HAY una parte de Coalición Canaria que se opone a la otra. Está la Coalición españolista de Ana Oramas y la Coalición independentista de Miguel Zerolo. Los dos bloques tienen en Paulino Rivero al nacionalismo moderado, un tanto sin saber bien qué hacer.

Ahora se han anunciado conflictos en la negociación con el PNC, derivados fundamentalmente de la secular falta de palabra de los negociadores de CC. El PNC es un partido profundamente nacionalista que quiere la independencia de Canarias, pero que tiene marcada una velocidad. Al PNC no lo han respetado lo que sus siglas y su historia merecen. Coalición Canaria tiene un problema de falta de palabra. Siempre ha sido así. Se dice una cosa, se pacta una cosa y luego se hace otra. Este es un problema.

Unos nacionalistas mantienen que la independencia tiene prisa; y otros, los de Ana Oramas, son profundamente españolistas, encandilados algunos de ellos -como el inútil de Perestelo- por los oropeles de Madrid. Perestelo y Oramas no deben repetir en el Congreso. En el Congreso (mientras sea necesario) tienen que estar independentistas, para tirar hacia Canarias y no hacer el juego a personajes como Zapatero, que no sólo han hundido a su país -España-, sino que han engañado al nuestro -Canarias-. Con la complicidad de los dos títeres que la casualidad ha colocado en la capital de España para hacer el ridículo, un día sí y el otro también.

No hay duda de que Canarias está abocada a la independencia de España. Es la última colonia europea. Es un territorio alejado de la Metrópoli, cuya autodeterminación está reconocida por los organismos internacionales. Pero con un partido nacionalista errático no conseguiremos nada. Es preciso que el futuro de Coalición Canaria se oriente hacia la independencia, que ésta figure en su declaración programática y en su programa electoral. Y que no haya dos Coaliciones Canarias, sino una, cimentada en el amor a la tierra, en no dejar que el godo nos siga avasallando, en fomentar el sentimiento de lo canario, no de lo español. De lo nuestro, no de lo ajeno.

Una tierra abierta y cosmopolita, que no niegue relación a nadie, pero que tampoco se deje avasallar por un invasor que no ha hecho nada por nosotros, sino esquilmarnos. Coalición Canaria ha de ser un partido nacionalista de verdad, no una jaula de grillos que se destrozan unos a otros sin solución de continuidad. Lo que el futuro nos depare depende de nosotros mismos. Y el futuro no puede dar cabida a los pusilánimes, sino a la gente valiente. La misma que sucumbió ante el invasor, pero esta vez para ganar, por la vía de la paz, jamás de la violencia.