El líder vendrá a La Palma envuelto en la prudencia

El Obradoiro parte a primera hora hacia tierras canarias para afrontar mañana la antepenúltima jornada de Liga ante el Unión Baloncesto La Palma. Moncho Fernández, en una de las comparecencias de prensa más largas de la temporada, no dejó de significar que ve a su equipo preparado para afrontar el desafío, sabiendo que enfrente habrá un colectivo correoso e incómodo. Tanto, que finalizó su intervención con una frase que resumió más de un cuarto de hora de análisis: «Nos espera un partido muy fastidiado».

Quizás lo más preocupante sea el carácter imprevisible del conjunto insular, que lo mismo ha perdido contra rivales de la zona baja que ha ganado al Burgos pese a la ausencia de dos de sus referentes, Palacios y Dani Rodríguez. A veces, el U.B. La Palma es capaz de ser Jekyll y Mr Hyde en un mismo encuentro, como sucedió ante el Murcia. Llegó a perder de quince y a falta de un minuto estaba solo dos abajo, para acabar cediendo por cuatro. Moncho Fernández avisa: «Nunca se dan por vencidos». Por eso apela, más que nunca, a la concentración y la templanza. Saber leer el juego, evitar las precipitaciones y manejarse con el tensiómetro en la mano son factores determinantes en todos los casos, pero especialmente ante adversarios del perfil de los canarios.

Carlos Frade, técnico insular, confirma ese carácter cambiante que acompaña a su equipo: «Cuando hemos estado bien hemos demostrado que podemos competir con cualquiera».

Moncho Fernández espera un rival que en la segunda vuelta se caracteriza por alternar diferentes tipo de defensa durante los cuarenta minutos y que en ataque, si bien tiene bien trabajados varios sistemas, también deja mucha libertad a sus jugadores. Es un plantel al que le gusta correr al contragolpe, culminándolo a veces con tiros de tres.

Los guiones de los partidos se escriben, pero no siempre salen conforme a lo esperado. No obstante, al técnico de Pontepedriña le gustaría que el Obradoiro encarase la contienda como lo hizo en Melilla, en Málaga o en León, en partidos en los que empezó a un gran nivel y tomó la iniciativa.

 Día a día

Lo que no cambia es el discurso del día a día. Al hacer retrospectiva, el entrenador del Obra se confiesa encantado de tener que hacer frente a la tensión del liderato, por todo lo que significa y porque es consustancial al deporte. Pero al echar la vista al frente, desecha las cuentas: «Hay que evitar las prisas. Las cosas no van a suceder antes por más que lo deseemos».

Así viaja el equipo a Canarias, envuelto en la prudencia, la confianza y el anhelo de dar otro paso hacia la meta.