EL CABILDO de Tenerife mantiene varias empresas públicas técnicamente quebradas. Qué curioso que su celoso presidente no se autoinculpara de mala gestión y sí gastara cohetes, en plena pasada campaña electoral, en despotricar contra una persona decente: Antonio Alarcó. Solo para desprestigiarlo y echarlo a los leones porque frenaba el paso de don Melchior al Senado. Pero la historia es tozuda, señor presidente. ¿Qué tendría que decir ahora el doctor Alarcó de la mala gestión de "su" Cabildo en Titsa, en el Golf de Buenavista, en Teysol, en la sociedad de promoción, en los casinos de juego, en el recinto ferial, en el TEA y en esa larga lista de empresas inútiles que usted regenta?

No se puede escupir para arriba. Porque uno corre el riesgo de que el pollo lo entulle. El modelo de gestión de las empresas del Cabildo es preciso cambiarlo, antes de que sus pérdidas acaben con el propio Cabildo. Más de doce millones de euros en un solo ejercicio, más lo que tienen acumulado de viejo. No puede ser, don Melchior. Habrá que cerrar algunas porque igual se le inflan las bolas a la oposición y le pone a usted, con sus métodos, con el método de las auditorías, la cara colorada. ¿Qué clase de gestores mantiene usted en su equipo? ¿Hasta cuándo esta sangría? Si la consigna al uso es cerrar empresas públicas deficitarias, ¿por dónde va a empezar usted? ¿Quizá por Sofitesa, o esa le duele más? No, no lo decimos por nada especial, sino porque por algún lado habrá que empezar.

Lo del Cabildo, que un día fue la tercera o cuarta institución en inversiones y en presupuesto de toda España, clama al cielo. Se han caído a plomo todas sus expectativas. Y es que son demasiados años en el poder. El poder hay que soltarlo alguna vez; que venga otro con nuevas ideas a hacerlo mejor. ¿Para qué queremos el mayor ordenador del mundo si nadie lo utiliza? ¿Para qué queremos el NAP si no sabemos para qué sirve?

Ay, don Melchior, qué mal lo estamos viendo a usted. Qué acabadito. ¿Le ayuda esa panda de inútiles que le rodea? ¿Le ayuda la jubileta de Radio Nacional, metida a jefa de gabinete? Es que usted no se rodea sino de genios; y así le va. Pues a ver si recibe usted la ayuda divina. Rece, si es creyente, porque con esas pérdidas no hay quien mantenga el puesto. Y no lo decimos nosotros (lo de las pérdidas) sino los celosos guardianes de la contabilidad oficial, que tienen el pulso alterado de tanto poner el signo menos delante de los números. Hacen, usted y su Cabildo, agua (no miccionan, sino que naufragan), don Melchior. Y parece que la cosa va a más.