Un mago que basa su espectáculo en las matemáticas mantiene en vilo a un auditorio de más de cien chicos de entre 14 y 16 años. Esta estampa, que pudo contemplarse el pasado viernes en el aula magna de la Facultad de Matemáticas de la Universidad de La Laguna (ULL), demuestra que, a pesar de su imagen de aridez y abstracción, las ciencias exactas pueden ser atractivas para los jóvenes.

El protagonista de la escena se llama Óscar Martín Escribano y, además de mago, es licenciado en Matemáticas por la Universidad de Salamanca y profesor en Cuenca. Su público, alumnos de varios institutos de Tenerife y Gran Canaria que se prestan con entusiasmo como voluntarios para sus trucos, en los que intervienen la probabilidad o la geometría.

Finalizado el show, el prestidigitador transmite a los jóvenes, divididos en grupos, algunos de los secretos matemáticos de su arte. Los que esperan su turno se entretienen con puzzles y otros juegos que permiten aproximarse de forma lúdica al mundo de los números y las formas.

Acercar las matemáticas a los futuros universitarios y frenar lo que parecía un imparable descenso en el número de alumnos que cursan estos estudios es el objetivo que se marcó el actual equipo decanal de la Facultad cuando accedió a la responsabilidad de gobernar el centro y, a tenor de los resultados obtenidos, parece que lo está consiguiendo. La Semana Matemática, que este año cumple su tercera edición, es el ejemplo más representativo de esta política de "apertura" hacia la sociedad.

"Desde que se celebró la primera Semana, el número de nuevos alumnos se incrementó en un 30% y, desde entonces, se ha estabilizado", comenta la decana, Pino Caballero, quien se muestra convencida de que, si esta iniciativa se interrumpiera, el volumen de estudiantes volvería a caer.

"Por necesidad"

La idea de poner en marcha una semana destinada a mostrar al alumnado de los IES de Canarias el mundo de las matemáticas desde dentro surgió "por necesidad", explica Caballero. "El número de alumnos de todas las ciencias caía en picado a nivel internacional y nos planteamos que era importante hacer cosas para atraer a los jóvenes y acabar con la imagen de hueso de las matemáticas", añade. La respuesta de los centros de Secundaria es "increíble", de modo que la Facultad se ve obligada todos los años a rechazar peticiones.

Pese a que el número de matriculados en la Facultad de Matemáticas de la ULL se mantiene estable -este curso han sido 28 los de nuevo ingreso-, es cierto que la demanda de estos estudios, como la de todos los relacionados con las ciencias experimentales, han experimentado en los últimos años un significativo descenso.

"Hay una combinación de factores que explica esta situación, pero el principal problema es que el esfuerzo no está de moda, y las matemáticas son una materia difícil que exige concentración y dedicación para aprenderlas y también para enseñarlas", reflexiona Pino Caballero. Además, la creciente oferta de titulaciones universitarias resta alumnado a las carreras "de siempre" y hay un porcentaje que se desvía a otros estudios, prosigue la decana.

Aunque la situación es general en todos los países de su entorno, España se ve especialmente perjudicada debido a su falta de tradición científica. "Necesitamos las matemáticas y las usamos continuamente, pero la cultura matemática no se mide por el mismo rasero que otro tipo de cultura: si no sabes algo sobre ellas parece que no pasa nada".

Los riesgos del declive de vocaciones científicas y matemáticas son claros. "En Estados Unidos existen graves problemas para cubrir las necesidades de matemáticos y los importan de Europa, y aquí, todos los años llaman empresas y no tenemos suficientes titulados para los puestos que requieren", señala Pino Caballero.

La III Semana Matemática se clausurará el próximo martes con la presencia del británico Michael Atiyah, poseedor de la Medalla Fields, un galardón equiparable en esta disciplina al Premio Nobel, y considerado el matemático vivo más importante.