Presidir la asociación de agricultores y ganaderos de Canarias más relevante (Asaga) no es cualquier cosa y, por eso, todo lo que diga Henry Sicilia debe tenerse muy en cuenta, aunque suene a cuento del lobo. Pero, según recalca, el lobo siempre ha estado ahí con el plátano isleño y ahora el riesgo es muy real: ojo.

¿Se come mejor en Canarias que hace 15, 20, 30 años...?

Como en los países desarrollados, la alimentación ha pasado a perder el protagonismo que tenía antes en las familias y sus presupuestos.

¿A qué lo achaca?

Al consumismo; todos tenemos un par de teles, móviles y lo otro no tiene la prioridad de antes, aunque llega Navidad y no escatimamos y compramos lo mejor.

En definitiva, comemos peor.

Sí. También evolucionó mucho la industria agroalimentaria y hay más productos transformados. Por ejemplo, al ver esas tortillas fabricadas se me ponen los pelos de punta, cuando, al final, son papas, huevo, perejil, cebollas al que le guste y la haces en casa en un momento.

Pero eso ya pasa desde hace años con las pizzas congeladas...

Sí, es la tendencia de la comida rápida: nos alimentamos peor.

Por lo mismo, ¿los productos canarios también son peores?

No, en eso se ha mejorado por las exigencias de calidad.

¿Y no es una contradicción?

Sí, pero la calidad es mucho mejor por los controles europeos, que son razonables, aunque competimos con productos de terceros países a los que no se les exige eso. Es una doble moral con la que convive Europa.

Y, sin embargo, la gastronomía canaria, que antes tenía mala fama, y la española han ganado prestigio: ¿era injusto lo anterior?

Está relacionado con los paladares y lo que acostumbramos a comer. La comida tradicional canaria, la de nuestras madres, es deliciosa...

Un puchero, una cazuela...

Sí, claro...

¿Están en riesgo de pérdida?

Creo que no, y se ve en estos días, comiendo cabrito, pata, conejo...

Es curioso, porque triunfa la comida rápida al tiempo que la gastronomía local está muy en boga...

Sí, pero eso se debe al gran trabajo de los chefs, que han puesto en valor los productos canarios.

Ahora que se escucha tanto eso de dinamizar la economía canaria, ¿se ha avanzado o de forma insuficiente en el sector primario?

La desagrarización se da en todo país avanzado y es una pena lo que perdió Canarias en agricultura, lo que va a costar recuperar.

Pero, ¿cuánto, pues se dice que la crisis hizo volver al campo? En El Rincón, se plantó platanera...

Sí, y papas en otras zonas, pero depende de la etapa que se analice.

¿Se ha recuperado o no superficie cultivada en la crisis?

Sí, se ha recuperado.

¿Lo tienen cuantificado?

No, es muy difícil porque hay mucha economía familiar y de autoconsumo, lo que ha creado muchas perjuicios a los profesionales, ya que el que siembra no siempre se come sus papas y vemos esas furgonetas vendiendo por ahí.

Hay más economía sumergida...

Sí, al servir de salvavidas. La mayoría no vino para quedarse.

Y, no obstante, tanto en las elecciones regionales como nacionales se habló de la vuelta al campo.

En elecciones, oímos a todos los partidos que apuestan sin reservas por el sector primario, pero luego no hay continuidad. Eso sí, ahora hay una oportunidad a escala regional pues ha entrado gente joven con ganas de trabajar e iniciativa.

¿Ha notado muchos cambios respecto al mandato anterior?

Llevan poco tiempo, pero sí les veo mucha ilusión y quieren cambiar cosas, han convocado muchas reuniones y preguntan qué se debe hacer, hacia dónde dirigirnos...

¿Y hacia dónde ha de ir el sector?

A la unión de los agricultores. No queremos que desaparezca el pequeño, pero debemos concentrarnos, al lograrse mayor tecnificación y comercialización. Y es que la distribución se concentró y nosotros seguimos muy dispersos, parte de la idiosincrasia canaria...

Los minifundios, pedacitos...

Sí. Esa unión no significa que los minifundios desaparezcan. Pueden seguir, pero con orden. No se debe producir calabazas porque se me ocurrió y luego no saber qué hacer con ellas. Debe empezarse por el final.

¿Estamos muy enfocados en el plátano? ¿Es recuperable el tomate?

El plátano supone el 50% de la superficie cultivada en las Islas...

¿Y la vid?

Sí, también es importante, pero una cosa es la superficie y otra la producción. El tomate tiene ahora su última oportunidad: tiene un gran futuro y un mal presente.

¿Y de qué depende ese futuro, de cómo se negocie desde aquí?

Sí, sobre todo con Madrid, pues no depende tanto de Europa, aunque sí con ayudas al transporte.

Cuidado, pues se puede ayudar o promocionar el marroquí...

Sí, pero el gran competidor del tomate canario no está en Marruecos, sino en el sur de España, y fue una decisión del subsector al entrar en Europa. Se alió más al productor peninsular y hoy es su gran competidor. Luego está el incumplimiento del continente de entrada.

¿Es muy pesimista con esto, y más tras el resultado del 20D?

La situación es complicada y será difícil llegar a acuerdos, pero lo lleva el Gobierno regional con gente nueva con un plan de modernización, que ya lo hubo, pero que no se aplicó.

¿Cuánto decreció el tomate?

Hay aproximadamente solo un 25% de lo que hubo en Canarias, sobre un 15% del total cultivado.

¿Cómo estamos con los frutales?

No están bien organizados. El aguacate ha cogido fuerza y se organiza, pero no con las peras, manzanas..., producciones muy temporales. En Gran Canaria, sin embargo, hay producciones muy grandes de fresas, algo impensable antes, pero lo primordial radica en organizar la comercialización, empezar por el final, que es donde está el dinero...

¿Esa es la clave de que el margen de beneficios de los productores de papas sea tan estrecho?

Sí, y se especula mucho y el precio que llega al consumidor no tiene nada que ver con el inicial. En papas, hemos detectado un 800% más, y ni te digo lo que pasa en estas fechas.

Peor, incluso, es que se vendan supuestas papas negras en Madrid a precios desorbitados y ni lo son...

Sí, le ponen precios de medicinas. La exportación de papas de color tiene unos requisitos importantes por las polillas y demás y pasan esas cosas.

¿Falta fiscalización?

Sí, está claro, es muy mejorable. Canarias siempre ha sido un mercado, no digamos que vertedero, pero sí muy cómodo para traer grandes excedentes de producción al estar aislados, se baja el precio y no hay desviaciones fuera. Pasa con el vino.

De ahí que nuestros vinos no puedan competir con los Rioja, Ribera...

Sí, pero mucha gente no sabe que esos vinos tienen aquí esos precios por las subvenciones de sus comunidades y hasta hay ayudas a los excedentes para sacarlos fuera. Lo que se ha hecho este año en el Aiem es colocar una barrera del 5% para tratar de proteger la producción local.

¿Por qué seguimos con desequilibrios en la cesta de la compra pese a la experiencia con el REA?

Primero, porque el REA no cubre todo y, además, aún hay muchas quejas por productos que compiten de forma desleal con los nuestros, incumpliendo, pues, el reglamento.

¿También por fiscalización?

Más que por eso, por toma de decisiones, pues cambiar el REA depende del Gobierno regional desde 2006 por el principio de subsidiaridad.

¿Y cree que se modificará eso? ¿Lo ha hablado con el consejero?

Sí, y con el presidente. Soy optimista con esto, pues ya el anterior presidente dio pasos sobre esto.

¿En qué productos se cambiará?

Sobre todo, en carnes, lácteos y quesos, que compiten de manera desleal, y lo más triste es que lo hacen con fondos europeos. Creemos que se puede ir descrestando el REA a medida que crecen las soluciones.

Aun así, ¿todas las denuncias sobre el REA se justificaban o se exageraron en busca de compensaciones?

Todas fueron reales. Nunca buscamos compensaciones. Lo único que pedimos es competir en igualdad. Y es que, si viene un contenedor con 25.000 kilos de solomillo, debe pagar 140.000 euros, pero entra gratis. Esto no ocurre en la Península y no me vale el argumento de que perjudica al turismo, porque en Baleares hay turismo y no tienen REA.

Afecta también la crisis, los nuevos hábitos de compra...

Claro y, encima, hay productos como la leche de tetrabrik de la Península con una subvención de dos céntimos y medio. Son 16 millones de litros subvencionados con el REA, pero esos céntimos no llegan al consumidor: se pierden 2 millones y medio de euros. Por eso se ha pasado de 16.000 vacas en ordeño a solo 6.000 en Canarias. Esto trae más cosas porque, en algo que da vergüenza, hemos tenido que traer contenedores de estiércol al no haber suficiente.

¿Es cierto lo que dicen algunos de que podríamos autoabastecernos en parte de productos propios?

No, pero sí que podría crecer mucho la producción y consumo.

Pues el 90% viene por el puerto...

Sí, del barco a los supermercados.

En las elecciones, se criticó a Gabriel Matos (PP) por lo del plátano de Ecuador: ¿hay riesgo real?

Lo de que viene el lobo es curioso, porque siempre ha estado ahí, solo que se han tomado medidas, pero esto no está estable nunca, y primero fue con la Organización del Comercio, aunque se ha ido solventando, y ahora con el descreste de aranceles. Y lo puedo entender por interés de Estado de los dos grandes partidos, PSOE y PP, que favorecen a multinacionales como Repsol, Telefónica... pero no lo puede pagar el platanero. Si es necesario, que se compense porque es cierto que ese subsector puede desaparecer en Canarias. Es un riesgo real, y tiene un porcentaje muy alto de empleados a los que hay que pagar, por lo que se necesitan beneficios...

Pues siempre se dijo que son los mimados de la agricultura canaria...

Más que mimado, es un subsector que hizo lo que le tocaba, está organizado y es el referente porque funciona. Los viticultores han dado este año el paso de una denominación única en Tenerife, pues había 5. Y es que se debe concentrar la oferta, pero es complicado porque pesa mucho lo de mi marca, mi botella... Unificar esto, sin embargo, dará más fuerza, menores costes de producción y se será más competitivo.

Es que, si se logra exportar a buen precio, seguro que sorprenderían.

Y han entrado, aunque más bien como muestras.

¿Alguna vez sería posible ver vino canario fuera como los Rioja aquí?

En volumen no podemos, pero, si se consume aquí, ni hace falta. Si se va a Escocia, el nacionalismo les hace comprar los productos propios...

¿Y por qué se desaprovecharon tanto tiempo los hoteles, el turismo?

Se han dado pasos, pero la cuenta que siempre saco es que aquí viven 250.000 turistas a la semana, mercado importante porque a todos los que viajamos nos gusta probar lo local, pero mucho más son los dos millones de residentes. ¿Que hay diferencia de precio? Vale, pero la calidad hay que pagarla. En realidad, somos muy competitivos en muchos productos y, si nos unimos, aún lo seremos más. Es difícil que ya no haya un maestro quesero y por eso salen quesos tan buenos. Eso sí, con el plátano tenemos otro problema: África. Se habla mucho del área dólar y los aranceles, que cada vez bajarán más, con lo que hay que competir pues los costes suben por las condiciones de vida y trabajo, pero África está ahí...

¿La clave pasa por la calidad?

Sí, pero en todo. Por los volúmenes de producción, la clave pasa por diferenciarnos. Y de ahí el problema del plátano de África, porque he hecho catas y es el mismo que el canario, con el mismo sabor y calidad.

¿De qué países?

Senegal, Costa de Marfil y otros. Están llegando multinacionales a producir y en dos años tendrán fincas en explotación y sin aranceles por los apoyos que Europa decide para los países subdesarrollados.

En esto siempre chocan el egoísmo de lo propio y la necesidad de perspectiva y compensación mundial.

Sí, por la globalización.

En este sentido, ¿hacia dónde debe ir la política agraria europea?

Ha tenido momentos erráticos, pero cada día está más claro que nadie está dispuesto a renunciar a tener parte de su despensa en su casa. Es algo estratégico: son los alimentos.

¿Y es mantenimiento del medio?

Sí, y en Canarias no lo apreciamos tanto, pero cuando vas por esa Península y ves esas extensiones agrarias te das cuenta de que eso no se mantiene con funcionarios, que hace falta agricultores. Y hay muchísimos: en Europa hay 15 millones de agricultores y ganaderos. De ahí la importancia de la política agraria común.

Pues hemos vuelto a ver imágenes de hace 30 años, con los franceses derribando camiones...

Esas guerras siempre ocurrirán porque los franceses son muy beligerantes y se dan por política agraria o por cuestiones muy concretas, como que se cierre el mercado ruso por excedentes. Hay fruta desechada y se debe colocar, pero las ONG no tienen estructura para absorberlo y son productos muy perecederos. Se han dado hasta 4 millones de kilos de plátanos en España; ese excedente hay que colocarlo bajando precios.

Por eso digo si falta perspectiva ante hambrunas y migraciones y sobreproducción y consumismo...

Una vez me reuní con un responsable de la FAO y le decía que podían acabar con nuestras producciones, pero me respondió que a esa gente hay que darles algo y que no podemos decirles que hagan ordenadores, que lo primero que se hace siempre es cultivar. Y tiene razón.

¿Y el Occidente rico es consciente de eso: los productores, distribuidores, consumidores...?

No, porque nos metemos en la vorágine del día a día.

Peleamos por décimas de no sé qué y nos falta esa visión global...

Sí, pero no es fácil tener perspectiva cuando tratas de sacar los salarios o los piensos para animales... Por eso funciona eso de primero yo, luego mi pueblo, Tenerife, Canarias... Cuesta para llegar a los países subdesarrollados. Y pasa ahora con Siria.

"El cambio climático ya nos está afectando"

Antes de conformarse el Gobierno regional, el nombre de Henry Sicilia sonó mucho para Agricultura e, incluso, Economía, pero, al final, no se confirmó. Eso sí, el aludido aclara que el presidente nunca le llamó y dice que "la política no es su espacio, aparte de que mi mujer me la prohíbe". Asimismo, ironiza y asegura que siempre que sale un nombre al principio "es para quemarlo". De todos modos, no esconde su confianza en el Ejecutivo y cree que el pacto durará 4 años. Su optimismo lo traslada a la negociación del Posei y al nuevo REF. Menos optimista es respecto al cambio climático, "que es una realidad. Este tiempo en Navidad es consecuencia de él, aunque luego haya ciclos, como siempre. Pero ya nos está afectando. Hay que aprender a cultivar nuevos productos. No se pone en riesgo ninguno, pero sí que habrá una adaptación. Está pasando con las abejas, que mueren también por esto".

Consejos para un joven agricultor que empiece

Preguntado por qué le aconsejaría a un joven que comience, dice que "lo primero que haría es ir a los lineales de los supermercados y ver qué se vende. Así lo hacen grandes productores, que prueban y, luego, tocan en la puerta del supermercado y le dicen que se lo pueden vender con mejores precios y más calidad. Hay muchos productos que se pueden sacar, pero tratando de evitar los excedentes, como ocurrió con la papaya, que se vendía por las carreteras. De ahí la importancia de empezar por el final y unirse. El aguacate puede crecer mucho. Hay que buscar las variedades que se adapten a los sitios: por ejemplo, el valle de Güímar tiene un gran potencial o Valle de Guerra para la piña. La de El Golfo, la variedad roja, tiene problemas de comercialización si no se busca estabilidad en el precio". En su opinión, las escuelas agrícolas están a tope y funcionan "bien. Hay inquietudes de ser formados y necesidad de formación. Me ha pasado eso de que un niño pregunte quién puso las naranjas en un naranjero. Esto es por ladesagrarización, y de ahí el programa europeo para vivir en el campo con calidad. Si no, en las ciudades habrá cada vez más cinturones de miseria. Es mejor invertir en zonas rurales que concentrar la población en una misma ciudad, como en Gran Canaria. Esto ha hecho que mucha gente no sepa ni comprar fruta". Pese a todo, es optimista si se hace una mejor distribución del dinero que llega al sector y si se extienden ejemplos como el del porcino en Tenerife, "cuyo 60% se ha unido, ha entrado en la gran distribución y les ha cambiado la vida, creando empleo, montando salas de despieces y haciendo agroindustria...".