Charo Borges y su último artículo en «SEPTENA»

Leo, con tristeza, la voluntad manifiesta de mi amiga Charo Borges, excelente jugadora de basket y mejor persona, de poner punto final a sus brillantes, interesantes, anecdóticas… publicaciones cestistas en su blog SEPTENA. En ellos nos ha hecho vivir con pasión su trayectoria deportiva, haciendo disfrutar a sus lectores y a los basketmaníakos del quehacer de una de las grandes del basket femenino tinerfeño, como reconocen quienes la vieron jugar.

Muchos de sus artículos le he «robado» para brindarles a los basketmaníakos una auténtica joya. Charo Borges, hija de periodista, tiene una deuda conmigo, la de ser capaces de vender la historia del baloncesto femenino en Tenerife a las instituciones para que asuman la publicación de un libro. Porque las nuevas generaciones se merecen conocer el ayer de este maravilloso deporte, pcon muchas de sus páginas escritas por esta simpática y educada jugadora tinerfeña. Me niego a respender a ese «adios» porque Charo, la gran Borges, tiene mucho que decirnos. Este es el artículo con el que cierra SEPTENA:

«Adiós y hasta siempre»

Hoy, 19 de Enero, hace exactamente un año y cinco meses que me atreví a abrir este blog que ahora voy a cerrar. Llegó el día en que estos relatos que nacieron con el único propósito de recuperar los hechos, las vicisitudes, las alegrías, las decepciones, los buenos momentos… de un grupo de enamorados del baloncesto femenino, se han terminado. Como lo expreso en la entradilla que preside esta bitácora, así me gustaría acabarla: con la misma declaración de intenciones y con el placer de haber cumplido la misión que me propuse aquel 19 de Agosto de 2009. Las memorias de esta vieja gloria (disculpándome por lo de gloria) han llegado a su fin.
Después del 22 de Abril, me dediqué exclusivamente a mi trabajo de dar clase en el Hispano inglés y a preparar las oposiciones para una plaza en la enseñanza pública. No dejé de hacer deporte y procuraba caminar, correr y nadar en Las Teresitas, casi a diario. De vez en cuando, si se terciaba un dos pa´dos o un tres pa´tres, allí estaba yo, dispuesta a matar el eterno gusanillo. Dos años después, me encontré con la oportunidad de aprender a jugar al tenis, otro de mis deportes más queridos. Lo conseguí y estuve practicándolo más de quince años. Incluso, intervine en unos cuantos torneos, pero descubrí que mi afán competitivo ya estaba suficientemente saciado con casi veinte de básquet, y dejé de hacerlo. Sólo el recrudecimiento de las numerosas y viejas lesiones que había sufrido con un deporte tan duro y de continuo impacto, como el de la canasta, hizo que tuviera que renunciar, también, al de la raqueta . Hoy, sólo puedo caminar y nadar, y lo hago muy a gusto.
Estuve alejada del mundo del baloncesto hasta que obtuve las plazas a las que opositaba, en el 79 y el 80. La consecuencia de aquella preparación fue que perdí todo contacto con mis últimas compañeras. Sabía de ellas a través de la prensa, pero, en 1981, Antonia volvió a ponerse en contacto conmigo para invitarme a formar parte de la Directiva del club de aquella temporada 81-82, y acepté. Fui Vocal y también ejercí de Delegada en algunos desplazamientos a la Península. Resultó una experiencia muy interesante y, aunque la plantilla de entonces estaba bastante renovada, fue una alegría reencontrarme con las que jugué hasta 1978, y aún continuaban haciéndolo.
Para completar este balance sobre mi vida después de la retirada, sólo me resta hacer otro, algo más frío, sobre los apartados que han constituido este blog que hoy finaliza.
Han sido 57 las entradas que he publicado y no todas referidas, exclusivamente, a los recuerdos. Los acontecimientos que en estos diecisiete meses se han producido, aconsejaron interrumpir el hilo conductor de la memoria y hacer altos en el camino para celebrar un campeonato del mundo de selecciones nacionales de fútbol, de la mano (mejor, de la cabeza y de los pies) de nuestros futbolistas españoles, y una medalla de bronce, con brillo de oro, en la confrontación mundial también, de nuestras representantes femeninas del baloncesto. Otra interrupción fue para dar cuenta del inesperado y feliz reencuentro con mis últimas compañeras de faena deportiva, las niñas del Krystal. Y la más triste de todas fue para dedicar un post al recuerdo de Conchy Ramírez, que se nos marchó, para siempre, a finales de noviembre pasado. Fue, ciertamente, muy doloroso. Pero, asimismo, un deber hacerlo.
El complemento gráfico lo pusieron 149 fotografías. La gran mayoría, procedentes de mi modesta colección y, muy pocas, de la Gran Red. A las fotos, les acompañaron 17 titulares y 6 reseñas de la prensa especializada, que escaneé de los recortes de periódicos locales y nacionales que conservo junto a ellas.
Otro componente fundamental de cualquier blog es el apartado de los comentarios y aquí he tenido el gusto de contar con 30, aunque nunca esperé que fuera a tener ni uno solo. Por esta razón, mi agradecimiento es mucho mayor hacia quienes tuvieron la amable deferencia de hacerlos.
Otro hecho, – más incontable que contable -, es el de las veces que me puse en contacto con algunas de mis antiguas compañeras para pedirles ayuda y, con ellas, precisar y contrastar detalles que mi memoria podía tener algo desdibujados. Para todas, también mi recuerdo agradecido y mi dedicatoria especial de esta bitácora que hoy cierra sus puertas.
Por último, contabilizar también una inesperada colaboración: la ofrecida por el blog BASKETMANÍA, hermano de éste por el mismo amor, propiedad del periodista especializado en baloncesto, D. Agustín Arias, y quien se hizo eco de la existencia del mío, en su página del periódico El Día, de esta capital. El Sr. Arias, además, tuvo a bien reproducir, entre los artículos de su blog, 13 de mis entradas y quiero agradecerle, una vez más y desde aquí, el que lo haya hecho. Algunas de ellas están acompañadas de comentarios de muchos de sus seguidores a los que deseo, igualmente, darles las gracias de todo corazón.
Se han acabado, pues, las historias de un tiempo del baloncesto femenino casi prehistórico. Probablemente, para algunos puedan parecer increíbles, mientras que para otros habrán resultado muy familiares. Desde aquí, me gustaría invitar a otras compañeras, que continuaron jugando y poseen una magnífica documentación, a base de fotos y recortes de prensa sobre lo que fue el Krystal en los años siguientes, a que se animen y hagan algo similar a lo que yo concluyo hoy. A que nos cuenten las historias que ellas vivieron y protagonizaron y, así, tener una visión más amplia en el tiempo, de cómo se mantuvo la División de Honor femenina en nuestra tierra.
Yo, ya he terminado las mías, y sólo me queda complementar esta última mostrando, de nuevo, las fotografías de todos los equipos de los que formé parte y de los que, ahora y siempre, me siento muy orgullosa. Ha sido un verdadero honor pertenecer a todos ellos y estar junto a todas estas grandes personas, – además de buenas deportistas -, que han sido y son mis compañeras, entrenadores, delegadas y delegados.
Las organizo cronológicamente, de izquierda a derecha y de arriba a abajo, comenzando con el Mª Auxiliadora de 1966-67, intercalando las de la Selección Española de 1971 y una pequeña representación del equipo universitario de Filosofía y Letras de La Laguna de la temporada 71-72, y terminando con el Tenerife Krystal de 1976.
Para todos ellos, el mejor y más preciado de mis recuerdos. A todos ellos y a todos los que tan gentilmente han tenido la paciencia de seguir estas narraciones, de todo corazón, adiós y hasta siempre.

3 comentarios en «Charo Borges y su último artículo en «SEPTENA»»

  • el 21/01/2011 a las 13:40
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    Es una pena que una persona que sabe tanto de baloncesto femenino y que lleva metida toda su vida en esto cierre ese blog tan ameno que desde que nos enteramos por Basketmanía de su existencia solemos visitar para leerlo.
    Pero bueno, si esa es su voluntad, lo único que me permito pedirle como aficionado al baloncesto es que no deje de escribir y si no lo hace en su blog, que lo haga en otros medios como Basketmanía, que a todos nos gustaría seguir leyéndola. Un abrazo y muchas Felicidades por los buenos ratos que nos ha hecho pasar hasta hoy.

  • el 21/01/2011 a las 20:31
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    Tengo que seguir agradeciendo, encarecidamente, los amables comentarios de los ilustres basketmaníacos, como joseca, y aclararle, si me lo permite, que no es cuestión de querer, o no querer, continuar con mis relatos. Es sólo que comencé a jugar, como federada, en 1966, y que terminé de hacerlo en 1978, y que mi única intención fue contar todo lo vivido en el tiempo que transcurrió entre uno y otro año. Son relatos que tienen un principio y un final muy precisos y, lógicamente, lo que hubo antes y después de esas fechas sólo podría conocerlo a través de la experiencia de otras personas, lo que hace que el objetivo de mi blog ya sea otro diferente al que me movió a hacerlo.
    También quisiera aclararle que mi dedicación al baloncesto sólo se dio entre los años citados y que no mantuve un contacto habitual con él, después de mi retirada. Me hubiera gustado enseñar los fundamentos básicos a niñas y niños, pero los derroteros profesionales que elegí para cumplir con mi vocación de profesora no fueron los del deporte y no pude compaginar mi especialidad académica con mi experiencia deportiva. Las dos me merecían un gran respeto y las dos exigían una dedicación plena, por lo que hube de decantarme por la que más aseguraba mi futuro laboral. Confieso que me costó renunciar a una de ellas, pero me queda la satisfacción de haber vivido todo lo que ya les he contado.
    De lo que sí estoy segura es de que seguiré siendo una basketmaníaca más y siempre que la ocasión lo permita o lo sugiera, seguiré haciendo algún que otro comentario para no perder la costumbre.
    Gracias, muchas gracias, de nuevo, por el interés mostrado, y un saludo muy cordial, señor joseca.

  • el 22/01/2011 a las 0:26
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    Amigo Agustín, como siempre, eres excesivamente gentil conmigo. Gracias por tu elogiosa presentación a mi última entrada y que, una vez más, tienes a bien reproducir en tu espacio.
    Siento que te cueste admitir mi despedida, pero es que mis historias vividas con el baloncesto, se acaban con mi retirada. Lo que hubo después, lo desconozco porque no estuve allí y, por lo tanto, no lo puedo contar.
    Ese fue mi objetivo desde el principio: narrar todo lo que recordaba desde mis primeros pasos baloncestísticos en el Colegio, hasta que colgué mis últimas botas para dejar la actividad deportiva, y creo haberlo cumplido. No es que no quiera continuar, sino que se terminaron los argumentos.
    En cuanto a esa deuda de que hablas, me encanta la idea de saldarla. Así que, cuando quieras, estoy a tu disposición para tratar el tema. Como siempre, el más cordial de mis abrazos.

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