En La Fonte do Sar se vio la peor versión del Iberostar Tenerife

Perder como lo hizo el Iberostar Tenerife hoy ante el Rio Natura Monbus (equipo de su Liga) tiene peor lectura que cuando salió claramente derrotado de la pista del Valencia Basket. Muy mala defensa, con enormes facilidades para los interiores contrarios, facilidades en los exteriores que entraban con excesiva facilidad. Luego las constantes pérdidas, la mayoría no forzadas, para añadir lo difícil que le está resultando últimamente al equipo encontrar situaciones cómodas en ataque para tirar y anotar. Esta es la primera lectura de lo que pude apreciar este mediodía por la televisión, reconociendo que se estuvo acertado en el primer cuarto, con Sekulic fino bajo los aros y bien secundado por los aciertos de Saúl Blanco.

Pero es que el equipo se borró a partir de entonces en muchas fases del partido, con la reiterada falta de complicidad de un norteamericano, Levi Rost, que hace mucho tiempo que no asume el protagonismo de antaño, no sirviendo de excusa los marcajes a los que es sometido. Y esa carencia de efectividad lo evidencia con sus faltas, algunas, como la tercera y cuarta, absurdas a todas luces.

Cierto es que los árbitros, muy mal hoy, no vieron con las mismas gafas lo que sucedía en una y otra canasta, con los nuestros salieron claramente perjudicados. Manos que contactaban con el rival y no se señalaba nada, en tanto que en la pintura canarista sí se pitaban. Eso sí, cuando el Obradoiro tenía el partido visto para sentencia empezaron a compensar, lo que enfadó a la afición gallega que comenzó a entonar lo de «manos arriba, esto es un atraco».

Quiero, y así lo hago, juzgar estos 40 minutos. Y fueron realmente malos, carente de intensidad, de agresividad, de saber leer correctamente el partido, de estar concentrado para evitar tantas pérdidas «tontas»… Este Iberostar Tenerife dista mucho del que lo bordó ante el CAI en Zaragoza, el que sorprendió al Laboral Kutxa o el que se llevó la victoria de la pista del Estudiantes. O el de los seis triunfos en casa, que terminaron clasificándonos para la Copa del Rey. Porque así no juegan los equipos de Alejandro Martínez.

De nuevo generosidad para conceder dobles jugadas porque no se asegura bien el rebote cuando el rival falla… Mi lectura es que no se puede depender exclusivamente de la efectividad de Blagota Sekulic, o de un día bueno de Saúl Blanco. Para ganar en canchas como la del Obradoiro, insisto, un rival directo, se necesita que Bivía complemente bien a Úriz; que los interiores ayuden a Sekulic (hoy Sikma apenas tuvo acierto) y, sobre todo, que Levi Rost sea el Levi Rost que tantas grandes actuaciones dio al equipo canarista. ¿Pipa Gutiérrez? a rachas. Fue el mejor en rebotes, aunque con seis, y nueve tantos.

Del rival volvió a gustar Muscala, un pívot de garantías bajo los aros, buen anotador y excelente reboteador. No se le pudo parar. Pumprla hizo daño, Corbacho aportó sus tres triples estratosféricos. Junyet se fue a los 10 puntos y 7 rebotes… Dejaron claro que sus triunfos ante Barcelona o Bilbao no fueron producto de la casualidad.

Ahora, a disfrutar de la fiesta de la Copa del Rey. Soñar con sorprender al Barça, viendo los últimos partidos del CB Canarias, es un tremendo disparate. Siento verlo así, pero el sábado habrá que regresar a casa y comenzar el lunes a preparar el próximo encuentro en el Santiago Martín. Quedan 16 jornadas y son necesarias tres victorias más. Habrá que buscar nuevas sensaciones porque las de hoy, ante el Obradoiro, no se le gana ni al CB Valladolid en Pisuerga.

AGUSTÍN ARIAS