«¡Gracias, señor Vidorreta!»

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En el triunfo sobre el Valencia Basket celebró su partido 100 en el banquillo canarista

AGUSTÍN ARIAS.-

TXUS VIDORRETA roza los 500 partidos en la Liga ACB y supera las 200 victorias. Pero el coach vasco vivió ayer, en el encuentro ante su ex equipo, Valencia Basket, algo especial, el cumplir sus 100 encuentros oficiales en el banquillo del CB Canarias. 

Siempre ha manifestado sus sentimientos para el club canarista y sus aficionados. Cuando trabajó en La Palma con el UB y visitaba el Ríos Tejera sentía respeto y admiración por lo que se vivía en las gradas del pabellón lagunero, un calor especial que llevaba en volandas al equipo local y que metía presión al visitante.

Cuando Vidorreta fue presentado ante los medios de comunicación, ya en calidad de primer entrenador del Iberostar Tenerife, ocupando la vacante de Alejandro Martínez, una joven leyenda del banquillo por sus logros y ascensos de categorías, manifestó que siempre recordará aquél grito de guerra de la Peña San Benito que decía: «Canarias, sí, sí, sí».

El hombre del Norte de España es de corazón noble, que siempre ha agradecido a la gente de los clubes en los que ha militado y que le mostraron respeto y cariño. Le vimos llorar cuando anunció oficialmente que aceptaba la llamada de un grande, el Valencia Basket. Y se emocionó porque el público lagunero, tinerfeño, siempre le trató como lo que era en aquella su primera etapa, uno más de los nuestros. Se iba porque era subir un peldaño en su trayectoria. Nada menos que dirigir en la Euroliga.

Lamentablemente para Txus y afortunadamente para la FAMILIA AURINEGRA, las lesiones, muchas lesiones, mermaron al equipo y, como suele pasar, cuando los resultados no acompañan lo fácil es prescindir del entrenador. Dijo adiós al Valencia que, poco después, se convirtió en un hola al CB Canarias. Porque Aniano Cabrera, tras contar con el respaldo del consejo que preside Félix Hernández, no dudó en buscar sustituto a un Katsikaris que quiso aprovechar otra gran oportunidad, trabajar en la NBA. Llamada telefónica, reunión convocada y listo: VIDORRETA regresaba al club que llevó a conquistar la primera edición de la Basketball Champions League.

En su estancia en la Isla este entrenador, muy querido por todos (la foto abrazado a los «vikingos» refleja esa complicidad entrenador-afición), afrontaba el pasado sábado, ayer, su partido número 100 sentado (es un decir) en el banquillo canarista, junto a sus fieles y eficaces ayudantes Nacho Yáñez, Marco Justo y Santi Lucena.

Era una efemérides, a pesar de acumular caso 500 partidos en la segunda mejor liga del mundo, que merecía tener el premio del triunfo. Y encima ante el club que no le quiso renovar. Todos fuimos testigos del PAR-TI-DA-ZO firmado por TXUS y sus guerrilleros, ganando por la friolera de +34 (100-66) al que hace dos temporadas se había coronado campeón de la Liga Endesa.

Su salida de la cancha fue apoteósica, con una afición que le aplaudió a rabiar, no pudiendo resistirse a acercarse a uno de los fondos y fundirse en un abrazo con dos «vikingos» de la Peña San Benito.

Sí, un día grande, pero estoy seguro que Vidorreta, al que conocí en su estancia en la Isla Bonita, sabe que en el histórico club que el año que viene cumplirá los 80 años de vida,va a conseguir más cosas. Y el camino es el correcto: 6-3 en la ACB y 6-0 en la BCL. Si las lesiones nos respetan, me veo solicitando la acreditación para la Copa del Rey de Madrid y, por qué no, peleándome de nuevo con mis «amigos» de la FIBA para poder estar en la Final Four de la Champions. Y lo digo desde el convencimiento de que lo mejor es ir PARTIDO A PARTIDO.

¡Gracias, señor Vidorreta!