Hay sistemas de estrellas que se comen la una a la otra. Es decir, la masa fluye de un objeto al otro, sobreviviendo al proceso de pérdida y recuperación sucesiva de materia. Esta transferencia de masa se ve en muchas estrellas binarias, pero este fenómeno aún no se comprende en profundidad, ya que debido a su cercanía lo lógico sería que se fundieran en un solo objeto. Un estudio llevado a cabo con el Gran Telescopio de Canarias (GTC) ha ayudado ahora a comprender este comportamiento "caníbal".

La mayor parte de las estrellas del universo son binarias, es decir, parejas de estrellas que giran una en torno a la otra. Estudiarlas ayuda a ampliar el conocimiento sobre la física en las últimas fases de la evolución estelar, ya que son estrellas muertas -sin reacciones nucleares en su interior- y un ejemplo de materia degenerada.

El objeto de estudio es un tipo de binaria muy concreto: las AM Canum Venaticorum (AM CVn), una clase de estrellas variables cataclísmicas. Las parejas están formadas por dos estrellas enanas blancas en las que la masa fluye de un objeto al otro. Se cree que han sobrevivido a la sucesiva acreción mutua de masa, es decir, situaciones en las que la masa fluyó de un objeto a otro hasta tres veces