Cuando cabía esperar otra segunda sesión gris y tediosa, con debates que languidecen, por importante que sea el sector primario, la dinamización turística, la regulación del alquiler vacacional o el traslado de fallecidos fuera de su isla (en lo que Curbelo, con razón, alardeó), cuando la jornada hacía presagiar eso, los diputados van y se lucen. No todos, pero sí muchos. En 4 horas, regalaron perlas en forma de lentejas canadienses, vino canario, miel gomera, lecciones cervantinas y alusiones a George Orwell y Voltaire. Ahí es nada.

El carrusel de ocurrencias, muchas muy bien fundamentadas, comenzó pronto. Sin acritud, la diputada de Podemos María C. Monzón recomendó al consejero de Agricultura, Narvay Quintero, que mime el sector y vigile que no se den fraudes casi esperpénticos, como la comercialización de lentejas como hijas de la negra y sorprendente tierra de Lanzarote cuando, en realidad y si se lee bien la etiqueta, "proceden de Canadá".

Abierta la veda en defensa del producto autóctono, no le fue a la zaga Jesús R. Ramos (ASG), quien, qué menos, invocó la miel de palma de su barrancosa pero espléndida Isla gomera como reclamo turístico. Como si los espíritus aldeanos y telúricos se despertaran, el herreño David Quintero (CC) evocó su bagaje agrícola en un municipio que, en cualquier otro momento, hubiera pasado inadvertido, pese a sus innumerables atractivos, pero que ayer suponía como mentar la bicha: La Frontera.

Las fronteras de lo bucólico las traspasó enseguida Gladis Acuña (NC) al recalcar la incongruencia de exigir excelencia y que haya hoteles de 5 estrellas sin piscina, mientras Natividad Arnáiz (Podemos) censuró que el sector anuncie lleno invernal y, en contraste, no cree empleo o sea de muy baja calidad. Rosa Bella (PSC) apostó por diversificar con turismo LGTB, de congresos y demás, así como con franceses, polacos, turcos o húngaros, pero olvidó afearles a estos últimos lo de los refugiados.

Por supuesto, la muchas veces insuperable Cristina Tavío, que lamentó el déficit en idiomas y que los empleos turísticos los aprovechen más los de fuera, volvió a reivindicar el almogrote, los vinos de Fuencaliente o La geria y la artesanía isleña, para la que pidió rebajar el IGIC. Recalcando que Canarias necesita "sacudirse" muchas cosas, anticipó debates sobre el alquiler vacacional e invocó a Allende, Curbelo y Castro cuan oráculos del camino recto de sus Islas.

La consejera de Turismo dijo a casi todo que sí, pero de puntillas, si bien su cifra de que el turismo subió un 6% el empleo en 2014 chocó con las de Podemos, que dijo que lo que aumentó un 6 fue el sector, un 1 el empleo y un 10 el beneficio de las grandes cadenas.

El PP pontificó luego con que el derecho a la propiedad está al nivel del de la vida, y Román censuró que, en turismo, se hayan hecho "leyes por un tubo", pero lo mejor estaba por venir. En una muy buena intervención, Gustavo Matos destripó la regresión que, en su opinion y en la del resto de partidos, la ONU, Cáritas y demás, supone la "Ley Mordaza" del PP. Invocando de entrada a Voltaire y su defensa de la libertad de expresión, dijo que se quería la sociedad de la novela de Orwell "1984", aunque confió en que se dé otra "Rebelión en la granja" en las urnas. García Ramos recordó la ley de la patada en la puerta de Corcuera y el consejo de Don Quijote a Sancho sobre que no hiciera muchas "pragmáticas" (leyes) en su ínsula, sino que fueran buenas. Desde Podemos, se dijo que se ha pasado de patadas en la puerta a darlas en la cara y Emilio Moreno (PP) reprochó a Matos que dijera mentiras como la catedral de Burgos. Ni en Wikipedia.