Dentro del Partido Nacionalista Canario (PNC) hay una "revolución de base" en marcha que, de prosperar, terminará por afectar a los que ahora son sus socios parlamentarios -CC y CCN-. Los críticos de la organización -que ya renovaron los máximos responsables en Tenerife y Gran Canaria sin el respaldo de la cúpula del partido- exigirán pronto la celebración de un congreso nacional para cambiar al máximo responsable, Juan Manuel García Ramos, y "revisar" el pacto que mantiene con los otros dos partidos del grupo nacionalista.

Así lo informaron ayer el nuevo presidente de la organización en Tenerife, Carlos García; la secretaria del PNC en esa Isla, Soledad Suárez, y la recién elegida presidenta en Gran Canaria, Isaura Oliva, en una visita que efectuaron ayer al editor y director del periódico El DÍA, José Rodríguez.

Carlos García explicó que el congreso nacional ya está "fuera de plazo" y acusó a García Ramos de evadir convocarlo.

Suárez añadió que el espíritu que anima a esta corriente es recobrar la ideología inicial del PNC y caminar hacia la construcción de la nación canaria, meta que consideran olvidada por la actual dirección, "más preocupada por ocupar cargos que por defender el nacionalismo".

García y Oliva respaldaron el argumento y lamentaron que el PNC "acepta ahora todas las imposiciones de CC", además de que el sector crítico del partido "nunca" estuvo de acuerdo con el pacto con CC y CCN, fuerzas a las que no considera verdaderamente nacionalistas. Además, los tres criticaron que el PNC es el partido con más expulsiones de Canarias -de lo que hicieron responsable a García Ramos- y puntualizaron que tanto Carlos García como Isaura Oliva fueron excluidos de la militancia tras la celebración de los comités insulares que los convirtieron en líderes de sus Islas.