La Casa Blanca aseguró hoy que está estudiando cómo implementar la idea del presidente estadounidense, Donald Trump, de concentrar a los indocumentados en las llamadas "ciudades santuario", pese a las dudas sobre la legalidad de la medida y las críticas de que se trata de una maniobra electoral.

Después de dos años de criticar duramente a las jurisdicciones "santuario" -más de 200 territorios de EE.UU. que se niegan a colaborar con el Gobierno para deportar a los indocumentados-, Trump ha sorprendido con una idea que reforzaría la presencia de inmigrantes en esas zonas, y podría hacer que estén más protegidos.

La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, aseguró hoy que la propuesta busca liberar a las localidades fronterizas de la "carga" que supone el influjo de indocumentados que llegan a diario a la frontera con México.

"Los demócratas han dicho una y otra vez que apoyan las fronteras abiertas, las ''ciudades santuario''. Así que, distribuyamos un poco la carga y pongámosla en esas otras zonas si eso es lo que quieren", dijo Sanders en una entrevista con la cadena ABC News.

La Casa Blanca ya estudió la idea hace meses, cuando la plantearon sus funcionarios, "y se determinó en ese momento que, logísticamente, había muchos retos y probablemente no tenía sentido seguir adelante, y la idea no avanzó más", reconoció la portavoz.

Pero Trump "escuchó la idea y le gusta, y estamos viendo si hay opciones que lo hagan posible, y haciendo una revisión completa y exhaustiva" del tema, añadió.

El presidente aseguró el viernes que estaba "considerando en serio" la opción de trasladar a los indocumentados -probablemente en autobús- a las "ciudades santuario", horas después de que el diario The Washington Post informara de que la Casa Blanca había estudiado esa idea en noviembre y febrero pasados.

El repentino respaldo de Trump a la propuesta pareció pillar por sorpresa a la Casa Blanca, que había dado esa opción por descartada poco antes, y ha forzado ahora al Gobierno a considerarla en serio.

Con la campaña para la reelección de Trump cobrando fuerza, esa idea parece ser un mecanismo para ilustrar la diferencia entre el mandatario y los demócratas que lideran la mayoría de las jurisdicciones santuario, entre las que hay ciudades tan importantes como Nueva York, Chicago o el estado entero de California.

"Esto es claramente una maniobra política. (Trump) está usando a los inmigrantes como peones en un juego de ajedrez político", dijo hoy el senador demócrata Ben Cardin a la cadena Fox News.

"Tal vez solo esté diciendo esto para que todos se vuelvan locos, para que todos hablen sobre ello en sus programas (de televisión)", declaró por su parte el senador republicano Rick Scott a la CNN.

La medida sería costosa para las arcas públicas y, según expertos, podría tener un efecto contraproducente para Trump, al proteger más a los indocumentados contra la deportación que en otras ciudades que sí cooperan con las agencias migratorias.

Además, según informes de prensa, los abogados del Departamento de Seguridad Nacional han cuestionado la legalidad de la idea de trasladar selectivamente a los indocumentados a las "ciudades santuario", igual que hizo hoy el jefe del comité de seguridad nacional en la Cámara Baja, el demócrata Bennie Thompson.

"No (creo que sea legal)", afirmó Thompson a la cadena ABC News.

Pero Trump defendió este sábado su "derecho legal absoluto de transferir" a los indocumentados que detiene a esas jurisdicciones, y arremetió en particular contra California.

El gobernador de ese estado, el demócrata Gavin Newsom, condenó este sábado la propuesta como "teatro político" e "ilegal".

Varios alcaldes demócratas de "ciudades santuario", entre ellos los de Nueva York, Chicago, Filadelfia y San Francisco, criticaron también la maniobra de Trump, pero subrayaron que sus ciudades estarían abiertas si el mandatario lleva a cabo ese plan.

"La ciudad estaría preparada para dar la bienvenida a estos inmigrantes, igual que hemos abrazado a nuestras comunidades inmigrantes durante décadas", aseguró el alcalde de Filadelfia, Jim Kenney, al diario digital The Daily Beast.

No está claro si la Casa Blanca optará finalmente por ese plan o si, una vez que pare el ruido mediático, decidirá seguir en la línea que ha explorado en los últimos meses, más centrada en disuadir a los indocumentados de solicitar asilo en Estados Unidos.

El influyente senador republicano Lindsey Graham adelantó hoy que está preparando una nueva propuesta de ley en ese sentido.

El proyecto "disuadiría a la gente de Centroamérica de seguir viniendo, cambiaría las leyes de asilo" y el "acuerdo Flores", que impide a Estados Unidos detener durante más de 20 días a menores indocumentados, explicó Graham a la cadena Fox News.