El presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero (El Sauzal 1952), todo un experto en medir los tiempos en política, navega ahora mismo entre dos aguas. Por un lado dibuja un escenario bastante negativo de la actual situación económica y política en España y, por el otro, se muestra esperanzado en que si se actúa con responsabilidad y se adoptan las medidas necesarias, las cosas empezarán a mejorar en las Islas. De ahí su insistencia en las últimas dos semanas en buscar una tercera vía que propicie el entendimiento y, fruto del mismo, se enderece el rumbo de una nave que ahora mismo camina a la deriva.

¿Qué juicio le merece el resultado de la huelga celebrada esta semana por los funcionarios?

Creo que se podría calificar de una actitud responsable, lo cual demuestra que los trabajadores públicos, en su inmensa mayoría, ponen la responsabilidad por encima de todo.

¿Los sindicatos se han visto desacreditados?

No hablaría de desacreditación. Cada cosa hay que valorarla en su momento y ahora mismo, respetando el derecho a la huelga que tienen los trabajadores, no podemos unir a una crisis económica profunda situaciones que debiliten más el sistema.

¿En qué sentido?

Si a la crisis económica y a las dificultades desde el punto de vista político sumamos también la agitación social, entonces tenemos todos los ingredientes para que el país termine de paralizarse definitivamente.

Hace unos días usted señalaba en el Parlamento canario que España avanza hacia el abismo desde el punto de vista económico. ¿Tan mal ve el panorama?

No. Lo que intentaba es centrar la situación. Ante la demagogia del presidente del Grupo Parlamentario Socialista en Canarias trataba de dejar claro que estamos en una situación compleja que requiere de mucha responsabilidad, de mucho sentido común, de mucho diálogo y, a ser posible, de mucho entendimiento y consenso, cuestiones que se echan en falta en el ámbito del Estado.

¿En esa línea va su propuesta de la tercera vía?

Sí.

Pero teniendo en cuenta el grado de crispación política que hay en España, ¿su iniciativa no es un poco utópica?

Es difícil, pero imposible no hay nada. La decisión de las grandes potencias europeas de llevar a cabo también políticas de ajuste económico nos imbuye a todos de que estamos ante una situación que requiere de políticas de altura. En España tenemos que plantear si es el momento de unir a una crisis económica una crisis política que se derivaría de convocar unas elecciones generales.

¿Usted es partidario de convocar elecciones ahora mismo?

No es el momento. Sería una irresponsabilidad. Ahora, lo primero es enderezar el barco y una vez enderezado tomar las decisiones que haya que tomar. Primero las medidas que no pueden esperar otros seis meses porque nuestra economía entraría en un proceso de deterioro que le costaría más a todos los españoles. Hace falta un gran acuerdo para las dos o tres medidas fundamentales que hay que tomar: una reforma del mercado laboral, completar la del sistema fi- nanciero, y un gran acuerdo por la economía y el empleo en España. Si no se está de acuerdo con la política del Gobierno y se descarta llegar a acuerdos, el principal partido de la oposición tiene un instrumento que le da la Constitución: la moción de censura. Pero como esta opción tampoco se pone sobre la mesa, pues hace falta un poco de sensatez y de sentido común.

De cara a abrir esa posible vía de entendimiento...

Vamos a ver, al Gobierno no lo podemos liberar de los fallos que ha cometido. El gran error de Zapatero ha sido confiarlo todo a los demás, a que cambiara la economía en Estados Unidos y en los países de la UE, y no tomar medidas. Yo no voy a liberarle de la miopía que ha tenido para leer la situación y de la falta de reflejos para impulsar medidas hace dos años como la reforma de la administración, el ajuste del gasto público, como yo mismo le planteé, la congelación salarial o las reformas del mercado laboral y del sistema financiero.

Modelo de sociedad

¿Rota la negociación sobre la reforma laboral entre sindicatos y empresarios, qué posición va a adoptar CC?

CC va a apostar y se va a mojar por una reforma del mercado de trabajo que esté orientada no a quitarles derechos adquiridos a los trabajadores, sino a tomar medidas que tengan como objetivo incentivar el mantenimiento de los empleos actuales, que no se sigan perdiendo empleos, y especial y fun- damentalmente, a incentivar nuevas contrataciones.

¿Qué medidas, en concreto, defiende CC?

Hay medidas que se han implantado en Austria, Dinamarca, Alemania y en el resto de los países de la UE orientadas fundamentalmente a incentivar nuevas contrataciones. Por ejemplo, con bonificaciones a las cuotas de la Seguridad Social de las nuevas contrataciones, como ya ha hecho Canarias; la potenciación de los contratos a tiempo parcial; que durante un periodo transitorio, que pueden ser uno o dos años, se haga más llevadera la carga de los empresarios que realicen nuevas contrataciones; o el modelo de contrato impulsado por Alemania, en el que se compatibiliza la percepción del seguro de desempleo con un trabajo a tiempo parcial hasta completar el salario que antes se percibía. Ésta última me parece una magnífica idea porque ya no sólo estamos hablando de una cuestión económica, sino de modelo de sociedad.

Pero el modelo alemán está ideado para un país industrializado cuya coyuntura es diferente a la de España y Canarias.

Efectivamente, estas cosas no son sencillas, pero merece la pena hacer un esfuerzo, porque es importante que no sólo pensemos en el día a día, en garantizar la cohesión social, en que las personas tengan una percepción que les permita subsistir, sino en el modelo de sociedad; un modelo de sociedad activa o subsidiada. Tenemos que apostar por el primero y para ello hay que incentivar el trabajo.

Cuando usted analiza la situación actual hace un balance bastante crítico de la política económica de Zapatero, sin embar- go, CC lleva dos años respaldando su proyecto de ley de presupuestos, máximo exponente de esa política económica.

A mí me gustaría que CC tuviera 50 diputados, o por lo menos 14, para poder contribuir de una forma decisiva en lo que es la política del Estado, pero tenemos que ser realistas. Tenemos una capacidad limitada y esa capacidad limitada la concentramos en los asuntos de Canarias, donde es evidente que gracias a nuestra posición estratégica hemos mejorado. Estamos lejos de lo que pretendemos y de lo que es justo, pero vamos avanzando y los compromisos presupuestarios de CC hay que entenderlos en ese marco.

¿Teme usted que debido a los nuevos recortes que va a tener que llevar a cabo el Gobierno central los compromisos adquiridos con CC no se cumplan?

Tengo el presentimiento de que se van a cumplir.

¿El presentimiento?

Sí. En este momento el presentimiento, porque el compromiso está. Las dificultades son las que son.

Hable usted con los funcionarios sobre compromisos adquiridos...

Nos está costando mucho. No está siendo fácil que se cumplan con el ajuste que se tiene que hacer, pero lo estamos consiguiendo. Con muchas dificultades, presionando mucho, es cierto, pero lo estamos logrando.

Entonces los canarios no deben temer que los nuevos recortes que se avecinan vayan a afectarles.

Si el Gobierno de Zapatero actúa con equidad, justicia y solidaridad, y atendiendo a los que menos tienen y más ayuda precisan en este momento, cumplirá. Si por el contrario, lo que hace es continuar con la tendencia que ha seguido en otros momentos de esta legislatura, de ser más sensible con los territorios más desarrollados del Estado, como por ejemplo Cataluña, pues entonces estaremos en otra situación. Por ahora hay que pensar que va a cumplir e, insisto, no solamente por los acuerdos políticos, sino por razones de justicia.

Oportunidades de trabajo

Usted ha manifestado en numerosas ocasiones que Canarias sería la primera en salir de la crisis gracias a que países como Alemania e Inglaterra, principales mercados emisores de turistas se recuperarían antes. ¿No le han hecho temblar los anuncios de duros ajustes por parte de Merkel y Cameron?

No son buenas noticias que los países más importantes de la UE tengan que llevar a cabo políticas de ajuste presupuestario para fortalecer su recuperación, pero las expectativas que tenemos en este momento de cara al turismo son esperanzadoras. Son alentadoras. Las reservas de slot en los aeropuertos y el número comparativo de reservas con el verano pasado hace que tengamos la esperanza de que las cosas van a ir mejorando paulativamente.

Sí, pero incluso hablan de un cambio del modelo de vida, más austero...

Sí, pero tenemos que tener en cuenta que siempre hay un segmento de población que se puede permitir el lujo de poder viajar a destinos como Canarias. Estamos convencidos de que el turismo va a ir mejorando y si España toma las medidas necesarias tenemos suficientes ingredientes para pensar que las cosas empezarán a mejorar y que más gente tendrá la oportunidad de trabajar.

O sea, que el anuncio del consejero de Empleo e Industria de 40.000 nuevos empleos en el segundo semestre de 2010 está justificado.

Cuando se planteó la medida de crear 80.000 nuevos empleos en un año nos estábamos refiriendo al segundo semestre de 2010 y al primero de 2011, lo que es posible con los recursos que estamos poniendo. ¿Qué es necesario para ello? Que los empresarios se animen a contratar. Y ¿qué se necesita para ello? Que existan buenas expectativas.

Pero precisamente las expectativas...

Bueno, la expectativa turística es mejor, con lo cual ahí ya tienen un aliciente. Para muchos empresarios lo que les retrae en una situación en la que existe cierta incertidumbre son las cargas que tienen, por eso es importante animarles y motivarles con incentivos para que den el paso. En Canarias lo estamos haciendo.

¿Cómo?

Con incentivos potentes. Financiando la cuota de la Seguridad Social durante seis meses a quien contrate un año, lo que viene a suponer un tercio del salario. Que quien se decida a contratar mano de obra cualificada, chicos que hayan terminado la FP, se le paga el cien por cien de la Seguridad Social durante dos años. Por cada chico sin formación, menor de 30 años, que es uno de los problemas que tenemos, que se contrate por seis meses, le subvencionamos entre 400 y 600 euros, prácticamente un tercio del salario que cobra. Vamos a ver si se genera un poco de confianza. Para mí es fundamental que se apruebe la reforma laboral. Y es deseable que sea por consenso, pero si no es por consenso, que sea atractiva. Si se toman las medidas que hay que tomar, creo que va a ser el empujón definitivo para que empiece a moverse la contratación de nuevos trabajadores.

Sin embargo, esa confianza a la que usted alude, tanto económica, pero, sobre todo, política no es lo que se transmite.

En la Conferencia de Presidentes interrumpí con tres recesos intentando buscar un acuerdo sólo para el empleo, sabiendo que las dificultades por las que atraviesa la política en España hacen inviables acuerdos de otro tipo. Por eso creo que en estos momentos hay que seguir insistiendo en que hay dos o tres asuntos que requieren de grandes compromisos en el ámbito del Estado. Portugal es un ejemplo en ese sentido. Hay poca gente a la que se le pase por la cabeza, a algunos sí, que es bueno para el conjunto del Estado que a una situación económica como la actual se le añada una crisis política con convocatoria de elecciones sin tomar las medidas que está solicitando Bruselas.

Década prodigiosa

Pero en España la crisis política existe sin esperar a convocar elecciones.

Efectivamente, la crisis política existe por la situación actual, donde el diálogo está roto entre los dos grandes partidos, pero…

¿Usted cree que hay alguna posibilidad de que ese diálogo se recomponga en algún momento?

Si me pregunta que si en la última semana es más posible o menos posible que haya una puerta al diálogo, diría que ahora hay más posibilidades de que esa puerta se abra. Más posibilidades porque lo que está quedando en evidencia es que ya no sólo es España, sino que otras economías más potentes que la nuestra, de todos los colores políticos, de la izquierda y de la derecha, están tomando medidas. Creo que eso debe llevar a una reflexión. Esto no es exculpa para nada a Zapatero de los errores cometidos y los ciudadanos en su momento le pasarán factura, pero ahora mismo hay que orientar el barco y no terminarlo de hundir.

En su discurso del Debate sobre el Estado de la Nacionalidad usted advirtió de que España y Canarias habían vivido una década prodigiosa.

Ha habido una década prodigiosa, los datos son contundentes, de 1997 a 2007.

Podemos llegar a la conclusión, viendo lo que está pasando ahora, que no se ha aprovechado ese periodo de bonanza para llevar a cabo reformas que ahora se ven más urgentes por la crisis.

Vamos a ver, la facilidades que ha existido en esos diez años han tapado otras cosas. Esta misma semana he estado en reuniones relacionadas con las nuevas tecno- logías, la economía del conocimiento, y he visto jóvenes, mayores, empresarios de todas partes interesados en estos encuentros. Hace tres años eso era imposible, porque el dinero se ganaba más fácil y se pensaba en otras cosas.

¿A qué se refiere?

Cuando hablo de una década prodigiosa, es porque en esos años se concentra inversión pública, inversión privada, el REF, el Estatus Especial en la UE, convenios con Canarias, crecimiento del sector de la construcción, turismo... Ha sido espectacular. Ahora bien, esa etapa ha lastrado a una parte importante de nuestra sociedad en el sentido siguiente: es verdad que hablamos siempre de que estamos ante la generación de jóvenes mejor preparada de toda su historia, eso es verdad, pero, por otra parte, la gene- ración actual de 18 a 25 años está peor formada que las dos generaciones precedentes, es decir, peor formada que las que vienen ahora de entre 25 a 35 o de entre 35 a 45.

¿Por qué hemos llegado a esa situación?

Por las facilidades con las que se ganaba el dinero en el Sur de Tenerife, en el Sur de Gran Canaria, Lanzarote o Fuerteventura, en todo lo que era la construcción y sus derivados, pintor, chapista, ferrallista, sin tener ninguna formación. Era tan fácil ganar dinero y que los chicos de 19 a 20 años tuvieran el mejor coche y dinero en el bolsillo, que les llevó a abandonar la formación.

¿Entonces, se ha desaprovechado lo que usted califica como década prodigiosa?

La hemos desaprovechado.

¿Ve alguna solución?

Lo primero, tiene que haber un cambio de mentalidad. Un cambio donde se ponga por encima de todo otra vez la cultura del esfuerzo, del trabajo, el valor de la perseverancia, la constancia y que todas las cosas cuestan. Y en segundo lugar, tener claro que la educación y la formación es el único camino para avanzar hacia una sociedad de igualdad de oportunidades para todos. Eso es lo que se llama cohesión social. No vamos a conseguir cohesión social si no tenemos igualdad de condiciones en nuestra gente.

¿Qué está haciendo su Gobierno para cambiar esta tendencia?

Por eso las reformas educativas que estamos emprendiendo. Creo que la mejora del capital humano en las dos vertientes, educación y formación e innovación, en todo el sistema productivo son las claves para que Canarias en 2020 haya dado un salto importante de nuevo, pero tenemos que recuperar eso.

¿Podrá volverse a dar una situación similar a la de esos años?

Yo digo no es posible repetir esos diez años, proyectarlos al futuro, sobre el mismo crecimiento en el sector inmobiliario. No es posible porque no lo es crecer otra vez 600.000 habitantes en diez años. No se puede alcanzar el mismo ritmo de construcción, no va ser posible. El sector de la construcción tenemos que ac- tivarlo, porque significa el 15% de nuestro PIB, pero sin consumir más suelo.

¿Se puede mantener el mismo peso en el PIB sólo con lo que supone la rehabilitación y la renovación de la planta obsoleta?

Este es un capítulo interesantísimo, diría que precioso, donde tenemos que hacer muchos esfuerzos. Es verdad que a pesar de los incentivos que hemos colocado, la ley de medidas urgentes, un incentivo muy potente para esto; los créditos ICO también lo son; el que el Gobierno de Canarias incentive la subvención de los intereses de los créditos ICO a quien se meta en este objetivo; es verdad que con las incertidumbres que ha habido en la economía, los empresarios todavía no están actuando con decisión, pero espero que si las cosas empiezan a mejorar desde el punto de vista turístico, estos potentes incentivos los lleven a meterse lo que es la renovación.