Su tono de voz no ha cambiado. Habla pausado, midiendo las palabras y aún con la extraña sensación de sentirse libre de obligaciones. Eusebio Moreno se jubiló hace unos días como subinspector de la Policía Local de Santa Cruz de Tenerife tras cuarenta años de servicio.

Al cuerpo de seguridad accedió, con apenas 20 años, tras superar una oposición en la que obtuvo el segundo puesto, a pesar de que dice que no era nada bueno en los estudios. En la Policía coincidió con su padre, también agente de la capital, hasta que este se jubiló unos años más tarde. "Me paraba con la moto y hablaba con él cuando prestaba servicio en los juzgados de la plaza San Francisco", recuerda Moreno.

Con apenas un año en el cuerpo se vio obligado a hacer el servicio militar. Tras un paso fugaz por Camposoto (Cádiz), se enroló en los Regulares de Tetuán número 1 de Ceuta.

De esta etapa no olvida la disciplina y, sobre todo, el duro trabajo físico, con continuas marchas nocturnas. "No nos dejaban descansar. No daba tiempo a pensar que estabas perdiendo el tiempo", recalca. Eso sí, a pesar de la experiencia, aún recuerda detalles concretos de esa etapa, en la que fue especialista en morteros de 60 milímetros.

De regreso a la Isla, igual de joven pero con algo más de experiencia, se incorporó al grupo de motoristas de la Policía Local en una época en la que la Rambla Pulido y la calle La Rosa eran de doble sentido, la calle Castillo disponía de tráfico ascendente y apenas existían semáforos.

Por eso, gran parte de su labor se centraba en regular el tráfico, sobre todo en puntos como el puesto fijo que había en la confluencia de Ramón y Cajal con Galcerán o en la Rambla con Numancia. También se incidía mucho en evitar que se parara en los carga y descarga y que no se detuviera en las vías de doble sentido. A los barrios se iba poco, admite.

"La ciudad estaba concentrada de la plaza de la Paz hacia abajo. Príncipes de España era todo huertas, al igual que El Tablero", comenta. Por cierto, en estas zonas poco habitadas por entonces se vigilaban mucho las construcciones ilegales.

De esa época le queda el recuerdo de las pocas competencias que aún tenía la Policía Local, que se fueron ampliando con el paso de los años, casi a la misma vez que aumentaba la especialización del cuerpo y mejoraban sus dotaciones. "La Policía ha dado un cambio espectacular", enfatiza Eusebio Moreno, quien recuerda cómo estaba controlada la Policía Local por militares cuando él comenzó a trabajar. "Por el teniente coronel Fernando Durango", precisa.

El subinspector reconoce que el aumento de competencias y el crecimiento de la población ha motivado que los agentes municipales no tengan tanto tiempo ahora para atender a los vecinos. "Antes había policías que solo querían ir a pie", apunta. "Hoy no se puede atender a los ciudadanos como antes", añade.

Con todo, el trato con los ciudadanos fue uno de los principales retos que se marcó durante las tres veces en las que ejerció como instructor de agentes de nuevo ingreso. El último tuvo lugar hace unos meses.

Y debe ser que no lo hizo mal porque el cariño hacia él se desbordó en todos los actos públicos en los que participó, y en la despedida que le brindaron coincidiendo con el final del servicio.

"No pensé que me quisieran tanto", afirma Eusebio Moreno. Para todos, el reconocimiento a una carrera que inició "inmaduro", pero que acabó aprendiendo "a base de palos".

El subinspector Eusebio Moreno se jubiló hace unos días como policía local de la capital, cuerpo en el que permaneció durante 40 años. Su despedida estuvo llena de muestras de cariño de sus compañeros.

La ciudad era de la plaza de la Paz hacia abajo. Príncipes de España eran huertas"