Urbana, Marisa, Juan, Pancho, Cathaysa y Alfonso son los nombres de algunas de las personas que perdieron la vida de forma violenta en Canarias. Los autores de estas muertes continúan en la calle, y el motivo de ello tanto puede ser la ausencia pruebas o medios humanos y técnicos como una simple negligencia policial, el alto peritaje de los delincuentes o simplemente la falta de interés.

Pese a ello, y a que algunos de estos asesinatos ocurrieron hace más de una década, el tiempo no cura el dolor y la pérdida, y por eso los familiares de estas personas no han descansado ni un día desde que ocurrieron los trágicos sucesos para que se haga justicia.

En ello trabajan las fuerzas de seguridad del Estado, pero también el experto criminólogo Félix Ríos y su equipo, quienes han conseguido arrojar un poco de luz en algunos de estos casos "sin resolver" que perviven en la memoria de familiares y amigos y que no deben quedar en el olvido de la sociedad.

Caso Urbana.- El cuerpo sin vida de Urbana Ramos apareció el 9 de Noviembre del año 2001 en Fonsalía (Guía de Isora) al lado de su coche, a 150 metros de su vivienda. Había recibido 18 puñaladas y un golpe en la cabeza con un objeto contundente, recuerda Félix Ríos. Pese a que muchos indicios apuntaban a su marido, de quien se iba a divorciar el día del suceso, este caso fue archivado en 2002 porque no se encontró ninguna prueba forense que vinculase al sospechoso con la víctima y el escenario del crimen. "Gracias a un informe de perfil elaborado por mí y otro de genética forense elaborado por el genetista doctor Pestano de la ULPGC conseguimos reabrirlo", explica el criminólogo, quien señala que en la actualidad se permanece, tras casi cinco meses, a la espera de nuevas pruebas de ADN a realizar por el laboratorio central de la Guardia Civil. En este sentido, Félix Ríos explica que a principios de agosto "tuvimos una reunión con el subdelegado del Gobierno y mandos de la Benemérita, quienes nos prometieron que iban a consultar cuánto iban a tardar las pruebas e informarnos esa misma semana". "A día de hoy he mandado un fax recordatorio al subdelegado, ya que no tenemos noticias de ellos", destaca el experto.

Caso Marisa.- El próximo martes 9 de septiembre se cumplirán 9 años desde que Marisa Hernández, una joven disminuida psíquica, fue violada y asesinada en San Juan de la Rambla. Dos años después de este trágico sucesos su caso fue archivado, pese a que se llegó a tener a una persona imputada. Se trataba de un joven que vivía en la zona donde desapareció, y que confesó haber mantenido relaciones sexuales con otra disminuida psíquica que aseguró estar presente durante el crimen. "De nuevo la falta de pruebas forenses sólidas y una posible precipitación en la detención del sospechoso (con seguridad tuvo que haber obrado con un cómplice, ya que carecía de coche y no sabía conducir) fueron la causa del archivo", explica Félix Ríos. El criminólogo llegó a presentar un nuevo informe de reconstrucción de los hechos y perfil del asesino, así como otro de genética, gracias a los cuales la juez reabre el caso. "Desgraciadamente, fue el mismo laboratorio que realizó las primeras pruebas forenses el que repitió los análisis, aunque utilizando la misma técnica del pasado, no la propuesta de mis forenses, por lo que se llegó a las mismas conclusiones y no se continuó con la investigación", resalta el experto. Pese a ello, la familia de Marisa y Ríos pedirán de nuevo que se reabra el caso "en base al error garrafal de emplear de nuevo la misma técnica por parte del INT de Canarias, que entre otras cosas no permite identificar ADN de mujer, y también en base a información recibida a través de la cartelería distribuida con un teléfono de información para dar datos, pistas o localizar testigos", detalla Ríos.

Caso Juan Jovino.- En junio de 2010 el cuerpo sin vida de Juan Jovino fue hallado en su domicilio de La Laguna, había sido brutalmente asesinado. Más de dos años después, este caso continúa en secreto de sumario, pero no se ha llegado a realizar ninguna detención. La Policía Nacional, cuerpo de seguridad encargado del caso, ha investigado a un amplio abanico de sospechosos, y tanto la familia de la víctima como el criminólogo Félix Ríos que los asesora han mantenido reuniones con la Policía y con el subdelegado para recibir información de en qué estado se encuentra la investigación. Pese a que ya ha pasado mucho tiempo, la familia mantiene su confianza en el trabajo que se está realizando, aunque la falta de resultados está provocando que se empiecen a impacientar.

Caso Pancho.- En 2008, Pancho, un anciano de Güímar, regresaba caminando de una finca ubicada en el barranco de Badajoz cuando fue atropellado por un Toyota Hylux. El vehículo se dio a la fuga. La Guardia Civil interrogó a testigos que vieron el coche a lo largo del trayecto, pero no consiguieron averiguar más datos del vehículo ni del conductor. El Instituto Armado investigó algunos coches sospechosos que correspondían a ese modelo, pero no obtuvieron resultados. Finalmente, pese a que no se logró identificar al conductor del coche, se archivó el caso al estimar que en todo caso la culpa del atropello había sido del peatón.

Caso Cathaysa.- En noviembre del año 2006 Cathaysa Rodríguez desapareció en la isla de Lanzarote. Casi seis meses después, el cuerpo sin vida de la joven fue encontrado en el maletero de un vehículo en estado de esqueletización. Antes del hallazgo, su madre había acudido en numerosas ocasiones a la Policía diciéndoles que en el mundillo de la droga de Arrecife se rumoreaba que podía estar en un coche en el barrio de Arbana alta, comentarios a los que los funcionarios públicos no dieron importancia. El caso estuvo varios años sin que se cerrara la autopsia a la espera de unos resultados de toxicología y un estudio de los huesos practicados en el IT de Canarias. Finalmente, estos análisis no evidenciaron signos de violencia, pero tampoco aseguraron una muerte por sobredosis, a pesar de evidenciarse que la víctima era una consumidora habitual de estupefacientes. El criminólogo Félix Ríos espera reabrir el caso en unos meses, pues solicitará que se realice un nuevo estudio antropológico y aportará información de posibles testigos localizados por la familia.

Caso Alfonso.- En febrero de 2007 Alfonso Fernández fue encontrado muerto por su casero en el interior de un armario de su casa de Tahíche, en Lanzarote; había sido asfixiado y envuelto en un plástico en el interior de un armario de la casa. Se detuvo a dos mujeres polacas que convivían con él y que huyeron a su país tras el crimen. Usaron su tarjeta de crédito, compraron cloroformo e incluso admitieron haber excavado una fosa en el jardín de la casa de la víctima, sin embargo el informe elaborado por el forense de Arrecife dictaminó una data de la muerte fuera de la fecha en la que las ciudadanas polacas estaban en Lanzarote. En la actualidad, los forenses del equipo de Félix Ríos revisan cada una de las pruebas practicadas para intentar reabrir el caso.