y trabajadores?

La Estrategia de Internacionalización nos ha permitido identificar qué valores tenemos y lo que debemos hacer. Nos hemos abierto a sectores nuevos, desde el audiovisual a las nuevas tecnologías o la industria off shore? Pretendemos darle la vuelta a lo que nos encontramos. La gente tenía que salir fuera a buscar trabajo. Debemos crearlo aquí, tanto con las empresas que tenemos como con las que atraigamos. Además, tenemos que formar a nuestros jóvenes para que puedan salir fuera. Hemos destinado 4,5 millones de euros a que 180 empresas hayan salido fuera y se han creado 300 puestos de trabajo asociados a esa salida al exterior. Unos 330 canarios han disfrutado de becas en negocios internacionales que ahora vamos a complementar con becas senior. Al mismo tiempo, tenemos que reforzar una estructura de delegados comerciales por el mundo para atraer inversiones, buscar empresas donde puedan hacer prácticas nuestros jóvenes y que las empresas de aquí puedan salir. Tenemos gente en Bogotá, Texas, Washington, Bruselas, Senegal, Marruecos, Mauritania, Cabo Verde, Estocolmo y ahora en Pekín. Debemos poner el foco en China, que ha crecido mucho en África, donde nosotros queremos trabajar. A eso añadimos una campaña de márketing digital. Lo que más claro nos dijo la Estrategia es que tenemos unas condiciones magníficas, pero que solo las conocíamos nosotros. Que en los últimos cuatro años cien empresas se hayan instalado en Canarias -las que vienen por Proexca, porque pueden venir por otras vías- indica que es el camino. Cada vez viene más variedad de empresas. Las de perfil tecnológico contratan entre 15 y 20 titulados universitarios que trabajan para compañías del máximo nivel desde Canarias.

Canarias fue la primera comunidad autónoma en crear una comisión del seguimiento del brexit. ¿Dan por hecho que??

(Ríe) Aquí se da por hecho que cualquier cosa es posible. Eso es lo único seguro. Si me pregunta qué creo que va pasar, no se puede descartar nada, ni una salida abrupta, ni una salida sin acuerdo. Lo que está más claro es que la salida con acuerdo es la que dicen los 27, y ese acuerdo no se ha movido. Las opciones son salir con el acuerdo o hacerlo a las bravas. El propio Parlamento británico ha dicho que no puede ser una salida a las bravas. No sé cuánto tiempo vamos a alargar esto, porque genera incertidumbre e inquietud y hay una serie de medidas que es necesario acometer. La prórroga nos da la oportunidad de corregir lo que no se ha hecho para el transporte de tomate y pepino y de que el Gobierno de España mueva ficha para encontrar una compensación alternativa.

¿Les ha sorprendido que el Gobierno central no conociera estos aspectos?

El Gobierno central los conocía, porque así lo habíamos dicho por activa y por pasiva. Entiendo que los planes de contingencia tienen que ser muy amplios, pero hay un problema que resolver. Está claro que, para seguir exportando al Reino Unido, el tomate y el pepino canario necesitan esas condiciones especiales que lo igualen en competitividad a los productos de otros mercados.

Pero cuando los productores se reunieron con la representante del Ministerio de Fomento se sorprendieron de que no se hubiera percatado del problema.

Será que una parte del gobierno no lo conocía. Probablemente no hubo suficiente coordinación. Quiero pensar que es eso. Eso es subsanable, en todo caso. Nosotros en Europa no hemos visto problemas. Tenemos algún tipo de compensación parecida en otras materias. Lo que hay que hacer es estudiarlo y tomar una decisión que tiene mucho de decisión política.

Hace pocos días finalizó el plazo para presentar los proyectos eólicos del nuevo cupo abierto por el Ministerio. ¿Qué resultados espera que se consigan con su puesta en marcha?

Nuestra estrategia es caminar hacia el 45% de renovables en 2025. Lo primero que hemos hecho es pasar del 10% de potencia instalada que había en 2015 al 20%. El nuevo cupo supone aproximadamente otro 5%, unos 180 megavatios. Se han presentado, que nosotros sepamos, 26 proyectos con todos los requisitos, que suponen más de 220 MW. Canarias está avanzando hacia ese 45%. Después de estar muchos años parada, ha caminado muy rápido y se ha convertido en un referente para otras zonas de España e incluso para Europa. La propia Comisión Europea nos citó como ejemplo para el resto de regiones ultraperiféricas e islas de cómo hacer una transición rápida si todos trabajan de la mano. Es lo que ha ocurrido aquí, con los promotores, el Gobierno de canarias, el operador del sistema -Red Eléctrica- e incluso el Gobierno del Estado.

¿Habrá tiempo este año para otra convocatoria que incluya la fotovoltaica?

Me gustaría que fuera así. Al sistema le vendría muy bien que se aumentara la cantidad de energía fotovoltaica.

¿Le preocupa que empiecen a surgir voces críticas con el impacto paisajístico de las renovables?

Me preocupa cuando las cosas no se valoran con rigor o con conocimiento. Estamos comparando un daño estructural y permanente, que es el que hacemos a la atmósfera, con el impacto visual de unos aerogeneradores que se colocan y que 25 años después igual ya no están porque hay otra tecnología que los supera. Estamos comparando el efecto de quemar fuel con el de no quemarlo. Es muy fuerte cuando uno lo piensa. Los aerogeneradores no han venido para quedarse, sino para llevarnos en un camino de transición desde la quema de fuel hasta unas renovables que avanzarán y se sustituirán por otras. El carbón fue sustituido por el fuel y el fuel por las renovables. Dentro de las renovables, tras la eólica puede que sea la geotermia la que marque el futuro o que haya nuevos generadores que no molesten. Tienes que colocar los aerogeneradores donde hay viento y no interfieran con la gente, pero algo tienen que hacer en el paisaje. Si los escondes, no tienes viento. Nos hemos empeñado en promover la eólica marina, que impacta menos en el paisaje. Ahí tenemos que ir de la mano con el Estado. He tenido una reunión en Madrid con el secretario de Estado para reclamar la creación de una mesa técnica que establezca una zona para la eólica marina. Lo hago apoyándome en que la eólica marina está en España porque en Canarias hay un aerogenerador marino. El mayor impacto es el del cambio climático, la mayor amenaza que tiene el planeta. Tenemos que ser conscientes de que los jóvenes están saliendo todos los viernes a la calle a reclamar que los políticos actúen contra el cambio climático, y la primera actuación es más renovables, más renovables y más renovables.

¿Y cuáles son los próximos proyectos de eólica marina?

Hemos planteado una zona determinada, en Juan Grande (Gran Canaria), donde hay una central térmica, no hay tránsito importante de buques y el viento es mucho. Un aerogenerador empieza a ser rentable a partir de 2.500 horas de viento al año, y en esa zona puede haber de 4.000 a 5.000. Eso significa que puedes poner menos generadores y que será una zona de alta rentabilidad. Queremos ponerla en marcha para luego extender la eólica marina a otros puntos de Canarias. Hemos visto zonas en Tenerife y podría haber también entre Lanzarote y Fuerteventura. Lo que ya tenemos son promotores que quieren instalarse. Ya instalamos el primer aerogenerador marino y en estos días se va a aprobar un nuevo prototipo de doble eólica flotante. La eólica marina antes era costosa, pero va bajando, igual que le pasó a la fotovoltaica. Todo lo que vayamos haciendo ahora se va a quedar obsoleto en veinte años. Es lo que ha pasado siempre en el mundo de la energía. Tenemos plantas convencionales donde quemamos fuel porque no tenemos solventado el problema del almacenamiento ni tenemos unas fuentes estables. En Canarias ya hay cerca de 30 proyectos de geotermia de baja entalpía, sobre todo para climatización de hoteles, que así consumen y queman menos en sus calderas. Pero tenemos que hablar de la alta entalpía. Estamos en la fase preliminar, pero dentro de poco habrá que dar un salto. Ese salto es costoso. Para poder tener un cierto grado de certeza de que tienes geotermia para generar electricidad estás obligado a gastar mucho dinero, y puede ser que te lo gastes y no consigas las condiciones.

Eso tiene que hacerlo la Administración, porque los promotores no están dispuestos a asumir el gasto.

Hay que estudiarlo, idear el mecanismo para hacerlo y ponernos de acuerdo para avanzar. En la directiva de renovables de la UE hemos conseguido incluir, a iniciativa de Canarias, la posibilidad de que los estados puedan aplicar políticas económicas específicas en las RUP para la introducción de renovables. Eso es lo que tendremos que utilizar en el futuro. Algo habrá que hacer, porque hay un riesgo alto de que la inversión se haga y no se tengan resultados. Otra cosa sería que la iniciativa privada avance tanto que minimice el riesgo, pero a día de hoy ese riesgo y ese coste de oportunidad dejan mucho que desear.

¿Hay alguna ubicación decidida para los bombeos de Tenerife?

El operador del sistema lo está estudiando. La última información que tenemos es que está valorando entre dos o tres localizaciones de las veinte que había inicialmente. Eso tendrá que hacerlo con el Cabildo. Estamos a la espera para luego activar todo el proceso.

¿Cabe la posibilidad que al final se opte por las baterías si su precio baja y el proceso de los bombeos se prolonga?

Hoy en día las baterías no son una solución, pero igual sí lo son si lo hacemos dentro de sesenta años. Muchas veces tardamos tanto en hacer las cosas que cuando las queremos a hacer ya están pasadas. Ponemos tantos palos en las ruedas que no caminamos, y cuando las cosas no salen además nos quejamos. Hemos perdido mucho tiempo, no hemos sido ágiles. Esto es algo que la sociedad y la administración tendrán que resolver. Si vamos a esperar siempre a tener la mejor tecnología, nunca haremos nada. Hay que tomar decisiones, y estas tienen que estar argumentadas y justificadas. Tenemos un gran problema con el calentamiento global. Si esperamos al final para resolverlo ya será irresoluble. A veces queremos tener el vaso lleno y nos olvidamos de que el vaso se llena gota a gota, haciendo cosas que vayan sumando. Yo lo que quiero es que penetren renovables, y si no hay almacenamiento, cuando no hay viento o sol no hay energía. Para eso no hay soluciones de ese calibre, por mucho que digan.