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«La grandeza no se demuestra por las victorias y sí por actos que permiten ver la inmensidad de los sentimientos»

Esta frase lleva mi firma y va dedicada a los hombres y mujeres del Club Baloncesto Adareva, entidad cestista que tiene su casa en el pabellón Islas Canarias de Finca España. Dirigentes, entrenadores/as y jugadoras están viviendo sensaciones encontradas. Por una parte la tristeza por haber consumado en la tarde de ayer el descenso de la Liga Femenina-2, por otra la satisfacción de saber que la labor de cantera es muy buena, de ahí los éxitos deportivos en las distintas categorías.

Con ese sabor agridulce, el CB Adareva jamás ha perdido el deseo de querer arrancar una sonrisa a quienes más lo necesitan. Hablo de esas oportunas campañas de recogida de alimentos y ropa para los que viven en la pobreza y también de la labor social de ayuda a quienes ayudan. Hablo de la asociación Down Tenerife, muy unida desde la campaña pasada al club amarillo.

Ayer, antes, durante y después del partido de Liga Femenina-2, los jóvenes de dicho colectivo se convirtieron en protagonistas de la tarde, primero por presenciar el encuentro desde un lugar privilegiado y segundo por recibir el aplauso de los aficionados sitos en la grada y el saludo efusivo y sincero de las jugadoras de los dos equipos y de los árbitros.

Ni siquiera la tristeza por la derrota se vio reflejada en las caras de las integrantes del equipo local cuando se despidió a los chicos y chicas con un «gracias por haber estado con nosotras».

Este es el reportaje gráfico de esos momentos tan especiales para los protagonistas de una jornada de baloncesto tan especial para ellos:

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El partido en imágenes