Juan José Rodríguez, letrado de algunos de los afectados por el perfloroctano supuestamente en mal estado, aseguró que "desde 2013" se están dando casos de daño del producto "en Navarra, Chile y Turquía". "La Agencia Española del Medicamento tenía que saberlo", opinó, para añadir que sus clientes han optado por "la vía administrativa".

Esta consiste en interponer una reclamación patrimonial al Servicio Canario de Salud (SCS) y "esperar a ver si lo resuelven en el plazo de seis meses". En caso contrario, explica, acudirán al Juzgado Contencioso-Administrativo. También lo harán, avanzó, si no estuvieran de acuerdo con las cantidades indemnizatorias.

No obstante esto, Rodríguez opinó que "los médicos del HUC han actuado correctamente porque sabían" que el producto químico que estaban empleando tenía esas consecuencias tan nefastas. En total, el HUC ya ha localizado a 33 pacientes supuestamente afectados, a los que ha comunicado estos hechos. Todo esto después de haber realizado "una revisión exhaustiva de los 67 pacientes en los que se empleó perfloroctano en intervenciones de retina", según explicó el propio centro hospitalario.

El letrado detalla que después tendría que ser el SCS el que reclamase a la empresa. "Para nosotros ir desde Tenerife contra una empresa que está en Alemania, que tiene una sede en Barcelona, que tiene sucursales, que cambia el nombre del producto comercial cuando quiere, supone un costo tremendo".

En el HUC se usó un perfloroctano denominado Ala Octa de la empresa Alamedics, suministrado en España por la firma Bloss, entre junio de 2014 y enero de 2015. El último que se empleó fue el 7 de enero de 2015.

Este producto se había empleado durante años en centros de ámbito público y privado, ya que tenía el código de la Comunidad Europea y, por tanto, cumplía sus normas. El HUC decidió suspender su utilización en enero de 2015.